Las enfermedades que trae el verano

La piel atópica es una patología que hace que la epidermis se seque, pique y se inflame. La rosácea la suelen padecer las personas blancas de piel y suele ocasionar enrojecimiento. Estas dos afecciones sufren alteraciones en la época estival y las personas que las padecen deben establecer algunos cambios en su rutina para facilitar su vida y mejorar su salud. Es el caso de Jorge Serrano, un valenciano de 20 años que padece de piel atópica. Asegura que «hay temporadas en verano en las que el contacto de la piel con el tejido de la ropa me produce un gran escozor y no quiero salir de casa porque me resulta doloroso ponerme un pantalón».

Lo mismo ocurre con las personas que sufren rosácea, ya que deben tener especial cuidado con la exposición al sol y aplicarse de forma frecuente crema solar de un alto grado de protección, porque son más propensas a que su piel se tiña de rojo más rápidamente. Así lo explica Mar Bonet, una valenciana de 22 años que cuenta como «cuando vuelvo de la playa siempre acabo con la piel muy irritada debido al sol». Esto resulta más habitual en las personas que son muy blancas de piel.

Otro problema que puede aparecer en esta época del año son los sarpullidos, ampollas rojas que surgen en algunas partes del cuerpo como las ingles, el cuello o el pecho. Para tratarlo se recomienda aplicar polvos de talco y mantener la zona fría hasta que se cure.

Golpes de calor

El calor intenso puede tener efectos graves para la salud. Los golpes de calor provocan que la piel esté caliente y húmeda, que se sufra dolor de cabeza, náuseas o confusión. Pueden presentarse otros efectos como el agotamiento por calor, acompañado de sudor abundante, piel fría, calambres musculares, cansancio, pulso rápido y al momento débil. Para combatirlo, se aconseja refugiarse en un sitio fresco, aflojarse la vestimenta y beber agua de forma paulatina. Si estos síntomas se agravan y se empieza a tener vómitos, hay que llamar a Emergencias.

En muchos casos, también se producen quemaduras solares, y para que esto remita se debe evitar el sol posteriormente, darse un baño con agua fría o aplicar loción en las zonas quemadas.

Existen grupos de personas más vulnerables y propensos a sufrir este tipo de situaciones como las mujeres embarazadas, los niños, los ancianos o aquellos que padecen patologías crónicas, según explica la Cruz Roja.

La diabetes es otra enfermedad que provoca que las personas que la sufren sean sensibles al calor y en ocasiones cuando las temperaturas son elevadas pueden sufrir hipoglucemias y deshidratación. Además, según el doctor Leyva, cuando las personas son más mayores la sensación de sed se reduce, por lo que hay que estar muy atento a sus necesidades.

Para prevenir los daños que ocasiona el calor, Cruz Roja propone soluciones como mantener frescos los hogares y ventilar la casa por la noche. Por otro lado, cuando la temperatura exterior es más alta que la interior, es aconsejable cerrar las ventanas para reducir la cantidad de sol que se proyecta en la vivienda. Además de evitar las comidas copiosas y apostar por la preparación de platos fríos. En la medida de lo posible, es recomendable apagar los dispositivos electrónicos.

El melanoma es uno de los tipos de cáncer de piel más frecuentes. Se produce cuando las células que le dan a la piel un tono bronceado crecen sin parar. Se desarrolla, entre otras causas, a partir de la exposición a la radiación ultravioleta emitida por el sol o por fuentes artificiales. La aparición de este tipo de cáncer se ha duplicado en los últimos 40 años. De hecho, en la Comunitat Valenciana se han diagnosticado en lo que va de año 574 nuevos casos de melanoma, según la Generalitat Valenciana.

El cáncer de piel es una de las enfermedades más graves causadas por el sol. «Si una persona se encuentra la mayor parte de su vida, de forma diaria, trabajando bajo el sol, como por ejemplo, un marinero, puede desarrollar Queratosis solar, que es el primer síntoma de que ha recibido mucha radiación solar», asegura Carlos Guillén, dermatólogo de Valencia. A raíz de esto, se produce una alteración en la epidermis y puede derivar en cáncer epidermoide.

Existe un grupo de personas muy propenso a sufrir este efecto pernicioso del sol, son aquellas que tienen la piel muy clara, son muy rubias o pelirrojas. «Ellas se enfrentan a una mayor tendencia a padecer un melanoma maligno, ya que no poseen melanina, la cuál es la encargada de proteger la piel de las radiaciones solares», afirma el doctor Guillén.

La dermatóloga valenciana Amparo Benlloch, destaca el cáncer de piel llamado basocelular como uno de los más frecuentes que padece el ser humano.

Para combatir todos los perjuicios derivados de la exposición al sol y las temperaturas elevadas, la Generalitat Valenciana ha hecho varias recomendaciones: en primer lugar, tomar abundantes líquidos cuando se está realizando actividad física. La ingestión de bebidas alcohólicas y cafeína favorece la pérdida de líquidos, por lo que son menos aconsejables. En segundo lugar, aportar sales minerales al organismo para contrarrestar lo que se pierde a través del sudor, además de tomar frutas y verduras en pequeñas cantidades.