El comienzo de curso viene este año marcado por la pandemia. Otros años las demandas de la comunidad educativa eran otras: más profesorado, acabar con los barracones, reducción de ratios, el precio de los libros, la falta de instalaciones materiales... Todas estas quejas han pasado ahora a segundo plano subordinadas a una necesidad básica: garantizar la salud de los alumnos.
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La plataforma 'Libre Elección Educativa Comunidad Valenciana', que en una semana de vida ha agrupado a cerca de 400 padres, ha iniciado una recogida de firmas para reclamar a la Conselleria de Educación que permita la enseñanza online el próximo curso ante la evolución de la pandemia. «Que las familias puedan elegir libremente sobre la modalidad de enseñanza online o presencial», sostienen en el manifiesto.
«Que vayan a clases es como enviar a los niños al matadero», explicó Francisco Jaén, uno de los portavoces de la plataforma que resaltó que «se debe primar la seguridad y no hay nadie que pueda garantizarla si la enseñanza es presencial.
Jaén explicó que ahora se encuentran en pleno proceso de recogida de firmas y van a presentarlas al conseller de Educación a principios de septiembre. Otras de las iniciativas que han puesto en marcha es dirigirse al Síndic de Greuges.
El portavoz señaló que técnicamente es posible, sólo falta que la administración lo autorice. «Se pueden comunicar por una plataforma, correos, teléfonos, se pueden dar clases online...», manifestó Jaén. En esta línea, indicó que «la salud es un bien superior para nosotros y nuestros hijos y nadie puede garantizar que haya una escuela con contagio cero».
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Jaén añadió que el protocolo sanitario publicado por la Conselleria de Educación «es muy genérico y en ningún caso nos da seguridad». «Lo estamos pasando mal y también nuestros hijos están atemorizados», indicó.
Uno de cada ocho jóvenes, es decir el 13% de los estudiantes, se quedó sin acceso a la educación durante la pandemia. Así lo apunta una encuesta de los socios de la Iniciativa Mundial sobre Empleo Decente para los Jóvenes entre abril y mayo de 2020. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentaba ayer los resultados del estudio, que revela que el impacto de la pandemia en los jóvenes es «sistemático, profundo y desproporcionado».
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Bajo el título 'Los jóvenes y la pandemia de la Covid-19: efectos en los empleos, la educación, los derechos y el bienestar mental', el estudio destaca que el 73% de los estudiantes experimentaron una interrupción en su educación y que no todos pudieron hacer la transición al aprendizaje por internet. En este sentido, uno de cada ocho jóvenes se quedó sin acceso a cursos o a formación, una situación que fue especialmente crítica entre aquellos que viven en países de ingresos más bajos por la brecha digital.
Así, mientras que el 65% de los jóvenes de los países de altos ingresos pudieron asistir a clases impartidas por videoconferencia, la proporción de jóvenes que pudo proseguir sus estudios 'online' en los países de bajos ingresos fue únicamente del 18%. Además, pese a los esfuerzos de un gran número de instituciones por adaptarse a la enseñanza online, el 65% de los jóvenes señalan que han aprendido menos desde el inicio de la crisis sanitaria; la mitad de los jóvenes (el 51%) opina que la conclusión de sus estudios se verá retrasada, y el 9% teme que tenga que abandonarlos.
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