
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La Universitat Politècnica de València (UPV) ha organizado esta semana unas jornadas técnicas para la gestión «sostenible y circular» de los residuos derivados de la ... dana, un simposio en el que diferentes actores, tanto del sector académico como del ámbito privado, han puesto en común ideas para avanzar en su tratamiento, mejorando la seguridad, evitando daños medioambientales y también contribuyendo a la reactivación económica de las zonas afectadas.
Al encuentro, además de cargos directivos del clúster de empresas del sector (Clean Waste), han acudido varios expertos internacionales que tuvieron un papel protagonista tras el temporal que en 2021 afectó a la zona oeste de Alemania. Con la invitación se pretendía contar con información sobre los planes aplicados y asumir las buenas prácticas desarrolladas. En la delegación figuraba la exministra Eveline Lemke, actualmente consultora y experta en economía circular, que fue la encargada de supervisar la gestión de los residuos generados por aquella dana.
Entre las conclusiones acordadas tras las jornadas destaca la necesidad de acelerar los trabajos de descontaminación de los miles de vehículos destrozados y acumulados en parcelas de todo tipo, sobre todo municipales, ante la cantidad de materiales contaminantes que, si no se tratan a tiempo, pueden derivar en nuevos incidentes y en problemas medioambientales, como pueden ser daños en suelos y acuíferos.
«No se deben gestionar vehículos fuera de uso sin retirar los residuos peligrosos que contengan, por los riesgos de seguridad y salud que representan», se dice en el documento pactado por los expertos, que se ha presentado este viernes en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial. Y es que la inmensa mayoría de los vehículos acumulan combustible, aceite, baterías o líquido de frenos, además de otros materiales peligrosos o contaminantes cuyo tratamiento debe ser realizado por técnicos especializados antes de proceder al desmantelamiento final en los desguaces.
En esta idea ha abundado Eveline Lemke en declaraciones a los medios. «Hemos visto cosas que son muy peligrosas, como que los solares acumulan coches que siguen con depósitos llenos de gasolina o gasoil, o con baterías, y nos da la sensación de que en este aspecto no se está trabajando bien a nivel técnico», ha señalado, antes de recordar que ya se han producido incendios en estos depósitos.
También se ha referido a la cuestión Salvador Ortí, gerente de Clean Waste, destacando que son trabajos que dependen de personal especializado y que son previos al desguace de los vehículos. Si bien ha defendido que ya se están haciendo con garantías, con apoyo de personal de emergencias como militares de la UME o profesionales de los servicios de bomberos, ha incidido en la importancia de acelerarlos dedicando «más medios». Y es que se calcula, según ha explicado, que se han retirado estos elementos en alrededor de 18.000 unidades, cuando la cifra de vehículos afectados supera los 120.000. «Todo lo que se pueda filtrar es peligroso y así hay que considerarlo. Hay que tratar estos productos por separado», ha insistido la consultora alemana.
Además, los expertos han pedido, también en relación a los vehículos fuera de uso, que su valorización se realice de manera que la cuantía económica de las piezas o repuestos aprovechables «revierta en las personas y comercios afectados por la dana». Es decir, que se cree un sistema que lo facilite, sin necesidad de que tenga que ser el propio particular el que caiga en la cuenta de que determinado elemento puede tener una nueva vida útil y generar un beneficio económico, añadido a las ayudas públicas para los afectados. Por ejemplo, que el valor que abona el desguace cuando se traslada el vehículo se le ingrese a él o, incluso, al municipio en el que conste el impuesto de matriculación para que este dinero sea invertido en los trabajos de recuperación.
Otras de las conclusiones acordadas apuestan por «garantizar una adecuada y flexible gestión de los residuos generados», elaborando «procedimientos contrastados con la comunidad científica internacional», así como evaluar su eficacia para diseñar medidas correctoras si es preciso. También se insiste en la aplicación de criterios de sostenibilidad, de manera que la urgencia del ahora no derive en nuevos problemas en el medio plazo.
«Aún estamos a tiempo de que esta catástrofe no sea mayor de lo que ha sido», ha defendido Miguel Ángel Artacho, director del Centro de Investigación en Dirección de Proyectos, Innovación y Sostenibilidad (PRINS) de la UPV, organizador de la jornada junto al citado clúster. «Hasta el momento se ha optado por gestionar los residuos de forma más rápida y barata (ante la urgencia de la emergencia inicial), pero también la menos apropiada desde un punto de vista del impacto medioambiental», ha destacado.
El documento de conclusiones también advierte de que las experiencias previas revelan que «los recursos necesarios para gestionar adecuadamente los residuos van a ser superiores en coste y tiempo a los inicialmente estimados», una «carrera de fondo» que obliga a que «cuanto antes» se disponga de ellos mejor, pues se podrán realizar con mayor premura «las acciones pertinentes para rebajar la preocupación social».
Por su parte, Lemke también ha apostado por aplicar medidas que sirvan para proteger los suelos de posibles filtraciones de residuos contaminantes de todo tipo, no sólo derivados de vehículos afectados, por aprovechar las buenas prácticas que permitan diseñar planes de actuación a nivel europeo -la UPV va a participar en un manual de gestión de residuos junto a 14 universidades y diez centros tecnológicos del continente- y por favorecer «la cooperación entre expertos, empresas prestadoras de servicios y autoridades».
Por último, ha comparado el proceso de reconstrucción con una maratón, en el sentido de que será un proceso complejo y largo que requiere «de muy buenas estructuras de organización». En este sentido, ha puesto el ejemplo de su país, en el que tres años después de las inundaciones se acaba de iniciar la reparación de las grandes infraestructuras afectadas, o que para concluir las obras de prevención de nuevas avenidas se necesitarán 15 años más.
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