Más del 38% de los jóvenes afirman haber sido víctima de un delito de odio. Es una de las conclusiones del informe 'La infradenuncia de los delitos de odio en España en 2022', realizado por la Asociación Columbares que se enmarca en enmarcado en un proyecto del Gobierno para investigar la situación actual de la infradenuncia de estas infracciones entre la población joven.
Publicidad
Los últimos datos sobre el problema a nivel autonómico los aporta el Ministerio del Interior. Sin distiguir edades, se aprecia que el delito va al alza en la Comunitat, con 194 casos contabilizados en 2021, el último año del que hay datos cerrados. En 2014, cuando comenzó su seguimiento estadístico a partir de las denuncias de víctimas, eran 119 los casos que se conocían cada año.
La mayoría de los que se denuncian en nuestra región, en concreto 61, están relacionados con el racismo o la xenofobia. A continuación, aparecen los vinculados a la orientación sexual o identidad de género de la víctima, con 53 hechos investigados.
El nuevo informe, liderado por María Pina y María Ángeles Hernández, se ha llevado a cabo mediante dos herramientas: un cuestionario cumplimentado por más de 3.000 jóvenes en España y 18 entrevistas realizadas a víctimas que han sufrido algún delito de odio en el territorio nacional. Se ha llevado a cabo en centros educativos de toda España y lo han rellenado alumnos de entre 14 y 24 años, participando un 53% de mujeres, un 45% de hombres y un 2% de personas intersexuales. Esta parte tiene como finalidad conocer la situación actual de mensajes y delitos de odio, según destacan.
El estudio ha reflejado que hay una «gran similitud» en las comunidades autónomas entre la frecuencia con la que emiten mensajes de odio, los reciben y los presencian. Sin embargo, las formas de abordarlos y recibirlos son muy dispares: una gran parte de ellos creen que la mayoría son expresiones generalizadas y otra cree que son expresiones que pueden afectar muy negativamente al receptor.
Publicidad
Aunque, por el contrario, sí que saben detectar con facilidad los mensajes de odio (en frases como «los inmigrantes son delincuentes», «ser homosexual es antinatural» o «los gitanos no son de fiar»).
El trabajo también revela que las situaciones en las que más se reciben mensajes de odio son en las relaciones interpersonales (como las amistades) o en las relaciones sociales, completando el podio en este caso situaciones que ocurren en instituciones educativas.
Publicidad
Además, refleja que los jóvenes creen que el principal motivo para hacer esos mensajes es simplemente para hacerse los graciosos, seguidos de algo muy similar como es sentirse superior a los demás. Igualmente, llama la atención que las dos formas más habituales de actuar ante mensajes de odio sean totalmente opuestas: ignorar el mensaje o contarlo a la gente de confianza, y casi ninguno decide publicarlo en redes sociales.
La situación irregular, los escasos recursos económicos, el desconocimiento del proceso o la ausencia de confianza en el sistema son algunos de los motivos, entre otros, por los que no se denuncian los delitos de odio. El informe concluye que el 80% se dieron solo de forma puntual, mientras que el 20% siguen ocurriendo en la actualidad, pero sólo el 33% de los casos han decidido denunciar.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Los ríos Adaja y Cega, en nivel rojo a su paso por Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.