«Una falsa abogada ha destrozado mi vida»

En abril de 2020, María Victoria pidió ayuda a Fátima, su amiga de la infancia y abogada, con quien había retomado contacto meses atrás. El motivo era que había descubierto que su exmarido, que contaba con la guarda y custodia monoparental de los hijos desde su divorcio en 2015, no estaba cumpliendo con las restricciones obligadas por la pandemia. A partir de ahí, Fátima L., junto a su marido, José Juan L., y a una ayudante, María Magdalena M., inició la estafa.

«Se aprovecharon de mi confianza y vulnerabilidad para estafarme dinero, y como consecuencia he perdido a mis hijos y me han destrozado la vida», explicó a LAS PROVINCIAS Mariví Alonso que aún vive la pesadilla y sufre el peor de sus calvarios.

Desde mayo de 2020 hasta marzo de 2021, María Victoria pensaba que, conforme a la información que recibía de su falsa abogada y a los procedimientos judiciales que esta estaba llevando a cabo, lograría la custodia de sus hijos. Asimismo, creía que la razón por la que todavía no la había conseguido era que su exmarido y su familia estaban poniendo obstáculos ya que, según Fátima L., «habían comprado a la Policía y al colegio de los niños» para que estuvieran en contra de Mariví.

Así lo contaba la víctima en la querella judicial que presentó contra los participantes de la estafa: «20.08.2020: Fátima dice que la pareja de mi exmarido ha presentado una denuncia hacia mí, diciendo que la he agredido. Dice que todo esto es para retrasar la entrega de mis hijos».

Con el fin de que Mariví se creyera la falsa y siguiera pagando dinero a la falsa abogada, esta le daba documentos (sentencias y autos) que, tras ser manipulados y falsificados, parecían dictados por juzgados e incluso del Supremo. María Magdalena M. (la supuesta asistenta de los abogados) era la encargada de mantener a Mariví alejada de cualquier persona que pudiera mostrarle la verdad. Además, la víctima entregó 16.700 euros, pensando que estaba pagando solo las costas procesales, cuando en realidad estaba engrosando los bolsillos de los presuntos estafadores.

«Por culpa de estos individuos llevo un año sin ver a mis hijos. No entiendo cómo personas que tienen hijos han podido hacerle esto a una madre», dijo Mariví, que debido al engaño perdió la custodia de sus hijos y debe ingresar en prisión tras ser condenada por un delito de sustracción de menores y desobediencia grave, aunque su abogada ha pedido la suspensión de la pena. «Espero que estas personas sean juzgadas y condenadas por todo el daño causado. Y ojalá un día mis hijos conozcan toda la verdad», concluyó.