Estado del barranco del Poyo tras la riada. EFE

Así era el desvío del barranco del Poyo que truncó la ley de la Huerta

La Confederación Hidrográfica del Júcar puso en marcha un proyecto de bifurcación del cauce para aumentar su capacidad de desagüe

Juan Sanchis

Valencia

Miércoles, 20 de noviembre 2024, 00:27

El barranco del Poyo se convirtió el pasado 29 de octubre en el epicentro de la tragedia. Lo que nadie pensaba que podía ocurrir finalmente ocurrió y la inundación se llevó por delante más de 200 vidas, negocios y miles de vehículos y ... otros bienes materiales.

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¿Se podría haber evitado? El tiempo y los estudios lo dirán, pero de lo que no parece nadie dudar es que sus consecuencias podrían haberse mitigado porque había proyectos históricos que establecían medidas encaminadas a reducir el impacto de la avalancha de agua.

En la primera década de este siglo un proyecto de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) planteaba la conexión del barranco del Poyo con el nuevo cauce del Turia para aumentar su capacidad y disminuir el riesgo de inundaciones. La iniciativa quedó finalmente aparcado porque, según la propia CHJ, chocó con la ley de protección de la Huerta aprobada en 2018 y que pretendía proteger el entorno rural de Valencia.

Como este proyecto no salió adelante se diseñó una solución compatible denominada 'Pla de Quart' «consistente en una actuación blanda que se combina con una restauración ambiental, a fin de minimizar el riesgo de inundación para periodos de retorno bajos y que deberá completarse con soluciones compatibles con las nuevas restricciones derivadas de aquella protección». Pero todavía está pendiente de ejecución.

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El plan inicial, que data del año 2009, es un proyecto que consistía en la bifurcación del barranco del Poyo en dos ramales. Uno de ellos se mantiene en su curso hacia la Albufera, donde desemboca, y el segundo es una desviación hacia el cauce nuevo del Turia con una capacidad de 700 metros cúbicos por segundo. El que se dirige a la Albufera tiene capacidad para 800 metros cúbicos por segundo. Entre los dos son capaces de evacuar una cantidad de agua de 1.500 metros cúbicos por segundo, que no habría sido suficiente (la avenida llegó a superar los 2.000) pero que podría haber contribuido a reducir el impacto.

El barranco del Poyo se encuentra encauzado aguas abajo de Paiporta para un caudal de 800 metros cúbicos por segundo. Como la cantidad de agua esperable es de 1.500 metros cúbicos, los técnicos se plantearon el desvío al nuevo cauce del Turia de 700 metros cúbicos por segundo.

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La solución propuesta por los diseñadores del plan pasaba «por dar continuidad al cauce para un caudal que proporcione un nivel de protección compatible con los usos actuales del suelo y al mismo tiempo no produzca, aguas abajo de la confluencia con el Horteta, un caudal superior a los 1.500 metros cúbicos por segundo».

Las actuaciones previstas eran la ejecución de motas para defensa. Por otro lado, la construcción de un nuevo cauce (tanto para el Poyo como para su principal afluente el Gallego) que dé continuidad al existente aguas arribas de la A-7. El tramo tendría una longitud de 1.420 metros con una anchura de 85 metros en la base, tres de altura y taludes de 2,5.

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El proyecto incluía también mejorar la capacidad de infraestructuras existentes a lo largo de 15 kilómetros, entre ellos un nuevo puente con un arco de 65 metros de luz.

Este nuevo cauce tendría la doble función de reducir el transporte de sedimentos hacia la Albufera. La longitud de la vía verde era de 2.220 metros con un cauce principal con 28 metros de base, 4,5 de altura y taludes de 2, con lecho del cauce en tierras y revestidos de geoceldas revegetadas.

El proyecto incluía también un estudio de la incidencia de las aguas derivadas del Poyo en el cauce del Turia de forma que implicaría en caso de simultaneidad de lluvias en ambas cuencas un incremento del caudal circulante por el Turia de unos 200 metros cúbicos por segundo. Además, el aumento de calado en el nuevo cauce sería de 80 centímetros en la confluencia reduciéndose a cero unos mil metros aguas abajo. Es decir, la influencia ha sido mínima.

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También establecía que pese a que las actuaciones sobre el barranco del Poyo y el Gallego implican un aumento de caudales transportados aguas abajo, no conllevaría un mayor depósito de sedimentos en la Albufera porque, además, existirá una barrera a través del azud que limitará el caudal máximo hacia la Albufera a los 800 metros cúbicos admisibles. El estudio establecía que con esta solución el volumen de sólidos que acabaría en la laguna se reducirían un 46%.

Sigue pendiente, por otro lado, el acondicionamiento del barranco de la Saleta en el tramo comprendido entre Aldaia y el nuevo cauce del Turia, otra iniciativa diseñada para disminuir el riesgo de inundaciones. Planeado a principios de este siglo, el proyecto fue autorizado el 17 de enero de 2020 por un importe de 26 millones de euros. La redacción del mismo se inició en marzo de 2021. Tras el análisis de coste-beneficio y las indicaciones previstas, se ha adaptado el proyecto constructivo. En estos momentos, está en la fase final de la tramitación ambiental simplificada, en curso desde agosto de 2022.

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La adecuación y encaje de todos los condicionantes técnicos, ambientales y sociales en la búsqueda de un mayor consenso, ha supuesto un importante incremento del presupuesto que ronda los 90 millones de euros.

El proyecto no se ha podido resolver hasta que se ha contado con informe favorable de la Dirección General de Política Territorial y Paisaje de la Generalitat Valenciana con fecha 23 de julio de 2024 y que implica la elaboración de un estudio de integración paisajística que tendrá que aprobar esta Dirección General.

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