![El auge de casos Covid obliga a habilitar plantas de hospital que iban a cerrarse por vacaciones](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202206/29/media/cortadas/vacuna-RdY8dSf2WZlGf9YEdWC0GzN-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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Vuelve a crecer la presión asistencial. La nota de actualización de los datos del Covid del martes señalaba que los pacientes ingresados habían crecido un 29% en apenas cuatro días alcanzando niveles que no se veían desde febrero. Los efectos se están dejando ver en los hospitales que se han visto obligados a mantener abiertas algunas salas que estaban previstas cerrar durante las vacaciones veraniegas.
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Es lo que ha pasado en el Hospital Clínico de Valencia que mantendrá abiertas dos alas con 70 camas (una de neurología y otra de Cirugía Ortopédica y Urología) que pensaban clausurar durante el verano ante el alza de los contagios, señala Marga Almajano de Intersindical Salut. El problema es que empieza a haber problemas con las camas y se ha decidido mantener las dos unidades.
De hecho, según detalla Almajano, el miércoles al mediodía había 38 pacientes en Urgencias esperando una cama y una habitación. Así, el tiempo de espera medio para ser ingresado es de 34 horas, prácticamente un día y medio.
La situación ha llegado a tal extremo que en una sala de espera de Rayos X se han habilitado ocho camas y han puesto en ellas a enfermos que estaban esperando. «Demuestra que no hay sitio en Urgencias ante el incremento de casos», ha precisado Almajano.
«Hay muchos pacientes con Covid. El repunte ha sido brutal», han recalcado desde Intersindical Salut que han asegurado que la situación se va a agravar y «habrá camas por los pasillos. La situación es caótica».
Desde la formación sindical señalan que el día 1 empiezan las vacaciones del personal. A este hecho se une el que hay bajas en la plantilla por haber contraído el Covid. «Y eso que se puede ir a trabajar estando enfermo», han destacado las mismas fuentes.
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Lo que está pasando en el Clínico puede ser indicativo de cómo se pueden poner las cosas este verano. «Va a ser complicado», afirma Fernando García, presidente de la sección de sanidad del CSIF. Ha explicado que «estamos preocupados porque no hay personal para cubrir a los profesionales que se marchen de vacaciones». «Lo peor es que no se está haciendo nada por parte de la Conselleria de Sanidad», asegura García.
En opinión del sindicalista, «vamos hacia un colapso de la Atención Primaria y las Urgencias también están comprometidas en la mayoría de hospitales de referencia». Para García la situación genera un sentimiento de tristeza «porque se podía haber evitado con previsión».
El caos se puede notar sobre todo en el litoral porque no se van a abrir tantos consultorios como en años anteriores. «Mucha gente está acudiendo a los puntos de atención continuada», ha afirmado García.
Desde el Sindicato Médico (CESM), Víctor Pedrera identifica Torrevieja, Santa Pola, la Marina Baixa, la Marina Alta, el área de Cullera-Gandia y la zona norte de Castellón donde siempre es difícil cubrir las plazas, como puntos en los que se va a producir una avalancha de pacientes. «Se presenta un verano negro», afirma el secretario general del CESM. «La plantilla se verá disminuida porque ni siquiera se cubren las vacaciones del personal», ha explicado.
En este sentido, ha señalado que «se van a abrir consultorios en las playas y tienen que cubrirse todas las plazas. Además, se debe reforzar las Urgencias porque no se pueden dejar de dotar de personal». Ha puesto como ejemplo el caso de la Marina Baixa donde se ha pasado de 160 atenciones diarias a 300 por lo que «el refuerzo de las urgencias es imprescindible».
«Con un tercio de la plantilla de vacaciones y el Covid disparado va a haber repercusiones en Atención Primaria y también en las hospitalizaciones», ha sentenciado Pedrera. Además, ha criticado el retraso en la aprobación del plan porque «los 850 médicos que quieren contratar no los van a encontrar ya que no hay gente. Comunidades como Castilla y León y Murcia llevan contratando profesionales desde hace dos meses».
En la misma dirección se ha pronunciado Rosa Atiénzar, secretaria general de federación sanitaria de Comisiones Obreras. «El verano va a ser complicado porque los recursos son insuficientes y la contratación va a ser difícil», ha afirmado y ha puesto el caso del cierre de la planta de Medicina Interna del Hospìtal de Ontinyent como ejemplo de una situación que se puede repetir en otros centros sanitarios.
En general, Atiénzar ha señalado que el plan de refuerzos apenas cubre el 30% del personal y en el caso de algunas especialidades como matronas o fisioterapeutas las sustituciones prácticamente son inexistentes ya que sólo afectan al 1% de la plantilla. Y todo esto en un contexto donde crecen los enfermos de Covid y la presión hospitalaria. «Se ha planificado tarde y mal como si no hubiera coronavirus y la pandemia sigue», ha matizado la dirigente sindical que ha destacado que la mayor incidencia se dará en Atención Primaria «donde ya no son capaces de atender a más gente».
¿Hay que administrar una cuarta dosis de la vacuna? El contexto es claro. Los casos y las hospitalizaciones están aumentando con la llegada del verano. La movilidad provocada por la recuperación turística, los grandes eventos como conciertos y festivales y las fiestas populares han auspiciado este incremento que está afectando de forma especial a los mayores de 60 años.
La incidencia acumulada en la Comunitat Valenciana se encuentra en los 559,48 casos por cada cien mil habitantes entre la población mayor de 60 años. Mientras la media estatal es aún mayor y se sitúa ya en los 841,27 contagios.
Con este panorama, y parece que será peor en las próximas semanas, la pregunta sobre una cuarta dosis al menos para la población más vulnerable se convierte en más actual que nunca. Salvador Peiró, director del área de investigación en Servicios de Salud de Fisabio, ha considerado que esta nueva dosis tendría que inyectarse en otoño. El problema es el incremento de casos que se está produciendo y que parece que va a continuar de forma inmediata lo que puede hacer recomendable que el inyectable se adelante para proteger al menos a los mayores de 60 años y otras personas inmunodeprimidas.
La catedrática de Epidemiología de la Universidad Europea, Patricia Guillem, ha señalado que por ahora no ve necesaria distribuir una cuarta dosis de forma inmediata pero sí ante el invierno. «Se puede quedar como una vacuna estacional», ha afirmado.
«No es necesaria por el momento», ha explicado Marta Palop, presidenta de la Sociedad Valenciana de Neumología. «Desconocemos el proceso inmunitario por lo que no se sabe su eficacia», ha recalcado y ha señalado que quizá podría ponerse en otoño, junto a la vacuna de la gripe. «No es seguro que una cuarta dosis reduzca los ingresos hospitalarios», ha aclarado.
Aún así países como Francia y Alemania han empezado a suministrar una cuarta dosis a personas vulnerables y al personal sanitaria. En España algunas comunidades como Murcia, Andalucía, Galicia y Asturias están presionando al Ministerio de Sanidad para que la autorice al menos para la población de mayor riesgo.
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