Una persona recibe una dosis de la vacuna contra el Covid-19 en el centro de inmunización de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. iván arlandis

La falta de protocolo obliga a inyectar sin cita para no desechar dosis preparadas

Los profesionales reclaman instrucciones para saber qué hacer con las jeringuillas cargadas que sobran y no se pueden volver a guardar

daniel guindo / C. G.

Viernes, 18 de junio 2021, 00:21

El personal sanitario conoce perfectamente la importancia que tienen las vacunas contra el Covid para poder acabar con la pandemia lo más pronto posible, por lo que uno de sus principales objetivos es que no se desperdicie ni una sola dosis. Y en ese celo ... por administrar todos los viales posibles –y, sobre todo, que no se deseche ninguno– se encuentran con la indefinición de un protocolo que no concreta qué se debería hacer con las jeringuillas ya cargadas que puedan sobrar y que no es posible almacenar hasta el día siguiente ni remitirlas a los centros de salud para que lleven a cabo una citación exprés de posibles beneficiarios. La opción de que terminen en el cubo de la basura es la última que barajan los profesionales –aunque esporádicamente ocurre–, por lo que se ven obligados, incluso, a administrar esas dosis ya preparadas en las jeringuillas a personas que carecen de cita, según confirman a LAS PROVINCIAS fuentes conocedoras de la situación y ciudadanos que, a través de esta vía, han recibido una dosis. Situaciones como éstas tienen lugar en el centro de vacunación masiva instalado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, como ha podido constatar este diario.

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Al respecto, las mismas fuentes explican que prácticamente a diario sobra alguna jeringuilla cargada en el citado centro de inmunización de Valencia, normalmente a causa de que no se presenten todas las personas citadas para esa jornada. La cantidad varía de unos días a otros, pueden ser apenas un par de jeringuillas o más de una veintena. Son varias las vías para canalizar que estas dosis no terminen desperdiciándose. Una de ellas son las personas que sí acuden citadas a la instalación. Algunas de ellas trasladan al personal sanitario que tienen un familiar o allegado que está pendiente de su dosis, o que presenta alguna dolencia que podría agravarse si sufre un contagio, por lo que preguntan si podría acercarse a recibir su dosis. La respuesta del personal, sobre todo por las mañanas, suele ser que no pueden garantizar que ese día sobre alguna inyección, pero conforme se acerca la hora del cierre sí abren un poco más esta vía: «Que se acerque a última hora y, si sobra alguna, se la ponemos».

«Mi hermana dijo si me podían pinchar y a las dos horas la tenía»

Isabel es un nombre simulado, al querer la protagonista preservar su identidad. Pero la historia que aquí se cuenta es completamente verídica. Ocurrió una tarde de la pasada semana en el vacunódromo de la Ciudad de las Ciencias. «Mi hermana tenía que ponerse la vacuna hacia las cinco de la tarde. Cuando se la inyectaron, preguntó si yo podía ir a que me la pusieran», recuerda Mario, su hermano, también de nombre simulado. La respuesta de un sanitario del recinto abrió la puerta de la esperanza de los jóvenes, ambos de unos 40 años. «Le dijo a mi hermana que le diera mis datos y que a las ocho de la tarde, cuando ya hubiera cerrado el vacunódromo, que acudiera».

El profesional no dio totalmente por sentado que el joven, al que todavía no habían citado por la vía convencional, acabara recibiendo la vacuna. «No te aseguro que haya, pero él que venga y que le diga el motivo al guardia de seguridad», recuerda el valenciano que fue la indicación que le dieron a su hermana en el vacunódromo.

Pero dos horas después, «la tenía puesta», rememora Mario. El joven acudió, sin cita concertada, al espacio de vacunación masiva. Se sentó en uno de los butacones y esperó unos minutos. «Enseguida vino una enfermera y me la 'enchufó'. Mi hermana dijo si podía ser Janssen, pero al final me tocó Moderna». Mario explica cómo, mientras estaba allí, entraron unas dos o tres personas, después de que el recinto estuviera ya cerrado al público, supuestamente otros ciudadanos vacunados sin cita.

Los profesionales, a la hora de administrar estas dosis a personas que no han sido citadas por el cauce oficial, tratan que se encuentren en el rango de edad de los grupos objeto de vacunación en ese momento –y que su cita podría llegar unos días o semanas después– y que sean del entorno de personas que acuden a la vacunación no conocidas por los sanitarios –incluso preguntándoles por esta posibilidad–, pero «si no hay más remedio, antes de tirar la dosis, se llama a quien sea, hasta personas conocidas por los profesionales« que pudieran presentar algún riesgo si no están inmunizados, por ejemplo, según explican.

Esta fórmula ajena al protocolo oficial ni mucho menos es del agrado de los especialistas, por lo que ya han transmitido la problemática a la Administración para tratar de buscar soluciones. La primera pasaría por que haya unas instrucciones claras de qué hacer con estas dosis sobrantes que no se pueden guardar y que esporádicamente, si expira el tiempo máximo de conservación y no se ha podido localizar a ningún posible beneficiario, terminan desechándose.

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Casos excepcionales

Frente a ello, desde el departamento de salud Valencia-Doctor Peset, encargado del operativo del centro de vacunación de la Ciudad de las Artes, aseguran no tener constancia de estas prácticas y, si se ha producido algún caso así, sería algo excepcional. Al respecto, detallan que se intenta evitar al máximo que sobren viales y que las jeringuillas se van cargando progresivamente por personal encargado a estas tareas para llevarlas posteriormente a los boxes donde tienen lugar las inoculaciones. Un par de horas antes del cierre del recinto, agregan, incluso se realizan recuentos de las personas que están en la cola para afinar la cifra final de viales necesarios y hasta preguntan a los usuarios qué vacuna deben recibir. En el caso de que sobren dosis que no puedan guardarse para el día siguiente «se sigue el protocolo establecido». Si es posible, se remiten a los centros de salud que cuentan con Atención Continuada para que contacten con personas del mismo grupo etario que puedan acercarse al consultorio a recibir su dosis. También se llama a las personas citadas que no han acudido por si pudieran acercarse a última hora a recibir la dosis programada.

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