En algo más de un año, Miriam Maestro ha vivido los momentos más duros de su vida. Pero también una explosión de alegría contenida. Una auténtica montaña rusa de emociones. Este domingo se celebra el Día Mundial contra el cáncer de colon, como el ... que le detectaron a ella, y que es el segundo más mortal que hay, después del de pulmón, pero diez meses después ya le habían operado y le comunicaban que el tumor maligno había desaparecido sin secuelas. Ahora comienza «una segunda oportunidad» en su vida en la que pretende tomarse las cosas con más calma y disfrutar de su familia.
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Esta valenciana tiene ahora 50 años y con 49 le comunicaron la noticia que le dejó en shock. «Fue en el hospital Clínico, tras salir de la anestesia de una colonoscopia. Me dijeron que tenía un cáncer de colon y que no había ninguna duda, que me tenían que operar», señala la mujer. «Unos días después en la consulta el doctor me explicó todos los posibles escenarios, desde que me quitaran el tumor y todo fuera bien, que tuviera alguna fuga y necesitara que me operaran de nuevo, que me hiciera metástasis y fuera mal, o que me tuvieran que poner una bolsa de ostomía. No te da tiempo a procesar todo eso», explica.
Todo empezó unos meses antes, cuando en enero de 2023 empezó a notar dolor abdominal y estreñimiento. Llevaba una vida sedentaria y hacía poco ejercicio. «Fui al médico y tras un análisis, una proteína salía un poco alterada, por encima del valor máximo. Me dijeron que cambiara la dieta, tomara más fruta, pero no mejoraba. A las dos semanas volví a ir, estaba agobiada y me siguieron haciendo analíticas. En abril el valor que estaba un poco por encima se disparó, pasó de 180 a 600, así que me hice un test de cribado de sangre oculta en heces y salió positivo», relata Miriam. Fue entonces cuando su médica de familia la derivó al Clínico. Y allí ya empezó lo duro.
«Cuando me dan la noticia mi mundo se para. Le dije a mi marido que había ido muy mal, que tenía cáncer. Fuimos a hablar con mi madre, y fue un shock muy grande para ella. Después se lo dije a mis hijos, de 16 y 13 años, es horroroso. Siempre se asocia la palabra cáncer con la muerte, para ellos fue horrible, pero no me veían deteriorada», cuenta Maestro. Necesitó en todo momento ayuda psicológica, que encontró en la Asociación Contra el Cáncer de Valencia, donde ya le habían ayudado con la enfermedad de su padre un año antes, que acabó muriendo.
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Al no haber cumplido aún los 50, Miriam no entraba en los protocolos de cribado de cáncer de colon, ya que no es frecuente este cáncer con su edad. Pasó un verano completamente hundida y asustada por lo que ella veía como un panorama muy negro. «Hice testamento, porque todo lo que leía en internet era fatal, ponía que la esperanza de vida eran cinco años. Hay mucha noticia falsa por ahí que genera mucho miedo», señala.
Pero en septiembre recibió la citación para el quirófano. «Cuando acabó la operación el médico me dice que está muy contento, que estoy dentro de las personas que sólo han necesitado una operación. Me quitaron el trozo de colon afectado y no había metástasis. Aunque tuve que esperar 20 días para me asegurasen que no se podía reproducir. Me fui a casa de mi madre a recuperarme y eso nos ayudó mucho a las dos. No todos los enfermos de cáncer se mueren», apunta la mujer.
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Se había curado. Pero se resistía a creérselo. «Mi marido y mis hijos estaban eufóricos, rompieron a llorar de alegría, no podían ni hablar. Pero yo no me lo acababa de creer. No te crees cuando te dicen que tienes cáncer pero tampoco que estás curada. Han sido nueve meses, ha ido todo súper rápido, pero el miedo a la recaída siempre está ahí. Me dijeron que no se sabe qué elementos tengo que evitar para volver a tener este cáncer, no es de antecedentes, sólo llevar una vida saludable, hacer ejercicio», añade Miriam.
En octubre le confirmó su oncóloga que todas las pruebas habían salido negativas y que el cáncer no es hereditario. «Ya estaba curada, no he necesitado ni quimio, ni radio, sólo la operación. Ni siquiera tratamiento posterior de inmunoterapia, ni la ostomía. Soy una afortunada, estoy viva y no he pasado el calvario de otra gente. Casos como estos son un porcentaje reducido. Me cogieron a tiempo, en una fase incipiente», expresa. Tampoco se creía que no necesitara ningún tratamiento de prevención, solamente volver a la consulta cada tres meses. «La oncóloga me lo dijo, que no necesitaba tratamiento, porque la quimio y la radio si no tienes metástasis no sirven de nada, sólo bajan las defensas. Hasta dentro de diez años tengo que seguir con controles», asegura.
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La operación no le ha limitado para hacer ningún movimiento ni tiene alimentos prohibidos, aunque en todo este proceso ha perdido 8 kilos. «Podrían haber sido algunos más, que me hacían falta», bromea Miriam. Ahora está trabajando mucho con los psicólogos cómo aprender a que se vaya ese miedo, esa intranquilidad a una recaída. Pero se ve fuerte y animada. Este verano quiere aprender a hacer surf y algún viaje con amigas. Pero sobre todo, disfrutar de su familia. Por eso, aunque en mayo pretende reincorporarse a su trabajo, tiene claro que no hará tanto exceso de horas como le ocurría antes.
El cáncer de colon es el cáncer más frecuente en la Comunitat para hombres y mujeres y el segundo más mortal por detrás del cáncer de pulmón. Según el Observatorio de la Asociación Española, cada año se diagnostican 4.466 casos de cánceres en la región, siendo más común en hombres mayores de 60 años.
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La buena noticia es que es un cáncer que si se detecta precozmente se puede curar. De hecho, 9 de cada 10 personas sobrevivirían al cáncer de colon si se detectara precozmente, antes de que la enfermedad alcanzase fases más avanzadas. A esto se le suma la gran cantidad de personas a las que, si se identifican pólipos gracias al Test de Sangre Oculta en Heces y se extirpan, no van a desarrollar un cáncer de colon.
Además, este tipo de cáncer supone un coste económico alto. El estudio 'El impacto económico y social del cáncer en España' que elaboró la Asociación advirtió que, de media, un cáncer de colon en estadio localizado, es decir, en fases tempranas, costaría en torno a 50.000 euros, un coste que se triplica en el caso de que se detecte en un estadio más avanzado como el metastático.
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Un coste que no sólo lo asumen las arcas públicas, sino también las propias familias que pagan el 45% de los costes del cáncer: se estima que el cáncer supone un coste extra mensual de entre 150 y 400 euros a lo largo de la enfermedad.
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