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B. González
Xàtiva
Viernes, 7 de marzo 2025, 14:23
Viernes, 8.30 horas de la mañana. El tren procedente de Xàtiva que se dirige a Valencia Nord, línea C2 de Cercanías, circula por la estación de Catarroja cuando una joven, que viaja de pie, se desploma junto a la persona que viaja a su lado. Cunde la desesperación entre los viajeros, que apenas pueden moverse por la elevada cantidad de personas que van en el vagón.
Una viajera llama de inmediato al 112. Desde la central, le hacen una serie de preguntas para evaluar el estado de la chica, pero sin ofrecer indicaciones claras sobre cómo proceder ante esta situación. El resto de viajeros no saben qué hacer y se limitan a ayudar de algún modo a la chica. «La sentamos y comenzamos a abanicarla porque no sabíamos cómo actuar. No sabíamos si debíamos moverla, si darle agua o azúcar, cómo ha sugerido algún viajero, porque no sabíamos si es diabética y si podria ser una subida de glucosa. Pero no nos atrevimos porque tampoco sabíamos si era lo contrario y podríamos agravar su estado. Nos sentíamos impotentes de ver a la chica que no reaccionaba y no poder hacer nada», relata Imma, una testigo.
A la llegada a Valencia Nord, dos guardas jurados estaban esperando para hacerse cargo hasta la llegada de la ambulancia.
Tanto Imma como otros viajeros habituales de Cercanías, insisten en que no es un caso aislado. Hace dos semanas en esta misma línea, en el tren que llega a Valencia a las 7.04 horas tres chicas se desmayaron en circunstancias similares. La semana pasada en el viaje de regreso desde Valencia a Xàtiva, Joana, presenció otra situación similar. «El calor era tan insoportable que una chica cerca de mi, sin asiento, igual que íbamos muchos, también se desmayó. Afortunadamente la gente es solidaria y te echa una mano», comenta.
Los usuarios tienen claro que todos estos desmayos y desvanecimientos se deben a las condiciones de hacinamiento en el que viajan en horas punta. «Hace tiempo que los trenes van tan llenos como solían ir antes en la semana fallera. Ahora, todo el año vamos igual, como si siempre estuviéramos en Fallas. Se ha reducido mucho el servicio, no sabemos si se debe a las obras, y además los tiempos de los trayectos se han alargado mucho», aseguran desde el colectivo Indignats amb Renfe.
No sólo en la línea C2 se producen estos incidentes. También en la C1 se han registrado casos de este tipo. «Cuando llegas a la parada de Tavernes, apenas hay espacio. Los trenes van a tope y no renuevan el aire. La sensación de agobio es insoportable. Es inhumano cómo vamos en los trenes», asegura Imma que también utiliza esta línea de manera habitual.
Desde Renfe, sin embargo, niegan que se haya reducido el servicio y el número de convoyes de los trenes. La compañía insiste en que este tipo de incidentes son puntuales.
De hecho, subrayan que con motivo de las Fallas, Renfe se refuerza el servicio con 96 trenes especiales durante este fin de semana, para facilitar el desplazamiento a las personas que acuden a presenciar las mascletaes a la Plaza del Ayuntamiento de Valencia.
De ellos, 20 corresponden a la línea C1, entre Valencia y Cullera; 28 a la C-2, entre Valencia y Algemesí, excepto 4 que tendrán origen y destino Silla. En la línea C3, entre Valencia y Aldaia, circularán 32 trenes, 8 por sentido cada día y para la línea C-6 la oferta especial será de 16 trenes, 8 el sábado y 8 el domingo, entre el Cap i Casal y Almenara y y Sagunto.
Además, para este fin de semana, se incrementará el servicio con respecto al fin de semana anterior, con la circulación de 10 trenes especiales. Un servicio diario por sentido entre Valencia y Gandia, reforzando así la C1 y también se reforzará la C6 con 2 trenes Valencia-Castellón y un tren en sentido contrario cada día.
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