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Pasadas las dos del mediodía la avenida de Blasco Ibáñez, en el fragmento comprendido entre los Jardines del Real -conocidos como Viveros- y la rotonda ... con la avenida de Aragón, estaba abarrotada de gente. Allí, a partir de las 16.00 horas, hasta 2.800 aspirantes esperaban nerviosos su entrada a realizar los exámenes que dan acceso a una plaza de formación sanitaria especializada. Aunque las pruebas están preparadas para las especialidades de Farmacia, Enfermería, Psicología, Química, Biología y Física, los que más, como siempre, son los de Medicina. Estos aspirantes se encontraban a pocos minutos de enfrentarse a la prueba que podía cambiar sus vidas, tras un mínimo de seis años de formación universitaria y 8 meses de estudio incansable para cumplir su sueño de ser médico.
Este año, por la celebración de otras oposiciones en el campus de la avenida Tarongers, las pruebas MIR tenían lugar en los campus de la Universitat de València (UV) de Blasco Ibáñez. Concretamente, los aspirantes se examinaban en distintas facultades y aularios según un orden alfabético, y las sedes podían ser los aularios III y VI, la facultad de Geografía de Historia , la de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, la de Fisioterapia, la de Psicología y la de Enfermería y Podología, todas ellas de la UV.
Allí, una gran cantidad de futuros médicos, psicólogos o enfermeros aguardaban nerviosos el comienzo de los exámenes que permiten ocupar una plaza de formación sanitaria especializada, requisito necesario para ejercer a nivel profesional. Aunque los médicos son mayoría, cabe recordar que contando todas las especialidades en Valencia se han presentado 2.800 personas, que unidas a las 1.014 que se presentaban en Alicante, sumaban un total de 3.814 aspirantes. Como cómputo general, Sanidad ha publicado que en toda España se presentan 32.212 personas que optaban este sábado a las 11.943 plazas ofertadas.
Casi 4.000 personas que buscan ocupar una de las 1.115 plazas ofertadas por el Ministerio de Sanidad en la Comunitat, -siendo 918 de ellas para médicos-. Se trata de la oferta de formación sanitaria más alta de la historia, pues supera en un 1,45% la del año pasado, que ya batió esta marca. La prueba, como siempre, consta de un examen tipo test con doscientas preguntas, más otras diez de reserva, con cuatro opciones de respuesta de las que sólo una es correcta.
Los aspirantes deben estructurar bien las cuatro horas y media del examen, que se ha iniciado a las 16 horas -aunque los aspirantes estaban citados a las 15.00-, teniendo en cuenta que cada tres errores restan un acierto y las no contestadas no se valoran. Aunque la prueba se realice un sábado, la convocatoria es por la tarde, y los aspirantes deben pasar el día como ellos consideren antes de enfrentarse a su futuro. De hecho, hasta la preparación les acostumbra a manejar estos horarios.
«Nos hemos pasado ocho meses estudiando once horas al día y con simulacros cada sábado con este mismo formato. Tal y como está estructurado no molesta porque la preparación ya está pensada para saber manejar estos horarios», afirmaba Lucía, una joven valenciana que busca ser médico y que parecía que los de los nervios se le podían salir los ojos. «Estoy preparada para ser médico, es inevitable sentir nervios pero estoy orgullosa de cómo me he preparado y confío en hacerlo lo mejor posible», sentenciaba la joven.
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«Seguro que se puede llegar a pensar que jugarte tu futuro en un tipo test pueda ser injusto. Todo el mundo puede tener un mal día y esta prueba no te va a definir como médico», sentenciaba otra joven. los nervios cada vez inundaban más Blasco Ibáñez. Familias y amigos con pancartas despedían a sus allegados antes de su prueba más importante. Los trabajadores que coordinan la prueba llaman a pasar a los aspirantes. Pero antes, una última duda, ¿Qué significa presentarse por fin a esta prueba? «Estoy tan nerviosa que ni me apetece contestarte a eso ahora», respondía la joven a este periódico. El miembro de seguridad de la UV deseaba suerte a todos, incluso los que llegaban tarde en el día menos oportuno.
Todos aquellos que aprueben participarán en el acto de adjudicación, el cual recupera su formato tradicional. Al tratase de una prueba de ámbito nacional, los aspirantes -por orden de nota- escogerán la especialidad sobre la que quieren formarse y el hospital en el que lo realizarán durante los próximos cuatro años, -aunque algunas especialidades son cinco-. Esta vuelta al formato tradicional significa que los aprobados deberán acudir a Madrid y escoger de manera presencial la especialidad en la fecha y hora que le asigne el Ministerio de Sanidad según su calificación. Durante los últimos 4 años, la adjudicación fue puramente telemática debido a la pandemia. Además, las adjudicaciones se producirá a partir de abril.
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