

Secciones
Servicios
Destacamos
europa press
Valencia
Jueves, 30 de julio 2020, 15:51
Al hacer deporte no siempre es fácil discriminar las molestias propias de ejercitar grupos musculares que no están habituadas a entrenar de aquellas que funcionan como alerta de un daño en tejidos y/o huesos que puede acabar en lesión, según alertan especialistas de la unidad de salud deportiva de Vithas València 9 d'Octubre.
«Es falsa la creencia de que hacer una última serie de fuerza, aunque surja el conocido 'tembleque', es decisiva para ganar volumen. Que aparezca un ardor muscular cuando se comienza a realizar ejercicios de fuerza como levantar mancuernas o hacer sentadillas es perfectamente normal«, afirma el entrenador Nacho Martínez en un comunicado del grupo.
Al contrario, este ardor es el resultado de no haber trabajado antes y «aunque se sienta como un dolor insoportable, realmente es fatiga; no hay que confundirlos». Pero es distinto sobrevalorar la fuerza de uno y, por ejemplo, cargar en exceso peso en máquinas de gimnasio.
Cuando la carga está por encima de las posibilidades físicas de quien intenta levantarla, dolerá. «Independientemente de tu nivel de condición física, el ejercicio nunca debe ser doloroso. En caso de serlo estaríamos ante una llamada de atención que siempre hay que escuchar, tanto si eres principiante como atleta de élite«, explica el también doctor en Ciencias de la Actividad Física.
Conviene, por tanto, hacer hincapié en que este tipo de molestia es un aviso de que una articulación o un grupo de fibras musculares está al límite: «No hacerle caso aumenta el riesgo de sufrir una lesión aguda o agravar una ya existente«.
Cuando se entrena por encima de la condición física, el dolor es agudo, incisivo y muy localizado. No parar supondrá, «seguramente», la aparición de un tirón, un latigazo punzante o la sensación de impacto propio de un músculo al romperse.
El temblor en extremidades también es frecuente al realizar ejercicio físico, y también es usual que ese temblor «dispare la duda» de si seguir es conveniente o de si al hacerlo aumenta el riesgo de lesión.
Los especialistas rechazan así la visión de que hay que obviar este tipo de temblores en aras de lograr el aumento en el volumen del músculo. «El tembleque al entrenar produce una enorme fatiga que perjudica la continuidad de los entrenamientos: acabas exhausto», advierte el entrenador, sumado a un posible catabolismo muscular (destrucción de fibras) y un estado oxidativo e inflamatorio «nada recomendable».
Otro dolor propio de la actividad física son las temidas agujetas, que indican que las características del ejercicio o la intensidad superan el bagaje neuromuscular. «Son inevitables, aunque podemos acelerar su desaparición movilizando la zona afectada mediante ejercicio físico suave y sin impacto».
Por eso, después de una jornada intensa de entrenamiento, se recomienda 'descanso activo'; es decir, caminar y realizar ejercicio moderado. Otra de las recomendaciones es acudir a entrenadores profesionales ante la aparición de molestias.
«No solo se minimiza el riesgo de lesión, también se optimiza el rendimiento al contar con el conocimiento añadido que permite llevar al deportista al límite de sus posibilidades pero sin exponerle a posibles lesiones», explica el experto.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Circula sin dos ruedas, en sentido contrario y triplica la tasa de alcohol
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.