Educación tendrá que fichar directores para medio centenar de centros públicos de la Comunitat

Así se desprende de los datos facilitados por el departamento autonómico, si bien la cifra podría ampliarse teniendo en cuenta que los listados de admitidos todavía son provisionales, y hay casos en los que la única candidatura propuesta ha sido excluida por no acreditar alguno de los requisitos exigidos, como haber ejercido como funcionario de carrera durante al menos cinco años. Para aquellos que tienen el puesto vacante y no se presentan aspirantes, la administración busca candidatos entre el propio claustro para que asuman el cargo de manera interina, e incluso cabe la posibilidad de recurrir a profesionales de otros centros.

El porcentaje de escuelas sin director se sitúa en el 18,5%, teniendo en cuenta que en este procedimiento se han incluido 287, la inmensa mayoría colegios de Infantil y Primaria e institutos de Secundaria. En el mejor de los casos se han presentado hasta tres candidatos al puesto, aunque la tónica general es que sólo haya un aspirante.

Se trata de un volumen similar al registrado en años anteriores, y evidencia que ejercer la función directiva no es tarea sencilla. Aunque supone una mejora salarial (hasta 800 euros mensuales más en función del tipo de centro) y permite sumar méritos para otros procedimientos, como el acceso a la inspección o a la hora de pedir destino en un concurso de traslados, la carga de trabajo se incrementa exponencialmente. Y es que los directores no sólo siguen dando clase, aunque parte de su horario lectivo se libere para que puedan desempeñar tareas de gestión, sino que asumen la responsabilidad de representar al centro ante la administración y las familias, por no hablar de la carga burocrática que les corresponde, que va desde lo pedagógico -organización de horarios, diseño y cambios en la programación general anual o participación en programas- hasta lo material, como solicitar arreglos de las instalaciones, reponer material fungible o supervisar el funcionamiento del comedor o del transporte escolar.

El cargo de director tiene una duración de cuatro años, que puede prolongarse dos veces hasta un máximo de doce consecutivos. Eso sí, debe pasar por el procedimiento de renovación al final de cada mandato, en el que ha de presentar una actualización de su proyecto de dirección y ser evaluado por la inspección y el consejo escolar. Aunque suele ser un trámite que acaba bien, una valoración desfavorable del órgano colegiado o del inspector puede implicar la pérdida del puesto.

Cuando se consumen los doce años, el cargo pasa al procedimiento de selección, que también incluye casuísticas como jubilaciones, traslados de centros o renuncias de directores antes del tiempo máximo. En este caso ya hay competencia, pues puede participar cualquier docente que cumpla los requisitos. También el anterior director una vez agotado el periodo máximo citado.

Los candidatos deben presentar un nuevo proyecto de dirección en el que se detallarán las líneas de actuación y los objetivos a cumplir -se valorará que se adecúen a las características del centro-, y en la primera parte del proceso se tienen que someter a la evaluación de su inspector, que emitirá un informe sobre cómo ha trabajado durante el ejercicio anterior.

También debe presentar su proyecto ante el claustro y el consejo escolar, cuyo pronunciamiento en este último caso, igual que con el informe de la inspección, puede implicar que el aspirante quede apeado si es negativo. En cualquier caso la decisión final corresponderá a una comisión de valoración, formada por personal externo e interno -otros inspectores y directores, docentes y representantes de las familias- que también debe analizar el proyecto de dirección. Aquellos que consigan una puntuación de al menos 20 puntos pasarán a la siguiente fase, que consistirá en la valoración de los méritos alegados.

Respecto a las 53 escuelas sin candidaturas, según explican fuentes de Educación, se realizará un nombramiento provisional para un único curso académico entre los docentes del centro, preferentemente entre los que tengan la condición de funcionarios de carrera. Aunque también pueden darse casos, más habituales en los pequeños, en los que el nombramiento recaiga en un profesional que no tenga destino en el mismo. Es decir, externo. «La inspección educativa realiza la propuesta después de oír al claustro de profesores y al consejo escolar, y la dirección territorial correspondiente efectúa el nombramiento. Y al curso siguiente el centro pasa a formar parte del próximo concurso de selección de directores», detallan las mismas fuentes.