Las familias sabrán a partir del jueves si sus hijos entran en la opción elegida en la consulta lingüística

Las votaciones telemáticas han terminado este martes a las 14 horas y han participado más de la mitad de las familias censadas. Y con los resultados, siempre según los votos emitidos, se determinará la planificación de grupos. Teniendo en cuenta que dependerá de una fórmula matemática sencilla, sólo es cuestión de hacer cálculos recurriendo a la tabla que establece cómo será la organización de las aulas. Esta está incluida en la Ley por la que se regula la libertad educativa.

Los tablones de anuncios de los centros recogerán listados brutos por cada uno de los niveles objeto de la consulta y por cada elección (más valenciano o más castellano). Estarán anonimizados, pues sólo figurará el Número de Identificación del Alumno (NIA) y seguirán el orden de prelación establecido. Es decir, los primeros serán los que más puntos han sumado en los diferentes criterios de baremación. Si hay empate se recurre a la letra del apellido, como en la última admisión de alumnos.

Para saber si habrá una o dos lenguas base, es necesario conocer, previamente, cuántas aulas hay en cada nivel. Si no se sabe -suelen ser las mismas en 1,º 2º, 3º, etcétera- se puede preguntar en secretaría. Incluso se puede extraer del portal de la admisión de alumnos Adminova, exactamente del apartado de vacantes definitivas, buscando el centro y la etapa en cuestión.

El siguiente paso es sumar cuántos votos totales se han emitido para el nivel que interesa y en cada una de las opciones: lengua base castellano y lengua base valenciano, extrayendo los porcentajes sobre el total de participación. Ya sólo quedará ponerlos en relación con la citada tabla. En el caso de centros de una única línea educativa (un 1º, un 2º, un 3º, etcétera), se impone la mayoría. Si tiene dos o más, los porcentajes varían, pero para hacerse una idea, recurriendo a un modelo de organización bastante extendido, que es el de dos líneas (dos 1º, dos 2º, dos 3º, etcétera), con que una de las dos opciones alcance el 25% de los votos existirá doble programa lingüístico (un grupo con una lengua base y el otro con la otra). La tabla de la ley de libertad educativa recoge todas las configuraciones posibles, hasta diez o más unidades por nivel.

Una vez se sepa cuántas unidades hay en cada lengua, se puede inferir también si el niño queda adscrito a la opción elegida por la familia, pues los listados están ordenados. Siguiendo con el ejemplo anterior, si solo hay una lengua base no hay más misterio: ganará la mayoría. Y si hay dos, basta con fijarse en la posición que ocupa el estudiante y saber cuántas aulas hay en cada una, así como las plazas. Por regla general son 25 en Infantil y Primaria y 30 en la ESO, aunque pueden darse casos en que se haya autorizado alguna menos por cuestiones de espacio o porque existen alumnos con dictamen de escolarización. Para afinar, se puede recurrir de nuevo a Adminova, que recoge el total de plazas por nivel, que se puede dividir entre el número de unidades autorizadas para sacar la capacidad de cada una. O preguntar en secretaría.

Sirve un ejemplo para hacerse una idea. Hay tres grupos o clases en 3º de Primaria que suman 75 puestos, y salen dos en castellano y una en valenciano. La familia que ha votado por la primera sólo tiene que fijarse si su hijo está entre las posiciones 1 y 50. Si ha optado por la segunda, deberá estar entre la 1 y la 25.

Debido a que hay centros que no tienen autorizada la ratio máxima, puede haber incertidumbre entre familias que se sitúen en el límite, por no hablar de que los resultados son provisionales. De hecho, si los padres detectan algún error en los listados, tienen un mes de plazo para presentar un recurso de alzada, lo que puede implicar algún movimiento en las posiciones. Además, pueden haber reclamaciones por problemas con la votación. En cualquier caso, la asignación definitiva se conocerá antes de que empiece el periodo de admisión de alumnos.