Medio centenar de padres y madres de tres colegios de Paiporta, la localidad más afectada por la catástrofe del 29 de octubre, se han concentrado ... este jueves para exigir que la Conselleria de Educación tome medidas para paliar los problemas que sufren sus hijos. Algo tan sencillo de entender como que su rutina escolar vuelva a ser lo más parecida posible a la de antes. Tres son las casuísticas que se denuncian: pérdida de horas de clase, falta de servicio de comedor escolar (o carencias en el mismo) y ausencia de actividades extraescolares. O al menos, que estas tengan un horario similar al anterior, un aspecto clave en términos de conciliación.
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La protesta se ha celebrado en la sede de Educación, en la avenida Campanar de Valencia, y la mayoría de los carteles reivindicativos hacían referencia a la cuestión de los tiempos escolares. «Horarios educativos, no de ejecutivos», se podía leer en algunos. Y es que la necesidad de adaptarse a la jornada de los centros de acogida, o los problemas con el transporte escolar habilitado por la conselleria (ha sido complicado encontrar los vehículos necesarios) y el tráfico a primera hora provocan que los niños no reciban las 25 sesiones lectivas que estipula la ley, una carencia que se suma al tiempo que estos alumnos estuvieron sin clase, teniendo en cuenta que Paiporta recuperó la actividad a principios de diciembre.
Toni Martínez, presidente de la Ampa del CEIP Horta, explica que su jornada escolar era partida, de 9 a 16.30 horas, y que ahora los alumnos vuelven a Paiporta sobre las 15.30 horas. Están reubicados en los colegios Les Arts y Almudena Muñoz, de Valencia. «Estamos aquí para exigir la recuperación del horario lectivo, que es un derecho de nuestros hijos. Si tienen 25 horas se tienen que cumplir», ha defendido ante los medios, antes de denunciar «el retraso curricular» que supone esta situación respecto a otros alumnos de la Comunitat o de España. «Han perdido ya muchas horas, y las siguen perdiendo», ha reflexionado.
«La conselleria debería tomar alguna medida», ha defendido, antes de reivindicar que se facilite la organización de actividades extraescolares con su horario completo. Aunque el Ayuntamiento de Paiporta les ha cedido un local para la acogida matinera y hay un acompañamiento a los niños hasta las 17 horas, el servicio no llega a los horarios previos (hasta las 18 horas).
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Gloria Fos, vicepresidenta de la Ampa del colegio Rosa Serrano, se ha referido a las «interminables obras de reparación» de las instalaciones, lo que prolonga su permanencia en el colegio que les acoge, el Amparo Alabau de Alaquàs. «También tenemos menos horas lectivas, lo que va en detrimento de nuestros niños», ha señalado. En este sentido, se ha referido a que los autobuses de Primaria llegaban al centro de destino sobre las diez de la mañana, aunque tras las vacaciones se ha pedido recortar la pérdida en media hora, un avance que atribuye «a la pelea de la Ampa y del centro, no a medidas de la conselleria». También ha explicado que hay alumnos con determinadas intolerancias alimentarias que no pueden hacer uso del servicio de comedor habilitado (se come en las propias aulas, en media hora), por lo que permanecen en Alaquàs hasta que vuelven todos con los autobuses, que sólo hacen un trayecto de ida y de vuelta. «Hay que tener en cuenta que los padres no pueden ir a recogerlos, muchos no tienen coche», ha abundado.
Por su parte, el colegio Lluís Vives, que sigue en su ubicación original, ha recuperado esta semana su jornada habitual de mañanas (entre 7.30 y 14 horas, contando el servicio de escola matinera), lo que supone más tiempo lectivo que en las semanas previas (de 9 a 13 horas). La portavoz de la asociación de madres y padres, Begoña Ortiz, ha señalado que el cambio obedece a que el centro ha decidido adaptarse a las necesidades de los niños y no a los horarios de los trabajadores de la empresa encargada de las reparaciones, como sucedía antes. En cualquier caso, siguen sin servicio de comedor escolar ni extraescolares, por lo que «la conciliación es imposible».
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La protesta, impulsada por Interampa Paiporta con el apoyo de Fampa Valencia, se ha iniciado con la lectura de un manifiesto en el que se denunciaba «la vulneración de derechos de los niños que no han sido recuperados con el tiempo». «Entendemos la excepcionalidad, y hemos tenido paciencia. Hemos estado sin horas lectivas, sin atención presencial, y cuando volvimos entendimos que lo curricular quedaba en un segundo plano, pues había que atender lo emocional. Se hizo y lo agradecemos», continuaba el escrito, antes de denunciar que no se ha cumplido la promesa de recuperar la rutina de cara a enero y de exigir a la conselleria que se «les escuche» y ponga encima de la mesa «todos medios necesarios para que el alumnado de Paiporta y alrededores tenga el mismo tiempo lectivo que otros compañeros, el que legalmente les corresponde». «Es necesario que estemos presentes en la decisiones que la conselleria toma en los despachos de Valencia, escuchadnos», concluía el manifiesto.
Tras el acto, los representantes de las familias han sido recibidos por directivos de la secretaría autonómica de Educación, y se les ha emplazado a solicitar una reunión formal con Daniel McEvoy, el titular del área, para poder abordar las distintas peticiones. También se les ha trasladado, explican desde la administración, que se está trabajando en la mejora de algunas cuestiones relacionadas con el transporte «para dar respuesta dentro de la situación excepcional».
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