Una de las consecuencias que ha dejado la DANA es que muchos de los fallecidos en esta catástrofe no van a poder ser enterrados en sus localidades, al haber quedado destrozados los cementerios. Algunas poblaciones próximas que no se han visto perjudicadas se han ofrecido para acoger los féretros y darles una digna sepultura en sus instalaciones, aunque la intención de los familiares es, cuando se pueda, pedir la exhumación para trasladar al fallecido a su localidad de origen. Los cementerios de Sedaví y Benetússer están cerrados y el de Sot de Chera los accesos están intransitables.
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Para ello, el conseller de Medio Ambiente, Vicente Martínez Mus, anunció ayer que al haber muchos cementerios «impracticables» ahora mismo por la trágica inundación, el Consell se plantea medidas especiales, como que transitoriamente se trabaja en una norma que reduzca el plazo legal de años que hacen falta actualmente para exhumar un cadáver que se haya enterrado en otra localidad. El responsable autonómico ha aludido a la «colaboración» que sobre este asunto se mantiene también con la Diputación de Valencia. «Ya depende un poco de lo que quiera hacer cada familia, pero creo que los canales de colaboración están abiertos totalmente en ese sentido», ha dicho.
Mus se ha referido también a medidas que se están abordando para reducir el tiempo que ha de pasar desde que los restos se depositan en un enterramiento hasta que se pueden trasladar a otro. Así, ha señalado que se ofrece la posibilidad de que «temporalmente alguien pueda enterrar en un cementerio que no es el de su municipio» y que «en un plazo más corto» del establecido por la norma actualmente, pueda cambiar y «reubicar» lo restos de sus seres queridos «si se ha conseguido reconstruir su propio cementerio».
La potestad para autorizar el traslado de un féretro a otro municipio, según la normativa, es del alcalde de cada Ayuntamiento donde esté enterrado, y después se tiene que pedir una autorización a la Dirección Territorial de la Conselleria de Sanidad, cuyos técnicos determinarán las medidas higiénico-sanitarias adecuadas para llevarlo a cabo.
Actualmente son cinco años los que marca el plazo legal para que se pueda proceder a la exhumación de un cadáver para trasladarlo a otro lugar. Con esta nueva medida que se está estudiando desde el gobierno valenciano se pretende reducir esa duración a dos años, tiempo que se considera suficiente para que los cementerios de las localidades que están afectadas por la riada puedan volver a ser capaces de albergar a vecinos fallecidos, que circunstancialmente hayan sido enterrados en otros lugares.
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