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Silvia Escolano (arriba), Juan Carlos Medina y Patricia Almela.
El éxodo de médicos cuesta a la Comunitat Valenciana 15 millones al año

El éxodo de médicos cuesta a la Comunitat Valenciana 15 millones al año

Unos 400 facultativos al año se marchan al extranjero en busca de mejores condiciones laborales

Sábado, 28 de septiembre 2019, 00:53

Es una verdadera pena que la fuerte inversión que realiza la administración para la formación de médicos especialistas termine exportándose a otros países que se benefician de la excelente formación médica de nuestro país». La presidenta del Ilustre Colegio de Médicos de Valencia, la doctora Mercedes Hurtado, lamenta así que se esté produciendo esta fuga de profesionales de la medicina con alta formación motivada, bajo su percepción, por unas mejores condiciones retributivas, laborales y de reconocimiento profesional. Este éxodo de profesionales, que el Sindicato Médico calcula que este año se elevará a 400 en la Comunitat, supone un coste de formación cercano a los 15 millones de euros anuales, cifra que se dispara en los casos en las que los alumnos realizan el MIR en la región.

El coste de los estudios universitarios se reparte entre las propias instituciones -incluyendo las aportaciones de las administraciones públicas que las financian, que suponen el mayor ingreso con diferencia-, y las tasas de matrícula que abona el alumno. Hacer el cálculo no es sencillo, pues influyen muchos factores, desde el tipo de instalaciones y equipos de la facultad (más o menos costosos), hasta el perfil del profesorado, pasando por la cantidad de alumnos por aula. Sin embargo sí se pueden plantear aproximaciones, que coinciden con las únicas referencias oficiales que existen.

En la actualidad, en la Comunitat, los universitarios asumen entre el 15% y el 20% del coste total de los estudios que cursan. Para entender el cálculo hay que echar la vista atrás, hasta el verano de 2012, cuando tras el decreto de racionalización del gasto educativo se modificó el procedimiento para fijar las tasas de matrícula. Entonces el Gobierno estableció que los alumnos deberían asumir entre el 15% y el 25% del coste total de sus carreras, dejando que las comunidades decidieran el porcentaje exacto. En la valenciana se optó por un 20% para la primera matrícula, fijándose el precio del crédito en el caso de Medicina en 24,64 euros. Sin embargo este valor ha cambiado con el Botánico tras la bajada de las tasas hasta situarse en 21,16 euros. Aunque oficialmente se desconoce el porcentaje que se empleó, no ha llegado a ser inferior del 15%. Y esto es lo que permite la aproximación.

En cifras

  • 40 pacientes al día llegan a atender los especialistas, el doble de lo aconsejable.

  • 2.000 médicos valencianos se jubilarán en los próximos cinco años, lo que agravará la actual falta de especialistas en el sistema sanitario público valenciano.

  • 53.000€ al año gana, de media, un médico en España, la mitad que en Francia.

En el mejor de los casos, en el que el alumno asume la parte más baja de la horquilla (el 15% del crédito, que equivale a 21,16 euros) implicaría que la administración y las universidades asumen el 85% restante del coste formativo, lo que se traduciría en 119,9 euros. Si se multiplica esta cantidad por los 360 créditos de la carrera, cada estudiante cuesta a estas últimas 43.166 euros. En el caso de tomar el porcentaje más elevado del caso valenciano (20%), la cifra se reduciría a 30.470 euros por alumno. Es lógico teniendo en cuenta que si el estudiante aporta más dinero, menos le cuesta a la otra parte. Por último, tomando el término medio, que sería el más ajustado a la situación actual tras la bajada de las tasas del Botánico, se puede inferir que el universitario asume el 17% del gasto que supone su formación. En este caso, el 83% que compete a administraciones y universidades se traduce en 37.191 euros por estudiante (103,31 por crédito). Y si esta cuantía se multiplica por los 400 médicos que se van al extranjero (asumiendo que todos se formaron en la Comunitat), el coste para las instituciones públicas se eleva a 14,8 millones de euros.

Los sanitarios alertan de que los pacientes sufrirán más esperas y empeorará la atención

La cifra es más o menos coincidente con las escasas aproximaciones que se han hecho sobre la materia. En un reciente informe impulsado por el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina, el Foro de la Profesión Médica y la Conferencia de Decanos de Facultades de Medicina -en la que abogaban por no autorizar nuevas carreras ante el riesgo de saturación del sector y la pérdida de talento ya formado-, se utilizaba como argumento que cada alumno implicaba un gasto de 6.000 euros anuales. Es decir, unos 36.000 teniendo en cuenta que la carrera dura seis años. Aunque se dejaba claro que no era un cálculo propio de las organizaciones, se utilizaba para argumentar el elevado coste financiero que supone formar médicos con el riesgo de que no puedan ejercer en España.

En cifras

  • 30% de los niños son atendidos por médicos de familia por la falta de pediatras.

  • 32% de los doctores valencianos tienen su plaza en propiedad.

  • 37.000€ , aproximadamente, cuesta formar a un facultativo sin incluir el importe relativo a la prácticas en hospitales durante el MIR.

  • 243 especialistas por cada 100.000 habitantes tiene la Comunitat, la segunda tasa más baja de toda España.

  • 22% de los facultativos valencianos tiene 60 años o más.

  • 14% de poder adquisitivo perdieron el año pasado los médicos MIR en la Comunitat.

Además, desde la Universitat de València, la que más experiencia atesora en la formación de facultativos, sí han llegado a realizar una estimación basada en la estructura de costes docentes, que habla de unos 23.000 euros por alumno. Eso sí, a diferencia de la estimación anterior, sólo se computan los derivados del personal, y no los relacionados con el funcionamiento de la universidad o el uso de equipos e instalaciones.

Por último, la cifra de 37.191 euros por alumno (la que deriva en los 14,8 millones), es un cálculo de mínimos, pues implicaría que todos los estudiantes consiguieron aprobar las asignaturas a la primera al haberse utilizado como punto de partida el precio del crédito de la primera matrícula. Cabe recordar que las segundas y sucesivas son bastante más caras. Y si se añade el coste que supone la especialización de los médicos una vez terminan la carrera a través del MIR, habría que sumar algo más de 103.000 euros por estudiante, según un informe del Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada, aunque es cierto que no todos los que se marchan al extranjero han hecho su residencia en el Sistema Nacional de Salud.

Así las cosas, tanto el presente como el futuro a corto y medio plazo no se antoja demasiado halagüeño. La Comunitat es la segunda autonomía española con el ratio de médicos especialistas más bajo, con 243 para cada 100.000 habitantes, y según el Sindicato Médico atienden al doble de pacientes de lo aconsejable. En los próximos cinco años se jubilarán unos 2.000 profesionales, por lo que la formación sindical calcula que, en una década, la Comunitat requerirá 4.000 médicos más como mínimo. El éxodo actual invita a pensar que será difícil de cumplir, puesto que la actual tasa de reposición dificulta que se cubran todas las vacantes. «Si la falta de médicos ya se nota y ya hay problemas actualmente, esta falta de reposición sólo va a hacer que se agudicen los problemas. ¿Cómo? Con un aumento de las listas de espera, disminución del tiempo de atención de cada paciente, aumento de los cupos de pacientes para los médicos y, al final, peor calidad asistencial», resumen desde la formación, desde donde recuerdan que las especialidades donde más problemas hay son Pediatría, Anestesiología, Traumatología y Cirugía.

Pediatría, traumatología, cirugía y anestesiología son las áreas con más déficit de profesionales

Además, desde el sindicato explican también que incluso hay médicos valencianos que aprovechan sus días libres para hacer guardias fuera de la Comunitat y completar su salario. Por ejemplo, explican, un psiquiatra en Alicante cada viernes coge un avión a Londres, hace guardia el sábado y vuelve el domingo. «En cuatro fines de semana en Londres se saca un sueldo mayor que en todo el mes en la Comunitat», apuntan. También se dan casos de médicos que se marchan los fines de semana a hacer guardias a Almansa o Albacete. «Aquí la hora de guardia se paga a 23 euros y allí a 27 euros y además no hay límite de horas, por lo que puede irse un médico y hacer guardias de sábado por la mañana a domingo por la tarde (los domingos se pagan, además, al doble: 50 euros) y sacarse 1.400 o 1.500 euros extra», relatan desde la entidad.

Juan Carlos Medina

«En Inglaterra, si vales te respetan y puedes ascender»

Jefe de Urgencias

Torrevieja

61 años

Después de que un cambio político hiciera que Juan Carlos fuese degradado (era funcionario y contaba con un puesto de responsabilidad), este especialista optó por marcharse a Reino Unido, donde estuvo ejerciendo como médico de Urgencias en el hospital de Londres durante cuatro años. «La experiencia laboral fue muy buena, y aquí, si vales, te respetan y asciendes. Los ingleses te tratan exquisitamente, pero entrar a formar parte de su vida social es complicado». Meses después de su llegada a las islas, la familia de Juan Carlos también le acompañó. «Casi todos los hospitales tienen residencias para el personal mucho más baratas, pero finalmente optamos por alquilar una casa cerca del instituto de las niñas», recuerda. Finalmente, le llegó la noticia de que el hospital de Torrevieja, gestionado por Ribera Salud, había publicado una oferta de trabajo para la jefatura de servicio de Urgencias «y me pareció una buena oportunidad para volver. Un proyecto nuevo, nueva tecnología... Trabajamos de maravilla», resume.

Patricia Almela

«Mejores salarios y horarios... es poco probable que vuelva»

Especialista de Urgencias

Sídney (Australia)

34 años

«Terminé la universidad en 2013, al acabar la carrera no quería cerrarme a una especialidad y a un hospital durante cuatro o cinco años», recuerda Patricia, una valenciana que cursó sus estudios superiores en Tarragona. Lo que le llevó a plantearse trabajar en el extranjero fue que «el sistema en España es muy rígido, súper especializado y con condiciones laborales precarias», por lo que en una estancia en Inglaterra, de cerca de cuatro años, se formó en Cirugía General y Traumatología. «Empecé a interesarme en la medicina de Urgencias con énfasis en 'Rural and Retrieval Medicine', y a raíz de este interés contacté con centros en Australia, ya que es un campo con gran reconocimiento internacional en formación». En la actualidad, Patricia trabaja en el Concord Repatriation General Hospital en Sídney, Australia. «Mi experiencia en el extranjero tanto en Reino Unido como en Australia es inmejorable», puesto que cuenta con «mejores salarios, horarios y más flexibilidad en el desarrollo de la especialidad», describe. Al respecto, añade que «el proceso formativo es distinto, se forma a un profesional médico holístico con experiencia en distintos campos». En esta línea, lamenta que su especialidad «ni siquiera existe en España así que es poco probable que regrese, a menos que esto cambie, junto a las condiciones laborales». «En España los salarios son mucho más bajos y las guardias de 24 horas considero que son incluso peligrosas. En Reino Unido y Australia no trabajas más de diez o doce horas seguidas debido a que la fatiga está asociada a un incremento de errores».

Silvia Escolano

«Aquí no valoran la formación extra, me plantearía regresar»

Pediatra

Xàtiva

37 años

Silvia y su marido pasaron dos años en Londres, después de su experiencia como Erasmus en Alemania durante un ejercicio. «Podría haberme ido a un centro de salud como pediatra, pero quería vivir la experiencia de trabajar en el extranjero. No lo hice por obligación», apunta. Recuerda la experiencia como «muy positiva», pero el clima y el «reloj biológico» hicieron que optaran por regresar a España. «Podíamos quedarnos, pero Londres es muy grande y las guarderías muy caras». Al regresar, «me fui una temporada al sector privado por los horarios, que me permitían conciliar mejor la vida laboral con la personal», señala, para posteriormente trabajar también en centros de salud y el Hospital General «a través de la bolsa, haciendo sustituciones». Desde junio atiende a pacientes en el Hospital de Xàtiva. Aún así, lamenta que en España «no se valora la formación extra» como por ejemplo la que recibió en Inglaterra «donde te forman mucho más y con más especialidad». En la actualidad, reconoce, «estoy en una fase en la que me volvería a ir porque es una forma muy buena para que los niños aprendan inglés, pero ahora no resulta tan fácil», indica en referencia a que en la actualidad tiene tres hijos de entre uno y cinco años. Sin embargo, no lo descarta.

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