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EFE
Jueves, 13 de febrero 2020, 00:00
valencia. «Hay una grandísima diferencia, en cuanto a la posibilidad de cierta paz para la familia, entre encontrar los restos y que no aparezcan», recordó Mariano Navarro, psicólogo y portavoz de la madre de Marta Calvo, la joven desaparecida hace tres meses en la localidad de Manuel tras una cita sexual con Jorge Ignacio P., sospechoso de su muerte.
La búsqueda del cadáver en el vertedero se ve dificultada por el retraso que sufrió la investigación en sus días iniciales. Así lo reconoció recientemente el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana en el momento de los hechos, Juan Carlos Fulgencio, quien señaló que «el sospechoso pudo tener tiempo para hacer desaparecer vestigios».
La familia materna, no obstante, apoya a la Guardia Civil y a la policía: «no sabemos qué pudo pasar en esa inicial y supuesta descoordinación entre las fuerzas de seguridad, pero tenemos claro que lo más triste es saber que hay un sujeto en prisión preventiva que mantiene un sufrimiento indescriptible para una familia, sin tener en cuenta las secuelas que esta situación les puede dejar», señaló el portavoz de la familia materna en alusión al principal sospechoso.
El tiempo pasa sin que aparezca el cuerpo de Marta, y eso hace que las posibilidades de llegar a conclusiones sobre la causa de la muerte se vea limitada por la degradación de los tejidos blandos, según explicó un médico especializado en Antropología Forense, que añadió que algunas conclusiones, como el uso de drogas, sí podrían ser viables.
El experto añadió que, aunque la búsqueda sea un trabajo desesperante y gigantesco, cualquier resto que pueda aparecer puede arrojar algunas conclusiones, fundamentalmente porque a través del ADN se puede llegar a la identificación.
De este modo, el encuentro de cualquier resto sería importantísimo para la familia, porque la certeza de la muerte de Marta haría posible cerrar un capítulo y empezar otro, muy doloroso, de duelo, «frente al riesgo del duelo imposible que supone tener abierta una fantasía de encuentro», explicó Navarro. Para el psicólogo y portavoz de la familia materna, la aceptación de la muerte, con ser dolorosa, y más en el caso de un posible asesinato, «es el comienzo de la sanación».
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