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La Diputación de Valencia ha activado el proceso que permitirá recuperar un tramo de la antigua N-III a su paso por Contreras. El propósito ... es devolver a la calzada la apariencia que tuvo antes de su abandono el siglo pasado. El proyecto mejorará las condiciones para el tráfico y la recuperación de la apariencia original de este tramo.
El encargo de la redacción dejará pendiente cuando esté listo la financiación de las obras, que se estima en 30 millones de euros. Fuentes de la institución señalaron que se está en la búsqueda de fondos europeos, debido a la vertiente patrimonial y turística de la iniciativa.
La vicepresidenta segunda provincial y diputada de Carreteras, Reme Mazzolari, explicó que se trabaja junto con expertos en patrimonio de las obras públicas de la Universidad de Castilla-La Mancha, para la elaboración de los criterios, directrices y estrategias que permitirán la recuperación de este tramo de carretera.
«Con esto sobre la mesa -continuó Mazzolari- se va a comenzar ya la redacción del proyecto donde se concreten las obras a realizar que, una vez ejecutadas, permitirán devolver a la carretera la apariencia que tuvo».
La actuación prevista, que discurre a lo largo del término de Villargordo del Cabriel, permitirá consolidar elementos que datan de la segunda mitad del siglo XIX, como son los muros de sostenimiento; restaurando también elementos de la década de los años 40 como los hitos kilométricos o postes de hormigón.
Asimismo, con el objetivo de devolver a este tramo el aspecto más similar posible al que tenía en el pasado, se preservará la señalización de los años 60, compatibilizándola con otra de seguridad, que será adaptada a las circunstancias patrimoniales.
Galo Valle, alcalde de Villargordo del Cabriel, explicó que esta actuación «tiene un doble valor, ya que por un lado mejora la conexión por carretera con enclaves importantes como es el poblado de Contreras, la Torre del Telégrafo o Las Trincheras; y por otro, recupera un elemento patrimonial de gran valor, retornándolo a su estética original, por lo que se convertirá en otro de los atractivos del municipio».
El proyecto se fundamenta en un análisis técnico llevado a cabo por la Universidad de Castilla-La Mancha. Entre los criterios de restauración destacan la consolidación estructural de la calzada, respetando los materiales originales en la medida de lo posible, y la integración en el paisaje.
Además, se aplicarán técnicas de restauración que minimicen el impacto en la estética original del trazado, evitando intervenciones agresivas que puedan alterar su valor histórico. El tramo del Paso de Contreras representa un testimonio único de la ingeniería viaria del siglo XIX en España. Su diseño, proyectado y construido por el ingeniero Lucio del Valle en 1853, fue una obra pionera en carreteras de montaña y supuso un hito en la conectividad de la región.
La recuperación de esta vía no sólo tiene un valor funcional, sino también la puesta en valor de un patrimonio histórico de relevancia. La carretera conserva elementos de diferentes épocas, desde su traza original hasta las adaptaciones realizadas en la década de los 40 y 60.
El proyecto de la carretera del Puerto de Contreras se enmarca dentro del trazado entre las poblaciones de Saelices (Cuenca) y Requena que se le encargó a Lucio del Valle por Real Decreto de 4 de marzo de 1845.
Esta carretera, conocida como el itinerario de las Cabrillas, presentaba la ventaja de reducir en catorce leguas, el trazado que, pasando por Albacete, era el usado hasta entonces para el trayecto entre la capital y centro de las Castillas y Valencia.
El Paso de Contreras es probablemente el ejemplo más significativo de trazado de carreteras españolas anteriores a la era del automóvil. Al ser construido antes de que el ferrocarril se consolidó como la principal prioridad de inversión en infraestructuras durante el siglo XIX. Esta obra representó un importante esfuerzo económico y de recursos humanos. Además, destaca como un claro avance en las técnicas constructivas frente a las carreteras del siglo XVIII y la primera mitad del XIX.
El trazado zigzaguea allí donde es necesario. Permite salvar un desnivel con una pendiente casi constante. Las obras de fábrica, como los pontones, alcantarillas y, sobre todo, el puente sobre el río Cabriel, destacan por su alta calidad y se conservan prácticamente intactas. La falta de intervención durante la segunda mitad del siglo XX, debido a la previsión de la construcción de una variante vinculada a la presa de Contreras, ha permitido que el trazado, especialmente en su tramo valenciano, se conserve. Junto al trazado de Del Valle conviven otras dos carreteras: la N-IIIa, que recorre la coronación de las presas que cierran el embalse, y la A-3 desde finales de los 90, que atraviesa la zona con tres viaductos y dos túneles.
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