Dos agentes, en la salida del parking de la Ciudad de la Justicia. Jesús Signes

Un falso terapeuta tuvo sexo con su paciente al hacerle creer que sólo con esa terapia se recuperaría

La Audiencia condena al supuesto profesional a dos años de cárcel por manipular a la joven, con problemas de adicción y maltrato

A. Rallo

Valencia

Sábado, 14 de diciembre 2024, 02:07

Fernando A. T. trabajaba en un centro de rehabilitación de personas con adicciones en la ciudad de Valencia. La Audiencia le ha condenado a dos ... años de cárcel por engañar a una mujer, paciente de las instalaciones, al hacerle creer que sólo superaría sus problemas si mantenía relaciones sexuales con él. La víctima, de tan solo 21 años de edad, accedió a la propuesta con la falsa esperanza de que de esta forma superaría su adicción al alcohol y las drogas aparte de los antecedentes por maltrato infantil que arrastraba. Un cóctel que el ahora condenado aprovechó a su favor.

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El falso terapeuta se había dado de alta en una asociación como perito. En esta inscripción aportó titulaciones no regladas como especialista en adicciones y drogodependencias y un máster en intervención psicosocial en conductas adictivas. De esta forma trataba de acreditar su experta formación en una materia notablemente sensible. Tras conocer la existencia de una denuncia eliminó toda esta información. La paciente ha sido representada por los penalistas Vicente Boluda y Ana Cal.

El condenado, desde el primer momento del 'tratamiento', intentó convencer a la víctima que la relación que mantenía con su pareja era tóxica. Precisamente había sido su novio quien al verla en mal estado le había recomendado la necesidad de someterse a este tipo de actuaciones. Fue entonces cuando le habló de la necesidad de una «terapia sexual» que consistía en mantener sexo con él.

Los hechos tuvieron lugar en septiembre de 2019. Una de las acciones para comenzar con su recuperación consistía en masturbar al terapeuta, pero como la víctima no se encontró cómoda le ofreció la alternativa de que lo hiciera ella misma con los ojos vendados. La advirtió que esto era imprescindible para progresar en su terapia. Unas semanas más tarde y con idéntico propósito le diagnosticó la necesidad de que le enviara vídeos sexuales para continuar con la supuesta mejoría.

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La intensidad de las peticiones iba en aumento. Los meses posteriores, el falso coach transmitió la necesidad de mantener relaciones sexuales completas para su futura sanación. La mujer «influenciada por la recomendación del terapeuta» accedió a esta petición y llegó a mantener un número indeterminado de relaciones sexuales. Los encuentros se producían siempre en el despacho del supuesto especialista ahora condenado. La víctima ha sufrido una desestabilización del cuadro clínico que presentaba a raíz de todos estos acontecimientos.

El acusado reconoció los hechos en el juicio y se benefició de una importante rebaja de pena. Además, para beneficiarse de otras atenuantes, aportó antes del juicio 14.000 euros como indemnización.

 

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