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Una vista del estado de los montes de Enguera. Damián Torres

El monte valenciano, ante un «verano terrorífico» por la sequía y la falta de poda

Los expertos advierten del riesgo de incendio ante la abundante vegetación de los montes valencianos que está seca por la falta de lluvias y reclaman más trabajos de gestión forestal

Juan Sanchis

Valencia

Sábado, 17 de febrero 2024, 00:11

La Comunitat no es en estos momentos una de las peores zonas de España afectadas por la falta de lluvias. Pero los efectos de la sequía son cada vez más visibles. La vegetación, que es muy abundante en los montes, está muy seca, mucho más ... que el año pasado, lo que augura unos meses complicados si finalmente en la primavera no se producen precipitaciones.

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Es la visión que tiene Rafael Delgado, presidente de la Plataforma Forestal, el colectivo que reúne a universidades, municipios profesionales e investigadores del mundo forestal. Delgado ha señalado que sufrimos una «sequía estructural» con mucha disponibilidad de combustible.

Delgado ha subrayado que el verano pasado «había más humedad». Por todos estos factores el experto apunta que «los incendios forestales pueden ser más intensos, catastróficos«. En opinión del presidente de la Plataforma »nos espera un verano terrorífico«.

En este sentido, señala que pueden «empezar ahora». Ha recordado que los siniestros que se han producido estos días en el Saler, la Safor y la Marina están asociados a episodios de fuertes vientos con lo que son muy rápidos mientras que en verano están asociados a vientos de poniente.

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Víctor Resco, doctor por la Universidad de Wyoming y profesor de ingeniería forestal en la Universidad de Lérida, mantiene una posición similar. «Llegamos a la temporada de incendios de 2024 peor que la del año pasado porque todo está más seco», ha afirmado y ha añadido que «el combustible se amontona por la falta de gestión».

Resco ha destacado que el año pasado llovió a fines de mayo y principios de junio lo que humedeció la vegetación e impidió incendios en el verano. «Este año estamos a merced de los elementos. Dependerá de si llueve en los próximos meses», ha explicado.

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En todo el territorio de las tres provincias existe un elevado riesgo de que se produzca un siniestro, según consta en el Plan Especial ante el Riesgo de Incendios Forestales, por lo que todos los terrenos forestales de la Comunitat Valenciana están declarados como zona de alto riesgo desde el año 2005.

Pero existen unas zonas donde la preocupación es mayor. Es el caso del Mijares o del área del Monte Caroig en municipios como Bicorp, Ayora, Enguera y Cortes de Pallás. En esta zona existe mucha vegetación disponible y forma un continuo peligroso.

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Por otro lado, Rafael Delgado ha señalado que en la Comunitat los incendios son más probables en verano «pero también se han producido en otras épocas». Es lo que pasó el año pasado cuando los dos principales siniestros se produjeron fuera del verano. El de Villanueva de Viver fue a fines de marzo y principios de abril y acabó arrasando más de 4.700 hectáreas. Vino precedido de una ola de calor al final del invierno y en los primeros días de la primavera. El mes de marzo fue, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), fue muy cálido y extremadamente seco. La temperatura media, 13,6 grados, fue 2,3 más alta que la de la climatología de referencia (11,3) y la precipitación acumulada fue de 2,3 litros por metro cuadrado, que es un 95% inferior a la del promedio climático del periodo 1991-2020 (48,7 litros por metro cuadrado). Marzo de 2023 ha sido el segundo más cálido desde que hay registros (sólo superado por marzo de 2001) y el más seco.

El otro gran incendio del año fue en Montitxelvo en pleno mes de noviembre. El balance fue el de unas 2.500 hectáreas de monte arrasadas. En cambio en el verano, pese al elevado calor, no se produjo ningún incendio de entidad. En este siniestro el viento jugó un papel determinante ya que el fuego se extendió a una velocidad de siete kilómetros por hora cuando lo normal es dos.

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En el caso, del incendio de Montitxelvo se repitieron algunas de las características presentes en el de Villanueva de Viver. El mes de noviembre de 2023 fue extremadamente cálido y seco. La temperatura media, 14,3 grados, se situó 2,6 grados por encima de la climatología de referencia (11,7) y la precipitación acumulada fue de 2,5 litros por metro cuadrado, que es un 95 % inferior que la del promedio climático del periodo 1991-2020 (53.5 litros). Noviembre de 2023 fue, de esta forma, el más cálido desde, al menos, 1950, superando a noviembre del pasado 2022.

En este sentido, Víctor Resco que lo habitual en la zona mediterránea es que los grandes incendios se produzcan en la primera quincena de julio, «pero cada vez es más frecuente que haya incendios fuera de temporada».

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Para Delgado, por otro lado, el cambio climático está cambiando el comportamiento de los incendios porque estresa los bosques y hay más combustible disponible para arder. En esta línea, Resco ha indicado que este fenómeno «deseca el combustible. También lo hace la sequía que está agravada por la falta de gestión». Otro factor que influye en la propagación del fuego, según el profesor de la Universitat de Lleida, es el abandono rural del interior que deja más territorio inflamable.

También se ha referido a que el monte no está muy cuidado. «Falta gestión», ha explicado. En el mismo sentido se pronuncian desde los agentes medioambientales y los propietarios forestales. La responsabilidad de la gestión ahora recae en la Conselleria de Justicia e Interior. Llevan nueve meses y se enfrentan a una herencia envenenada porque la gestión forestal (lo que popularmente se conoce como limpieza del monte) ha estado muy abandonada durante los gobiernos del Botánico.

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Fuentes de los agentes medioambientales señalan que «la gestión sigue igual que con el Botánico. Por ahora no se ha notado el cambio de gobierno». En este sentido, se muestran favorables a incrementar las multas a los agricultores que hacen quemas sin permiso. «Ahora son de 50 euros. Antes estaban en los 600 y esto hacía que los labradores fueran con más cuidado», expresan.

Los agentes medioambientales han denunciado que los propietarios de casas y urbanizaciones no mantienen limpias las zonas limítrofes pese a que están obligados a ellos. «Es un foco de incendios», han recalcado.

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Adolfo Miravet, presidente de la Asociación de Propietarios Forestales«, también apunta en la misma dirección y señalan que en 2024 y 2025 únicamente se van a invertir siete millones en tareas silvícolas. Miravet critica que la Conselleria de Interior ha sacado ayudas para estas tareas para los ayuntamientos, pero no para los propietarios que poseen casi el 60% de los montes valencianos.

Tanto los agentes como los propietarios forestales han señalado que otro de los factores que no invita a invertir en el bosque es el bajo precio de la biomasa. En este sentido, Adolfo Miravet ha destacado que se está intentando mover el sector impulsando calderas municipales que funcionen con astillas recogidas en el bosque como se está haciendo en Serra o en Todolella.

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Los bomberos forestales también indican que la vegetación empieza a entrar en un estrés hídrico «y empieza a haber combustible en los montes que propaga el fuego con facilidad». Resaltan que falta prevención y reivindican que hace falta más prevención.

Por otro lado, desde este colectivo se resalta la importancia de las quemas prescritas. «Parece que ahora la conselleria empieza a abrir la mano», han indicado. Manifiestan que estas quemas permiten acabar con acumulaciones de vegetación de forma segura, controladas por los propios bomberos. «El problema es la burocracia, la gran cantidad de papeles que hace falta presentar para que las autoricen», han expresado desde este colectivo.

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