Puente del Real.El río Turia más violento,el 9 de noviembre de 1897. LP

Desprevenidos: una historia que se repite

El factor sorpresa se une a la descoordinación para desencadenar el caos en las inundaciones del Mediterráneo

F. P. PUCHE

Viernes, 15 de noviembre 2024

Ala vista de las fuertes lluvias y de las primeras noticias de inundaciones, el que esto escribe, redactor-jefe de LAS PROVINCIAS, llamó a la Confederación Hidrográfica del Júcar para obtener información sobre el estado de los ríos de la provincia. Era el 20 de ... octubre de 1982 y un alto funcionario, responsable del área de aforos, me confirmó que «esta tarde es muy probable que el río se desborde». La siguiente llamada que hice fue a Gobierno Civil, donde fui atendido por la jefa de prensa, Rita Barberá. «¿Tu jefe, el gobernador, ha hablado ya con la Confederación?». «No, no han hablado. ¿Y para qué han de hablar?», fue la respuesta...

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Pese a los grandes avances de la ciencia, pese a la existencia de satélites meteorológicos y predicciones muy avanzadas, la prevención aún era muy deficiente cuando se produjo la famosa Pantanada de 1982: la Confederación Hidrográfica del Júcar, a media mañana de aquel crucial día 20, aún no había hablado con el principal responsable gubernamental en la provincia de Valencia. La presa de Tous se desmoronó horas después.

La polémica política de las inundaciones de 2024 se centra en la prevención que se aplicó; a la luz de la información que se cruzó. Todo indica que, en la mañana del 29 de octubre, la atención de los técnicos de la Confederación se centró en controlar los aforos del rio Magro utilizando el pantano de Forata. El barranco del Poyo no reclamó especial interés hasta más tarde.

La falta de prevención se puede afirmar que es una constante en el comportamiento de los ríos y barrancos valencianos, particularmente violentos en sus avenidas. En la inundación que Valencia sufrió en 1897, los barrios de las dos márgenes del Turia más toda la franja marítima se inundaron, en medio de cuantiosas víctimas y daños. No hubo una destacable presencia de las autoridades, que solo son mencionadas por los periódicos cuando empieza una campaña de donaciones para los damnificados.

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En la inundación de 1949, se cita al alcalde Manglano Selva trabajando personalmente, con bomberos y otros empleados municipales, en el tendido de maromas con las que se logró salvar a algunos chabolistas que vivían en el cauce del Turia. En la famosa inundación de 14 de octubre de 1957, el alcalde, marqués del Turia, en la primera inundación, marchó hasta Nazaret con el gobernador civil para estar cerca de la zona más castigada, en la desembocadura. Y allí fueron sorprendidos por las aguas: las dos máximas autoridades del momento se quedaron refugiadas en la comandancia de Marina. Mientras, fue el diputado provincial Vicente Giner Boira, el que se quedó en el palacio del Temple, como responsable de la provincia. En sus memorias recuerda aquellos momentos terribles. Al día siguiente, desplegó dos órdenes: pedir a un horno que fabricara todo el pan que pudiera y enviar un camión para rescatar al alcalde y el gobernador.

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