La falta de un protocolo obliga a desechar cientos de vacunas de AstraZeneca

La escasez actual de vacunas para hacer frente al coronavirus hace que cada dosis sea poco menos que un tesoro. Sin embargo, y pese a la necesidad de contar con el mayor número posible de viales, cientos de vacunas terminan desechándose ante la falta de protocolos que permita incrementar el número de inyecciones aprovechables de cada vial, especialmente de AstraZeneca, aunque también de Pfizer.

Al respecto, los profesionales han detectado que una vez reconstituidos los viales de AstraZeneca se obtienen once dosis frente a las diez fijadas tanto por la farmacéutica como por el Ministerio de Sanidad, por lo que en un primer momento el personal de enfermería encargado de su administración no tenía más remedio que desechar la dosis sobrante. Sin embargo, y después de informar de la situación a sus superiores, se les notificó verbalmente, al menos a los especialistas de algunos departamentos, que pueden hacer uso de esa dosis adicional en lugar de desperdiciarla, pero por el momento desde la Conselleria de Sanidad se remiten a las instrucciones ministeriales que establecen únicamente diez dosis por vial. «Nos han dicho que las utilicemos, pero no hay nada por escrito», apuntan fuentes del Sindicato de Enfermería Satse. A la postre, por tanto, queda en manos de los sanitarios hacer uso de esa dosis extra o no. Al respecto, la Comunitat ha recibido ya más de 216.000 vacunas de AstraZeneca –contabilizando diez por vial–, por lo que habría sido posible obtener unas 21.000 dosis más. Parte de ellas, sin embargo, terminan siendo desechadas ante la falta de un protocolo que ampare su utilización.

Desde la Conselleria de Sanidad quieren aclarar que el departamento no puede establecer un protocolo contrario a las indicaciones de la compañía farmacéutica (tanto AstraZeneca como el Ministerio de Sanidad establecen diez dosis por vial); por lo que contabilizando diez dosis por vial no se ha desechado ni una sola inyección. Sin embargo, si la habilidad del personal de Enfermería permite obtener once dosis, y éstas cuentan con la cantidad establecida por la farmacéutica, sí es posible aprovechar esta dosis extra, aunque no se puede fijar una orden por escrito.

En el caso de los inyectables de Pfizer inicialmente se obtenían cinco dosis, aunque pronto se descubrió que era viable extraer seis; y en este caso sí se contó con la autorización ministerial y de la farmacéutica. Sin embargo, y con el uso de jeringuillas más precisas, los profesionales aseguran que, con destreza, incluso es posible obtener hasta siete dosis, «pero la séptima se va a la basura porque no está autorizada«, lamentan.

Y en este marco, Sanidad retoma hoy la vacunación del personal de los centros educativos después de que el pasado 15 de marzo, apenas tres horas después de comenzar a inmunizar a los profesionales, el ministerio decretara su paralización ante las sospechas de que pudieran causar un tipo de trombo poco habitual. Finalmente, los expertos han descartado que haya relación, por lo que la Conselleria de Sanidad tiene previsto administrar dosis a 145.174 profesionales (unos 26.000 más de los previstos inicialmente al incluir a los trabajadores de entre 56 y 65 años) entre hoy, mañana, y el miércoles y jueves próximos en una especie de prueba piloto de la campaña de vacunación masiva. En total, Sanidad calcula que vacunará a 5.220 personas a la hora. Para ello, ha ampliado a 250 el número de equipos de profesionales que se hacen cargo de la iniciativa, que se desarrollará en 25 espacios distintos.

Sobre ello, el sindicato CSIF reclamó ayer a la Conselleria de Educación «instrucciones claras que no dejen fuera del proceso de vacunación a ningún colectivo e información directa a los representantes de los trabajadores«. La formación también trasladó su malestar por la gestión de la vacunación al personal docente.