

Secciones
Servicios
Destacamos
«Un sinsentido». De esta manera califica la Coordinadora de Familiares y Usuarios de Residencias de la Comunitat (Recova) que la Generalitat mantenga las limitaciones de visitas a los centros por el Covid, «cuando el resto de personas lleva ya una vida normal».
La resolución de Políticas Inclusivas «sigue incomprensiblemente vigente» y para los familiares resulta ya «anacrónica». El hecho de que la Generalitat mantenga las limitaciones «nos priva a las familias del acceso al centro donde tienen su hogar los mayores, de mantenerles organizada la habitación y saber con qué elementos cuentan». Además, «nos impide cuidarles, darles de beber, de comer, ayudar a realizarles los cambios posturales que les producen las temibles úlceras, estar tiempo con ellos para evitar caídas, vigilar su medicación, tomarles de la mano» y, en definitiva, «que se sientan queridos el tiempo que les quede».
En Recova no ven lógico «que toda la sociedad disfrute de una gripalización del Covid y una vida normal y que se mantenga a los residentes valencianos en régimen semicarcelario». Esto, a su entender, «vulnera derechos constitucionales de los residentes». Las limitaciones, ahondan, «en absoluto les protegen», sino más bien «les condenan al abandono y a la soledad, con una afectación terrible en su estado emocional y físico».
El actual régimen, ahondan, admite un máximo de dos horas semanales de visitas. «Estas previsiones son una limosna de tiempo con los mayores, pero ni siquiera se están cumpliendo y recibimos muchas quejas porque hay residencias donde se permiten estar unos 30 ridículos minutos de visita semanales en lugar de los 120» autorizados, denuncia Recova.
Por otro lado, lamentan, los espacios que se habilitan son «a todas luces, insuficientes». Citan el ejemplo de un centro de Elche con un cupo de 8 mesas en el exterior y 4 en el interior. «Y si ya están cubiertas, te quedas sin ver a tu familiar».
Y hay más quejas: «Hay familiares que no han podido entrar a las habitaciones de sus parientes porque han ingresado en tiempo de pandemia. No han podido visualizar el espacio asignado. Y ello a pesar de que la resolución autonómica «establece que se pueda acceder de forma puntual a la habitación para asegurarse de que el residente dispone de ropa de temporada suficiente y adecuada». En la práctica, «las residencias más benévolas permiten entrar 30 minutos dos veces al año, pero otras ignoran esa previsión y ni siquiera dejan acceder a la habitación».
Y van más allá: «Se están incumpliendo los protocolos de avisar a los familiares en proceso final de vida o la asistencia de los familiares en tareas de alimentación en casos de pérdida de peso extrema».
A principios de septiembre, representantes de la entidad se reunieron con la responsable de Políticas Inclusivas, Aitana Mas. «Nos manifestaron que 15 dias después de que se inoculara la cuarta dosis en residencias se reuniría con Sanidad para valorar la derogación» de los límites. «Pero estamos en noviembre, no tenemos noticias. Nuestra paciencia se agota y si no hay un cambio en breve saldremos a manifestarnos, pues la prórroga sistemática de la normativa mantiene prisioneros a los mayores».
Las familias también han detectado «una continua degradación en la calidad de la atención a nuestros mayores». Urgen un grupo de la Policía Autonómica especializado en casos de maltratos y más inspecciones. Y lamentan el «salvaje, inexplicable y masivo sobreseimiento de causas» judicializadas «por falta de dolo o relación de causalidad» tras las denuncias.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Santander, capital de tejedoras
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.