La falta de psiquiatras y el aumento de la demanda de salud mental atascan la Atención Primaria

Los problemas de salud mental no dejan de aumentar en la sociedad valenciana y desde la pandemia el incremento de casos ha ido creciendo cada año. Los médicos de Atención Primaria alertan de que todos los días reciben a pacientes en sus consultas en los centros de salud con ansiedad o depresión fundamentalmente, con patologías que, en función de la gravedad, las trata el propio facultativo de Familia o se derivan a Psiquiatría. Pero precisamente ahí se encuentra uno de los problemas, por la falta de especialistas que hay, por lo que también avisan de que existe mucha demora para ser atendido por los psiquiatras por la cantidad de demanda de pacientes que hay actualmente.

Cuando esos casos de salud mental se derivan al psiquiatra se produce «un cuello de botella», según explica Pedro Ibor, vicepresidente del Colegio de Médicos de Valencia. «Están colapsados, hay mucha demora en las unidades, porque hay pocos psiquiatras para hacer la valoración del caso y el seguimiento», detalla. Para la médico de Familia Mari Carmen Gallego «como hay bastante problema con la falta de psiquiatras y psicólogos en el sistema público, vemos muchos más casos de salud mental últimamente, y supone bastante, por lo menos un 30% de los pacientes diarios», apunta. Esto significa en torno a diez personas cada día con casos de salud mental en cada consulta de Primaria en la región.

El vicepresidente de la Sociedad de Psiquiatría de la Comunitat, Paco Bellver, admite ese aumento de la demanda de atención en salud mental, que se combina «con una carencia de recursos, faltan psiquiatras y psicólogos clínicos. Si tienen un problema con su jefe, o económico, se deprimen y esos trastornos mentales comunes de la vida, todo eso está yendo a Atención Primaria», indica. «Como los médicos van muy colapsados, se recurre a medicación que no haría falta para ahorrar tiempo o se deriva a salud mental», asegura.

El especialista apunta que hay «mucho trastorno común, no grave, que debe atenderse en Primaria, donde hacen mucho filtro pero no tienen tiempo para ver a todos porque van desbordados. Y todo esto está saturando Primaria», analiza. «Se está queriendo poner psicólogos en los centros de salud para ocuparse de los trastornos mentales comunes, como una separación de pareja, ansiedad, pero aún no se ha hecho», expone.

Los problemas laborales y económicos están detrás de la mayoría de casos de los pacientes de entre 30 y 40 años, un grupo de edad que ha crecido mucho en las consultas por casos de salud mental en la Comunitat. «Están aumentando más del doble de hace unos años los problemas de salud mental, por causas socio-laborales y familiares. Es algo que se nota en la consulta, este aumento», indica Ibora. «Se ve en la sociedad que la gente está más alterada, hay más irascibilidad y ansiedad en la población, casos de neurosis, depresiones derivadas de situaciones personales y familiares, eso se ve mucho más», asegura.

Para Gallego «el aumento de casos principalmente es por la falta de recursos. Les dan cita en psiquiatría cada seis meses, y una persona con problemas en vez de esperar tanto tiempo, viene al centro de salud», argumenta. «Los psicólogos en el sistema público no están financiados, los pacientes tienen que pasar primero por el psiquiatra, pero como hay pocos, tardan mucho en que los vean. Por eso los pacientes que no pueden pagar un psicólogo privado, vienen a Primaria», destaca.

La facultativa añade: «Los psiquiatras tienen unos criterios muy estrictos para que acepten que se les deriven pacientes, tienen que se gente con una patología grave, tendencias de suicidio, psicosis. Una ansiedad o depresión si no lleva tratamiento previo con medicación durante varios meses prescrito por un médico de Familia ya no lo ven. Un paciente que empieza una depresión y no lleva ningún tratamiento, primero lo tenemos que ver en Atención Primaria para pautar un tratamiento y si no mejora, lo ven ellos».

Y también corrobora esta tendencia creciente de demanda Mª Ángeles Medina, presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria: «Ha ido aumentando desde la pandemia. Las características del entorno, la situación socio-económica, laboral, vienen muchos problemas relacionados con el ámbito laboral. Los pacientes vienen a Atención Primaria. Esto nos supone no menos de cuatro o cinco consultas diarias», destaca. «Al final derivamos en temas psicológicos que ellos refieren como físicos, como cefalea, insomnio, problemas digestivos. Detrás de esto está muchas veces síntomas de salud mental. Hay mayor demanda de esto, es real», expresa.

La facultativa es partidaria, si el caso no es grave, de no medicalizar en exceso. «Tenemos que dejar de ser el país más prescriptor de antidepresivos. Los médicos estamos concienciados en no contribuir más al deterioro cognitivo de los pacientes a través de medicación cuando es un problema no grave de salud mental. Pero si es grave derivamos a las unidades de salud mental porque ahí no se puede banalizar, no intentamos poner otro remedio que no sea la atención especializada necesaria, porque el trastorno mental severo también ha aumentado, como las ideas suicidas», asegura Medina.

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