J. A. Marrahí
Jueves, 27 de abril 2023
Hora de despedirse para la comandante piloto Sayo Bellvís en Valencia. Otra vez toca volar. No sólo volar para llegar a tiempo a todo y ... sacar adelante a tres hijos de 4, 6 y 12 años junto con su marido. Volar de verdad, a los mandos de aviones CRJ 1.000. Porque ella es madre, aviadora de Air Nostrum y nos cuenta en primera persona cómo pilota su vida en una semana repleta de trabajo: un periplo de cuatro días por cuatro países y vuelta a casa. A los mandos de 11 vuelos, recorriendo siete aeropuertos europeos, 10.000 kilómetros y en 'control remoto' de la vida familiar. Abróchense los cinturones.
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Domingo, 26 de marzo
21.15h Vivo en Valencia y voy a pasar toda la semana fuera de España, con base en el aeropuerto de Linate (Milán). Llevaré aviones con destino a Italia, Francia y Bélgica. Lo he preparado todo. Mis hijos están duchados para empezar la semana, con mochilas listas. Las del colegio, educación física, natación, waterpolo…
21.21h. Cargo, actualizo la tableta del trabajo y preparo la maleta para cuatro días en Linate. Pongo ropa de abrigo porque dan alta probabilidad de lluvia, sobre todo miércoles y jueves. La maleta siempre la tengo lista, pues es lo mismo salir para un día o para cinco. Imprescindible ropa cómoda, un bolso, ropa deportiva, uniforme, pijama, algo de abrigo, neceser, bañador (por si acaso) y paraguas.
22.21h Alejandro (mi marido) pregunta si madrugo, aunque tiene la programación. Es para que no me molesten los pequeños y me acueste ya. Siempre bromea y dice que hacen fiesta cuando me voy. Bianca me ha preparado un dibujo para que me lo lleve. Mañana se queda en el comedor del cole. Su respuesta: «¡Jopeeeeee!». Martina (la mayor) está en la ESO, Bianca (mediana), en Primaria y Vicente (el pequeño), en Infantil.
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Lunes, 27 de marzo
6.10h Suena el despertador y nos levantamos cual resortes. Con extremo cuidado para que Vicente no se despierte. Tiene 4 años y se ha venido a nuestra cama. Pongo puchero en la olla para que tengan caldo toda la semana. Preparamos almuerzos, mochilas y a despertar a los niños.
7.00h Desayunan los pequeños, los vestimos y salimos todos juntos. Alejandro los lleva al cole. Vicente entra a las 8.45 a la guardería y Bianca a las 8.50 al colegio. El próximo curso irán los tres al mismo centro y todo será menos lío. Menos mal que viene Amparo y nos ayuda en casa. Hay juguetes por medio, lavadora puesta y no nos da la vida para más.
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9.30h Clase de danza. Lunes y miércoles voy a danza y expresión corporal. Martes y jueves, a gimnasia. A veces te pierdes cosas. Hoy es el cumpleaños de una gran compañera y amiga, Lourdes Carmona, también piloto. Lo celebra y no podré ir.
12.45h Como es el primer día que trabajo después del cambio de hora miro la programación 80 veces para confirmar horarios. Ya estoy en el aeropuerto. Tras firmar en las oficinas de Air Nostrum dejo un libro que me prestó una amiga y me entregan los billetes para echar a volar.
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13.30h Despego en breve a Madrid. Los dos vuelos que hago hoy se llaman vuelos de situación. Sirven para llevarme al destino que la compañía necesita para operar otros aviones y viajo como pasajera. Primero, de Manises a Madrid y, desde allí, a Milán, mi base aeroportuaria estos días.
15.53h Madrid (Barajas). Hora de comer antes del segundo vuelo: ensalada y poke de heura en el aeropuerto. Llevo dos libros y en las esperas de vuelos me entretengo también con croché (punto con agujas).
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17.30h Los pilotos siempre nos presentamos a la tripulación para que cuenten con nosotros en caso de necesidad, aunque sea un avión diferente al que solemos llevar. Yo piloto el CRK 1.000 desde hace 16 años. Antes llevé el ATR-72. Cuando obtienes la licencia o el título que te acredita como piloto necesitas un curso de habilitación donde estudias los sistemas del avión, sesiones de simulador y entrenamiento en base antes de llevar pasaje. Ya en línea vas con comandantes instructores.
18.00h Merienda a 36.000 pies. Flan, café y agua en trayecto a Milán.
19.35h Ya en Milán. Estamos a 16 grados y hace viento. Toca sacar chaqueta porque el clima es más fresco que en España. Esperamos la recogida que nos traslade al Hotel Crowne Plaza, a 5 kilómetros del aeropuerto de Linate. Son 10 minutos en coche.
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20.00h Llegada al hotel para descansar. Rápidamente, cena con compañeras y a deshacer maleta. Al llamar a casa Alejandro me cuenta que ha ido al kiosco de mi hermana a por el libro de lectura para el cole de Martina. Vicente tiene tos y ha cogido cita con la pediatra mañana. Todos cenados ya y todo en orden en casa. ¡Buenas noches!
Martes, 28 de marzo
6.30h Amanece en Milán. Hoy ya toca pilotar. Primero, clase de cardio 'online', ducha y desayuno con compañeros. Charla y sobremesa.
7.07h Llamada de buenos días desde casa. Y doble problema doméstico: se ha estropeado el microondas y se ha embozado la pila del fregadero. Trato de solucionarlo a 1.300 kilómetros de distancia, pues Alejandro está con desayunos, mochilas, almuerzos...
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11.30h Problema en vías de resolución. Tramitado con el seguro. A la espera de que llamen a Alejandro (yo tendré móvil apagado para pilotar) y concierte cita con instaladores. Al ser autónomo, aún nos podemos apañar. Tengo compañeras con parejas en las que los dos son pilotos.
12.10h Me recogen desde el hotel para ir al al aeropuerto. Nos espera un día estupendo en el primer vuelo a Bruselas. Cielo completamente despejado y 5 grados de temperatura.
12.30h Al llegar a Linate paso el filtro de seguridad, me recoge un autobús y nos lleva al parking donde está el avión. Preparamos el pilotaje: inspección de seguridad, revisamos documentación, ponemos combustible, chequeamos los sistemas... Hay un 'briefing' de toda la tripulación e iniciamos embarque.
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14.53h Ya en Bruselas. Sobrevolar los Alpes es siempre espectacular.
16.00h Comida en cabina. A elegir entre pollo o salmón. Porque debemos comer cada piloto una cosa. Es una medida de seguridad para evitar intoxicaciones. No suele haber conflictos por la elección.
17.45h Ya de nuevo en Milán, control de asuntos de familia. Alejandro, de camino al pediatra con el pequeño. No van a poder ir a waterpolo ni a natación. Si estuviera yo nos podríamos repartir. El técnico del microondas ha ido a casa por la avería y, desde Milán, he dicho que no vamos a un cumpleaños de la clase de Vicente porque es imposible. Es el jueves y yo no estoy. Demasiado lío para Alejandro con el trabajo, las cenas, las recogidas...
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18.05h Rodando a la cabecera de la pista 36 de Linate había una niña con sus padres junto a las vallas del aeropuerto saludando a los aviones. No sabéis la alegría que les da cuando les devolvemos el saludo. También allí, como en Manises, se ponen los 'spotter' (aficionados a la aeronáutica que graban imágenes de aterrizajes y despegues).
19.35h Entre Milán y Palermo me encuentro con una preciosa puesta de sol mientras sobrevolamos las islas del Giglio y Giannutri.
23.03h Tras volar, ya de noche, otra vez de vuelta en Linate. Cierro el avión por hoy. Ya en el hotel ceno unos entremeses y a descansar.
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Miércoles, 29 de marzo
7.32h ¡Buenos días! Pequeña supervisión familiar. A las 8.30, ortodoncia para Martina. Sólo se ha retrasado en la primera clase y los pequeños, puntuales en el cole. Hago baile y relajación a distancia con la valenciana María Martínez en su plataforma de clases gratuitas Siéntete Joven. Desayuno y a volar.
10.30h Apunte laboral: tenemos muy regulados los descansos y períodos de actividad, como en otros sectores de transporte. Ayer hice 10 horas y 50 minutos de actividad y he tenido 11 horas y media de descanso. Como mínimo se necesitan 10 y media o el mismo tiempo que hayamos trabajado en la actividad precedente. Me voy a Bari, al sur, casi en el tacón de la bota de Italia.
15.45h La comida de hoy es en el avión, pero en tierra, en la escala, tras salir el pasaje. Toca elegir entre albóndigas y salmón. En casa han comido pasta. Bianca ha salido a las 12.20 y la acaba de llevar Alejandro al cole. Martina sale hoy a las 13.15 y no tiene clase por la tarde. Instalada la fibra en casa porque he hecho portabilidad.
18.00h De camino al Charles De Gaulle de Paris repasamos las fichas de rodaje mil veces, preguntando el parking que nos asigna el aeropuerto, ya que es uno de los más grandes de Europa.
19.37h Y otra vez de vuelta a Milán. En la salida del Charles de Gaulle se aprecia París y hasta hemos podido localizar la torre Eiffel desde el aire.
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19.37h De vuelta a Milán nos hemos encontrado con la lluvia que anunciaban cuando preparaba el viaje. Pero ningún problema. Ceno en el hotel. Mañana más. A descansar.
Jueves, 30 de marzo
8.48h ¡Buon giorno! Último día. Hoy por la mañana, tiempo libre y compras en Milán. Antes pregunto en casa qué les llevo. No me gusta comprarles algo cada vez, pero adoran la pasta de formas diferentes y así hacemos cena temática. En casa ha habido un momento 'botón del pánico' buscando una gorra para la excursión a Cullera de Bianca. Al final, ha aparecido.
9.00h Tras meditar y pasear voy al supermercado. Compro unos pestos buenísimos para que los niños tomen alcachofas, espárragos y brócoli.
9.30h Una madre me envía una foto de Bianca contenta con su gorra. ¡Gracias a esas otras que se acuerdan de que una madre no está y envían fotos! Mis hijos me esperan como agua de mayo. Saben que los despertaré mañana y les pediré una guerra de besos.
11.47h Voy a la ciudad en metro con los compañeros de tripulación: dos azafatas y el copiloto. Admiramos la Catedral de Milán, compramos y comemos pizzas en el restaurante I Dodici Gatti.
15.10h Ya en el metro, de vuelta al hotel. Nos recogen a las 16.50 para ir al aeropuerto. Hay que llevar otro avión de Linate a Bruselas. Vamos allá.
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18.18h Al sobrevolar un día más los Alpes me encuentro con un fenómeno meteorológico que se produce por el fuerte viento y se llama onda de montaña. Aquí os dejo una imagen.
19.48h Videollamada a casa. ¡Bendita tecnología! Vicente sigue con tos. Bianca, agotada de la excursión. Ha llegado con un parche pirata de la Cova del Dragut. Martina, haciendo deberes.
22.00hÚltima cena en Milán. Elijo pollo. Esta vez es en el avión, a la espera de que nos autoricen el vuelo de regreso a Valencia. Es ya sin pasaje, para posicionar el avión en nuestra base de Manises.
Viernes, 31 de marzo
1.27h ¡Otra vez en Valencia! Aterrizaje y traslado del avión al hangar. Nos recogen y vamos a la terminal del aeropuerto. Hora de volver a casa.
2.19h Entro en mi hogar después de cuatro días. Todos duermen. Abro las habitaciones y los veo tan a gusto... Voy a deshacer maleta y colocar la pasta fresca y compra italiana. Ahora sí. ¡Bona nit!
7.15h¡Buenos días! He dormido cinco horas. Escucho duchas en casa. Martina y Alejandro salen ahora mismo. Mi marido tiene visitas como tasador inmobiliario. Tomo el relevo en casa. Hoy toca hacer compra, lavadora y poner orden... Y el martes, a lo mejor, otra vez piloto. Con guardia localizable.
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Cuatro franjas y una estrella doradas brillan sobre el azul marino de su chaqueta. Piloto y comandante. Sayo Bellvís, de 43 años, es el ejemplo más claro de que la mujer llega tan alto como se proponga. De su presencia exitosa en empleos tradicionalmente masculinos. Y de que la vida en familia se sobrelleva sin renunciar a los sueños profesionales cuando dos se implican.
Nació en Ayora. Su padre era farmacéutico y su madre dejó Derecho para dedicarse de lleno a la farmacia y a la vida familiar. Sayo se enamoró del aire, suma ya más de dos décadas llevando pasajeros de aquí para allá y actualmente pilota vuelos comerciales de Air Nostrum, cuya plantilla cuenta con un 6% de mujeres en cabina.
La comandante Bellvís está casada con un aparejador autónomo y con cierta flexibilidad con su horario laboral. Se define como «organizada y metódica», a la par que salpicada de inquietudes: «Hago punto, leo, escucho música, cocino, bailo…».
¿Por qué echó a volar? «Con tradición familiar farmacéutica, estaba casi establecido que mi hermana gemela y yo íbamos a seguir ese camino. Pero no. Aquello no era lo mío». Con 15 o 16 años se contagió de la pasión aérea paterna, de sus revistas de aviones y… «¿por qué no?».
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Se informó de las escuelas de vuelo en España y despegó su vocación. El sueño del padre, hecho realidad por la hija. «Tenía el apoyo de mi familia y en ningún momento me quitaron la idea por ser un trabajo con pocas mujeres». Eso sí, «yo era la única de mi promoción», recuerda. A los 25 años hizo el curso de comandante y suma ya 22 en Air Nostrum.
Al ser madre, trabaja con reducción de jornada, «que se aplica en muchos días en los que no salgo a volar». La clave para que todo funcione en casa «es organizarse», aunque admite que en los momentos más intensos de trabajo «te pierdes cosas en familia y algunas en fechas señaladas». Se compensa con la alegría de «llevar a gente de vuelta en Navidad». Al final, trabajar en esto «es una suerte», sentencia. «Hoy mi familia está orgullosa y me pide que me los lleve en la maleta».
Sólo a lo largo de las cuatro jornadas de trabajo compartidas con LAS PROVINCIAS, Bellvís ha recorrido casi 10.000 kilómetros.
La valenciana, en realidad, pilota de todo. No sólo aviones. Es voluntaria de Aviación sin Fronteras, que desarrolla proyectos humanitarios para niños en todo el mundo, presidenta de su comunidad de vecinos, gestiona un alquiler... «Me dicen que escriba un blog de trucos y secretos. Todo es organización. Y sacrificio. Y nada... A disfrutar de la vida, que sólo hay una».
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