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DANIEL GUINDO
Jueves, 26 de enero 2023, 01:48
El 21 de junio de 2021 Amparo sufrió un derrame cerebral y, desde entonces, su vida transcurre entre el hospital Doctor Moliner, donde está ingresada, La Fe y el Clínico, centros a los que periódicamente debe acudir a distintas consultas y revisiones. Sin embargo, en ... buena parte de los casos, estos traslados se convierten en un auténtico suplicio. Así lo denuncia Mari, su madre, que ha presentado varias quejas en el Servicio de Atención e Información al Paciente (SAIP) por las largas esperas que sufre esta paciente que requiere cuidados constantes en los traslados.
«En una ocasión, tras una consulta en el Clínico, estuvimos unas seis horas esperando en el área de Maternidad, delante de las máquinas de refrescos, hasta que llegó la ambulancia que debía trasladarla de regreso al Doctor Moliner. Tuve que llamar para que le controlaran el oxígeno porque era la época en la que estaba peor, tenía problemas con la saturación de oxígeno», denuncia. «Y así han sido varias veces. Ahora me llevo agua, una jeringa, un saturómetro, comida. Siempre tenemos que esperar más de dos o tres horas. La última vez fueron más de cuatro», relata esta madre que ya no sabe qué hacer para contrarrestar esta situación, que han sufrido ya una decena de veces. «Si pudiéramos ir en un coche particular o en un taxi no lo dudaría, pero la transición de silla a coche aún no la hace bien y no es posible», detalla.
Los problemas se producen siempre en el regreso al Doctor Moliner, puesto que en el viaje de ida al resto de centros «no hay problema porque son consultas programadas y suelen venir a por ella sobre una hora antes».
La última ocasión que han sufrido un episodios de largas esperas fue el pasado 18 de enero. «Llegamos al hospital La Fe sobre las doce o doce y cuarto. La consulta fue rapidísima. A la una y media la habían visitado y puesto la medicación correspondiente. Bajamos y pedimos la ambulancia de retorno sobre las dos o dos y cuarto. Y llegamos al Doctor Moliner a las siete menos cuarto. Tuve la precaución de, antes de salir, sobre las once, darle la comida. Como no había auxiliares para cambiarle el pañal lo hice yo como pude en un baño. Pero tenía que darle aerosoles, ponerle un antibiótico en los ojos y darle una medicación... Fue un desastre total. Llamé tres o cuatro veces a la central de ambulancias. No hay derecho que personas que necesitan atención casi constante tengan que esperar cinco o seis horas. Esto es inhumano, tercermundista total», lamenta esta afectada, que reclama que a la hora de programar los traslados de pacientes se valoren las necesidades y la situación de cada usuario. Además, señala que no es un caso aislado: «Otros pacientes han estado esperando hasta ocho horas».
Esta problemática, como ha denunciado varias veces el Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (Cecova) y ha recogido LAS PROVINCIAS, afecta también a los pacientes que requieren tratamientos de diálisis. «Cada día aumentan las quejas de usuarios y profesionales que detectan una evidente disminución de la calidad en los servicios de transporte y de tratamiento que están menoscabando la salud de estas personas», advierten desde el colectivo, que achacan la situación a la falta de suficientes ambulancias y una mala planificación de las rutas.
Por su parte, y requerida por esta cuestión, desde la Conselleria de Sanidad señalan que los responsables del departamento mantendrá una reunión con la empresa concesionaria del servicio «para hacer una valoración de su actividad y establecer los puntos de mejora».
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