El Ejército ya ha identificado a 50.000 contactos estrechos de infectados por el virus

De la operación Balmis a la Operación Baluarte. Más allá de las primeras desinfecciones en residencias y espacios públicos de la Comunitat en el confinamiento, el compromiso de las Fuerzas Armadas para frenar el avance de la pandemia sigue en pie y sin fecha de término. El virus no retrocede a las puertas de la Navidad y los militares enfrascados en esta labor tampoco rompen filas. Su crucial labor de seguir el rastro de los contagios por vía telefónica se ha saldado, hasta la fecha, con la identificación de casi 50.000 contactos estrechos de casos positivos de Covid en la Comunitat, como confirmaron fuentes de la Comandancia Militar de Valencia y Castellón.

En primer lugar la labor recayó en la Unidad Militar de Emergencias, con sede en la base de Bétera. Pero desde el 21 de septiembre, el Ejército de Tierra relevó a la UME en el cometido de los rastreos con aporte de numerosas unidades, un despliegue mayor de medios de todo tipo y epicentro en el acuartelamiento General Almirante de Marines, entre otras bases.

En esos casi dos meses y medio, la Consellería de Sanidad ha transferido a las Fuerzas Armadas 24.636 casos. Son datos de personas con resultado positivo a la prueba de detección de Covid a los que los militares han telefoneado para establecer sus relaciones sociales o familiares en los días previos y completar la lista de posibles contagios para su posterior comprobación con pruebas PCR.

Con estas gestiones las Fuerzas Armadas han podido fijar la atención sanitaria en 48.901 contactos estrechos de personas contagiadas. Además, ahonda la comandancia, «se ha hecho seguimiento de 2.621 contactos estrechos o positivos para conocer y certificar resultados de pruebas. Es un trabajo para el que han sido necesarias más de 76.000 llamadas telefónicas desde los diferentes puestos de gestión de rastreo del virus habilitados en las bases valencianas.

Además, en ese tiempo los militares han continuado asumiendo tareas sanitarias directas. Desde septiembre, y como ya sucedió durante el confinamiento del principio de la crisis, han desinfectado dos residencias. Una fue La Molineta, en Petrer, y otra la de Formentera del Segura, en la comarca del Baix Segura.

Para estas tareas se ha desplegado el Regimiento Nuclear Bacteriológico Químico (NBQ I) de Paterna, con sede en la base de Daoíz y Velarde. Además, el Ejército de Tierra se ha encargado de montar las tiendas de campaña junto al Hospital de Llíria para poder realizar con seguridad pruebas de contagios a cubierto de las inclemencias meteorológicas.

Desde las grandes riadas históricas padecidas en Valencia y en La Ribera no había habido un despliegue militar semejante para una emergencia civil en la región. Las cifras facilitadas por la Comandancia Militar así lo atestiguan: en la actualidad hay 300 rastreadores militares trabajando para la Consellería de Sanidad y repartidos en cuatro acuartelamientos de la Comunitat.

En la base General Almirante de Marines operan 180 rastreadores. El cuartel Rojas Navarrete de Alicante aporta otros 60. En la Base Jaime I de Bétera hay 30 miembros del Ejército destinados a esta labor. Un número similar sirve en el cometido desde San Juan de Ribera.

Las unidades valencianas implicadas en el rastreo son el Regimiento de Transmisiones 21, el Grupo de Artillería Antiaérea III/73 Patriot, el Regimiento de Caballería Ligera Lusitania 8 y el Grupo de Caballería Ligero Acorazado Milán XVI. También hay soldados del Batallón de Policía Militar I que en enero serán relevados por el Batallón del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad. Los que trabajan desde Valencia pertenecen al Regimiento de Inteligencia 1 y al Regimiento de operaciones de Información 1. En Alicante, los activados son del Mando de Operaciones Especiales.

Según el teniente coronel Manuel Pino, portavoz de la comandancia, «las unidades están continuamente formando más rastreadores ante un eventual aumento de efectivos por parte de la Generalitat. También para relevar a rastreadores que presenten signos de fatiga, que cambien de destino o enfermen».