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Teo logra levantarse de la camilla con ayuda de los sanitarios y los bomberos en su domicilio en Turís, ayer. jesús signes

Teo: «Ahora dieta de 1.800 calorías y rehabilitación»

El joven con obesidad mórbida regresa a su domicilio en Turís con ayuda de una ambulancia especial y de los bomberos

DANIEL GUINDO

VALENCIA.

Miércoles, 5 de diciembre 2018, 00:45

«Estoy muy contento y emocionado, pero también concienciado. Ha sido muy duro y me ha supuesto mucho esfuerzo y sacrificio. Ahora vienen otros fuertes retos». Teófilo Rodríguez, el joven de Turís con obesidad mórbida, regresó ayer al domicilio familiar después de pasar cuatro meses ingresado en el Hospital de Manises, perder unos cien kilos -aunque todavía pesa 285-, y poder dar, al fin, unos pasos ayudado por un andador. Su salida del centro sanitario fue larga, al igual que la estancia. Una última sesión con el fisioterapeuta, visitas de los doctores, un baño ayudado por familiares y una cordial despedida del equipo sanitario y directivo del centro, acompañada de las correspondientes fotografías, fueron sus últimas actividades en Manises. Teo, como así lo conocen sus allegados, se siente muy agradecido al hospital «porque han luchado mucho y me han aguantado mucho», aunque reconoce que las primeras semanas fueron «muy duras». «Había poca coordinación y tardaban mucho en asearme, pero con el tiempo todo cambió», resalta.

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Después de todo este periplo, el viaje a casa no podía ser fácil. En un primer momento, el traslado lo iba a realizar un taxi adaptado -la envergadura de Teo imposibilita que pueda viajar en un turismo convencional-, pero finalmente los responsables del hospital optaron por poner a su disposición una ambulancia especial. Dotada de una camilla articulada y una especie de carril central en el queda ìnmovilizada, era una de las pocas alternativas viables para que Teo abandonara el centro sanitario. Así lo hizo alrededor de las cinco de la tarde aunque, en un primer momento, su alta se iba a llevar a cabo a lo largo de la mañana, como le comunicaron los directivos. Lo extraordinario del caso retrasó todo el proceso.

Su familia le esperaba emocionada a las puertas de su casa. La planta baja en la que reside estaba abierta de par en par. Paula, su madre, reconoce que les costó abrir una de las hojas del acceso a la vivienda. La falta de costumbre. Pero la ocasión lo merecía y las necesidades de espacio lo requería. Cuando la ambulancia asomó por la esquina de la calle Paula ya trataba de contener el llanto. Cuando se abrieron las puertas del vehículo dudó, pero no tardó en fundirse en un abrazo con Teo. Los sanitarios que le acompañaban intentaron bajar la camilla, pero no tuvieron éxito y fue necesario que los bomberos se personaran en el lugar. Entre todos lograron que Teo cruzara el marco del hogar familiar, a ese al que ha tenido que regresar puesto que, antes de que se agravara su situación, vivía solo en un chalet de la localidad. Una vez dentro, y con ayuda, consiguió bajar de la camilla y mantenerse en pie unos instantes ayudado del andador... aunque pronto requirió de la ayuda de una silla. «Mamá, acércame algo para sentarme que me tiemblan las rodillas». Aunque con muchas dificultades Teo ya puede dar unos pasos, «por eso me han dado el alta, ya que era un ingreso social», recuerda. Sin embargo está feliz. «No me esperaba volver tan pronto, he estado seis meses en cama y esto no me vuelve a pasar, nunca he tenido tantas fuerzas», reconoce, ya en su domicilio. Ahora está mentalizado para continuar con las recomendaciones médicas: «una dieta de 1.800 calorías diarias y rehabilitación en el centro de salud. Y en enero nuevas visitas al cirujano, el endocrino, el nutricionista.... Mi familia también está concienciada al cien por cien y me ha ayudado desde el primer día». Al respecto, desde la dirección del centro sanitario también indicaron que «aun fuera del hospital, el compromiso del paciente, de sus familiares y su entorno en la recuperación y el seguimiento estricto de las pautas médicas continúan siendo clave para su bienestar y salud, presente y futura».

El hospital subraya que el seguimiento estricto de las pautas médicas será clave para su recuperación Teo apunta que la policía investiga si ha tomado tranquilizantes sin receta en su estancia en el centro

Frente a la felicidad expresaba ayer, Teo también recuerda momentos especialmente difíciles, como la visita que recibió hace unas semanas de agentes de la policía. Estaban investigando si alguien ajeno al hospital le había proporcionado tranquilizantes sin receta médica -por ejemplo, Diazepam-, puesto que los tests de orina daban positivo, según relata. Él apunta que sí había tomado estos medicamentos con anterioridad y que los positivos pueden deberse a la pérdida de peso. «Son sustancias cuyos restos se quedan en la grasa y, al perder peso, habrán aparecido», señala, porque «nadie me ha dado nada».

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