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Militares realizan trabajos de limpieza en Algemesí. LP

El Ejército combate ya la catástrofe con más medios

Miles de damnificados reciben con satisfacción la noticia del refuerzo militar, pero continúan las quejas por el retraso de la ayuda

Javier Martínez

Valencia

Sábado, 2 de noviembre 2024

Con un único enemigo a combatir, la catástrofe provocada por la DANA, más de 10.000 efectivos entre policías, guardia civiles y miembros de las Fuerzas Armadas se están incorporando a los operativos de ayuda a los damnificados. El despliegue militar, el mayor de la historia para socorrer a los afectados en unas inundaciones en España, fue anunciado por el presidente del Gobierno pocos minutos después de las once de la mañana de este sábado.

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Miles de afectados recibieron la noticia con satisfacción en momentos de gran tristeza y duros trabajos de limpieza, pero continúan las quejas por el retraso en movilizar a más unidades del Ejército, aunque los equipos de rescate de la Unidad Militar de Emergencias (UME) fueron de los primeros que intervinieron en la zona cero.

Los 'boinas amarillas' rescataron a víctimas con vida, hallaron cadáveres, achicaron agua de los garajes y despejaron carreteras y caminos con maquinaria pesada para facilitar el acceso de otras unidades de rescate. Los primeros militares que llegaron a la comarca de l'Horta Sud y Utiel estuvieron en contacto permanente con los diferentes puestos de mando para recibir cometidos y atender las emergencias más urgentes.

También buscaron a víctimas con perros adiestrados para la detección de restos humanos, realizaron reconocimientos aéreos con drones, retiraron vehículos, atendieron a damnificados, trasladaron a pacientes, suministraron electricidad con grupos electrógenos, repartieron víveres y suministros, vigilaron calles para evitar saqueos y hasta prestaron asistencia psicológica a familiares de personas fallecidas.

La noche del fatídico 29 de octubre, la base de Bétera era un hervidero. Los militares entraban y salían de los hangares. Los teléfonos móviles no dejaban de sonar. El retén que estaba de guardia se afanó en la preparación de los vehículos y el material. La primera dotación de la Unidad Militar de Emergencias tardó muy poco tiempo en llegar a la zona de la catástrofe.

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Para coordinar las labores de rescate y ayuda a los damnificados, los militares montaron un puesto de mando avanzado en Catarroja, además del que ya tenían en la base Jaime I. Antes de que el presidente del Gobierno anunciara el refuerzo militar, en las poblaciones afectadas por la DANA ya había desplegados unos 2.500 efectivos del Ejército, la mayoría de ellos de la UME.

Los primeros trabajos que realizaron en la zona de emergencia suponen ya una mejoría de los accesos y la movilidad por carretera, lo que posibilitó el suministro de agua embotellada, raciones de comida y bienes de primera necesidad en la mayoría de las zonas inundadas. Durante la noche, los trabajos se centraron en las labores de búsqueda, achique y limpieza de viales. La predicción meteorología sigue siendo favorable y no afecta a las operaciones de salvamento y labores de limpieza.

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Conformen lleguen los refuerzos de medios y personal del resto de las Fuerzas Armadas, el Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI) de la Generalitat Valenciana espera una progresión en las tareas de limpieza de viales y la recuperación de servicios.

«Estamos realizando tareas de mantemiento y apoyo a los damnificados en la avenida de Ausias March en Massanassa. Nuestra labor principal es facilitar el acceso de los vecinos a sus viviendas y también despejar las calles para luego traer camiones y poder entregar material con mobiliario», explica Juan Barrante Simón, teniente del Regimiento de Transmisiones 21 de Marines.

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Entre los efectivos y medios desplegados en la zona se encuentran el Centro Lógistico de Intendencia de la Base Aérea de Torrejón, que ha distribuido 12.000 raciones de comida en la provincia de Valencia, y el Mando de Ingenieros del Ejército de Tierra, un regimiento procedente de Burgos que está realizando labores de limpieza en Chiva con maquinaria pesada.

Los militares de la Brigada 'Rey Alfonso XIII' II de la Legión también limpian calles y viales en Paiporta, y a primera hora de la mañana del sábado salieron hacia Valencia las cinco secciones del Regimiento de Transmisiones 21 del Mando de Transmisiones del Ejercito de Tierra para reforzar el operativo de emergencia en Utiel, Algemesí, Catarroja, Paiporta y Ribarroja.

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«Las unidades con maquinaria pesada provenientes de toda España comienzan a marcar la diferencia, y más medios se irán incorporando progresivamente pero con celeridad», afirma el coronel Jesús Marco. «Vamos a trabajar día y noche para recuperar cuanto antes la normalidad. El Ejército apoyará a la población hasta que sea necesario», añade el coronel.

Otros 120 efectivos de la Brigada de Infantería de Marina se desplazaron el viernes con medios desde Chinchilla, donde suspendieron las maniobras que realizaban, y este sábado estaba previsto que se incorporaran otros 130 militares del Tercio de Levante y de la Fuerza de Guerra Naval Especial.

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Según informaron fuentes del Ministerio de Defensa, el domingo o el lunes llegará al puerto de Valencia el buque de asalto anfibio 'Galicia' con otros dos helicópteros, dos lanchas de desembarco y una unidad sanitaria, así como los 220 efectivos de dotación. El buque de la Armada está dotado de alojamientos, quirófanos y de una flota de vehículos de apoyo.

Tras presidir el comité de crisis para el seguimiento de los efectos de la DANA, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció ayer ante los medios de comunicación para anunciar el envío inmediato de más unidades del Ejército con más medios.

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Durante la declaración institucional desde el Palacio de La Moncloa, Sánchez celebró que el presidente de la GeneralitatValenciana, Carlos Mazón, decidiera elevar su petición de 500 a 5.000 militares, y reiteró que el Gobierno procederá «inmediatamente» al envío del refuerzo solicitado.

El Gobierno desplegará otros 5.000 policías nacionales y guardias civiles para garantizar la seguridad en las calles y polígonos industriales tras los saqueos que se están produciendo en las poblaciones afectadas por la catástrofe.

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