«Es un error no prorrogar los refuerzos covid, estamos en plena campaña de vacunación»

-¿Cuáles serán las líneas estratégicas de su gestión?

-Me gustaría que el colegio sea lo más participativo posible, más abierto, que los colegiados lo frecuenten con asiduidad. Y seguiremos reclamando el aumento de la ratio de personal de enfermería por cada mil habitantes, pues somos una de las comunidades con la tasa más bajita: 5,2, frente al 5,6 de España. No obstante aún deberíamos subirla más, a niveles de Europa, donde llega a 8 o 9. Que sea tan baja redunda en una peor calidad del servicio y en una mayor presión asistencial. También reclamaremos ofertas de empleo público más asiduas, anuales o bianuales, que se resuelvan con agilidad, para reducir la interinidad.

-El colectivo lleva años insistiendo en la figura del enfermero o enfermera escolar. ¿Qué aportaría a un colegio?

-No se trata de acudir en días sueltos, sino en trabajar allí, impartiendo educación para la salud, hábitos dietéticos e higiénicos, prevención del tabaquismo o informando de riesgos además de asumir las atenciones más urgentes. Invertir ahora en ello repercutirá en un menor gasto sanitario en el futuro.

-¿Ha sido un error no prorrogar los contratos covid de refuerzo?

-La decisión de cesarlos a 31 de mayo no me parece adecuada. Seguimos en pandemia, y de hecho a finales de mes empezamos a notar un ligero incremento de casos. Y estamos en plena campaña de vacunación, teniendo además una cobertura de algo más del 30% (con la pauta completa) y siendo el personal de enfermería el que está asumiendo estas labores. Y más teniendo en cuenta que se vuelven a hacer contrataciones a 1 de julio. Han estado en primer línea, y sin los refuerzos covid la pandemia habría sido más devastadora.

-¿Cómo valora la gestión durante la pandemia?

-Creo que podría haber sido un poco mejor. Por ejemplo las medidas de prevención en salud pública se aplicaron con retraso, como la mascarilla, la ventilación o la distancia. Al final hemos tomado prácticamente las mismas que en la epidemia de gripe del siglo XVIII. Se habría conseguido una menor propagación del virus. También habría sido necesario enviar mensajes más claros para evitar confusión entre la población. Un ejemplo es el consentimiento para la segunda dosis de AstraZeneca. Y las medidas de protección del personal sanitario también llegaron tarde.

-¿Recomienda seguir utilizando la mascarilla en exteriores?

-Sí. Por desgracia muchos de los casos son asintomáticos, la patología no es visible y es imposible saber quién está contagiado y quién no. Te puedes estar tomando algo con alguien y no puedes saberlo. En mi centro de salud están aumentando mucho las pruebas diagnósticas, llevamos dos semanas al alza.

-¿En qué estamos fallando?

-Es cierto que hay más gente vacunada, pero también que está más cansada, como pasa con la juventud, y se relaja. Con todo lo que conlleva. Si te contagias lo llevas a casa y puedes contagiar a gente más vulnerable. Es muy habitual que cuando hay un caso venga toda la familia a hacerse la PCR. La sociedad quiere normalidad, que lleva mucho tiempo así. En abril y mayo la situación mejoró gracias a la vacunación y la gente se ha relajado: se sale más, se está en las terrazas y se olvida la mascarilla. Creo que eso es lo que está pasando. También es verdad que la gente joven no está vacunada. Igual debería pensarse en agilizar la cobertura de esas franjas de edad, a partir de los 20 años por ejemplo.

-La evolución de los casos -618 nuevos contagios ayer y 965 el lunes- ha llevado a la Generalitat a mantener las restricciones actuales dos semanas más.

-Me parece bien, y más sabiendo las cifras en las que nos movemos. Debemos continuar así, manteniendo la calma y también las medidas de prevención como la distancia, la higiene de manos y la mascarilla, aunque ahora no te puedan multar por no llevarla por la calle. Eso sí, creo que la población, mayoritariamente, se ha acostumbrado a llevarla.