Compuertas de la Gola de Puchol en la Albufera. Iván arlandis

Dirigir la Albufera, misión imposible

La Conselleria de Emergencia Climática desecha ocupar la plaza de director tras los intentos fallidos

Juan Sanchis

Valencia

Miércoles, 16 de febrero 2022, 00:30

No hay quien quiera a la Albufera. O eso parece. La Conselleria de Emergencia Climática se ha vuelto a dar con un canto en los dientes en su intento de conseguir que un funcionario se haga cargo del parque natural.

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El dicho a ... la tercera va la vencida no se cumple en este caso y la conselleria acaba de retirar el nuevo concurso para cubrir la plaza de director del parque. Y es el tercer intento en los siete meses que han pasado desde que la anterior responsable dejara el puesto por su jubilación.

Hasta ahora la conselleria había convocado dos procesos para cubrir esta plaza y ambos quedaron vacantes. También la ofreció a un interino que finalmente renunció a la plaza. Ahora ha optado por retirar la plaza antes de que quede vacante.

No es fácil cubrir esta plaza. El alto nivel de conflictividad en el parque no la hace nada atractiva para funcionarios con experiencia que optan por otros puestos antes que entrar en un mundo donde las tensiones se pueden incrementar.

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El parque está sin directora desde que el pasado 3 de julio Paloma Mateache se jubiló. Desde entonces se han convocado dos concursos -y ahora el tercero se ha retirado- que han quedado vacantes. De esta forma, se evidencia que muy pocos funcionarios han estado dispuestos a ocupar este puesto.

El Botánico modificó a su llegada al poder el proceso de elección de los directores-conservadores de los parques naturales y estableció como premisa que tenían que ser funcionarios y no cargos de designación directa como lo eran en la época del Partido Popular. Mateache ocupó este puesto en comisión de servicios hasta que se jubiló. Después de su salida ha llegado el problema.

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De esta forma, la Conselleria de Transición Ecológica ha tenido que esperar casi ocho meses para designar al nuevo director. Y todavía no lo ha conseguido. Llegó incluso a recurrir a un funcionario interino cuando el Decreto de Provisión de Puestos de Trabajo de la Generalitat señala que estas plazas sólo en casos excepcionales pueden ser ocupadas por personal de esta categoría.

Otra de las posibilidades que está barajando la conselleria es incluir al parque dentro del propio departamento como un elemento más en la estructura administrativa y el puesto podría ser ocupado por un jefe de servicio.

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El puesto de director del parque de la Albufera no es el más tranquilo y conlleva un alto nivel de conflictividad. Un ejemplo es que se acaba de poner en marcha el proceso para renovar la documentación que determina el funcionamiento del espacio natural. Así, se ha comenzado a tramitar el nuevo plan rector de usos y gestión (PRUG) del paraje casi una década después de que el anterior fuera anulado en parte por el Tribunal Supremo. Se trata de un trabajo complejo y complicado aunque la conselleria tiene la intención de presentar un borrador de forma inmediata.

Pero el problema que genera más tensiones es el del agua. La disponibilidad de recursos sigue siendo un foco de desencuentros entre los sectores implicados mientras la Fiscalía investiga el control de los niveles del lago y la gestión de las compuertas que regulan las salidas. El Ayuntamiento de Valencia ha pedido que haya una asignación fija para la Albufera, una pretensión que la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) no considera necesario.

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También continúan pendientes de resolver cientos de licencias de ocupación de amarres de embarcación en las aguas del parque y de locales de restauración.

La caza enfrenta a los ecologistas con los cazadores y la quema de la paja del arroz es otra fuente de desavenencias. En estos momentos se está negociando con los agricultores el futuro de este procedimiento. Pero la conselleria pretende suprimir esta actividad salvo para casos muy excepcionales.

Por otro lado, todavía no se han aprobado varias normas de alto nivel. Junto al PRUG, no se ha dado luz verde al documento de gestión que exige la pertenencia a la Red Natura 2000 para que la Albufera sea declarada Zona de Especial Conservación (ZEC). Además, el plan de prevención de incendios está caducado desde hace seis años.

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Por otro lado, el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) también está en revisión con la pretensión de la conselleria de que se amplíe la zona de protección también en la franja marítima.

El bosque de la Devesa carece también del plan de gestión forestal que es obligatorio desde el año 2010.

Todos estos factores son un foco de desencuentros en el seno del parque natural y originan un clima de alta conflictividad. Por todo ello, el puesto de directos no es el más apetecido por parte de los funcionarios de la Conselleria de Emergencia Climática.

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