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Farmacia de la calle Justo Vilar, con el cartel de que no hay mascarillas.

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Farmacia de la calle Justo Vilar, con el cartel de que no hay mascarillas. Damián Torres

Las farmacias valencianas siguen con el cartel de 'no hay mascarillas'

Los boticarios critican que el Gobierno no fije el precio del material de protección y denuncian que hay empresas que les ofertan unos importes desorbitados

Lola Soriano

Valencia

Martes, 14 de abril 2020, 20:17

Miles de valencianos han vuelto este martes a su trabajo en aquellos sectores no esenciales que pueden volver a producir. Parte de los que han acudido a su puesto en transporte público han recibido mascarillas de manos de la Policía en los accesos más relevantes del metro,Cercanías y estación de autobuses, pero no todo el mundo se mueve en transporte público, hay gente que sigue usando su coche particular. Además, el Gobierno ha dejado la responsabilidad a las empresas de abastecer a sus empleados de mascarillas y de material de protección en el caso de que no se puedan garantizar la distancias mínimas de distanciamiento social.

La situación es llamativa porque los farmacéuticos aseguran que se está empezando la casa por el tejado, ya que se ha producir la incorporación de sectores de la industria y la construcción, pero en las farmacias no hay mascarillas ni guantes para vender a los ciudadanos.

De hecho, en la mayoría de las farmacias se han visto obligados a colgar el cartel de «no hay mascarillas, ni gel desinfectante, ni guantes. Por favor, no entren a preguntar». Uno de los establecimientos que ha colgado el cartel es la farmacia José Martínez Bou Oe, en la calle Santos Justo y Pastor. Rosa Martínez detalla que «ya tuvimos que poner el cartel cuando se jugó el partido de fútbol contra el Atalanta. Empezaron a venir a la farmacia muchísimos italianos preguntando por mascarillas y gel desinfectante y puso los letreros de que no teníamos hasta en inglés».

Ahora han tenido que volver a colgar el letrero porque sigue sin haber acceso a los ciudadanos. Vicente Payá, con una farmacia en Justo Vilar del Cabanyal reconoce que «a lo largo del día son infinidad de personas las que nos preguntan si tenemos material de protección. Algunos ya lanzan la pregunta desde la puerta». Añade que la semana pasada recibió sólo cincuenta.

Listas de espera

El problema de abastecimiento se ha traducido en que en muchas farmacias ya tienen listas de espera para vender a sus clientes. Payá reconoce que «tenemos cuatro páginas apuntadas de cola, a unas cuarenta personas por página, vienen a ser unos 160 clientes a la espera de material». Y añade que darán dos mascarillas por pedido realizado, no más, para poder llegar a cuanta más gente mejor.

En la farmacia María José Andrés, en la calle José Benlliure, también tienen una destacada lista de espera. María José detalla que «hasta hace tres semanas sí tuve mascarillas porque con la gripe aviar ya me fui viendo que esto podía pasar y tenía». Ahora ha intentado hacer compra por internet con proveedores «y hace tiempo que hemos hecho pedidos y como no venían los anulamos. En algunos casos hemos recuperado el dinero, pero en Alemania hice uno de 200 euros y todavía no me lo han reintegrado». Ahora ha pedido en Barcelona «y espero que ahora que pasan los días festivos pueda venir algo. De hecho, doblé el pedido».

El jueves santo, antes del fin de semana festivo, Vicente Payá consiguió recoger un centenar de mascarillas que entregará ahora, «pero es que pedí 700 y sólo me han llegado 100. Al aeropuerto llegaba un avión, pero está pendiente de aduanas. Y añade que en la red de farmacias su hijo pidió 4.000 mascarillas y sólo ha recibido un millar. Por eso, se muestra esperanzado de que ahora tras el puente empiece a recepcionarse, pero explica que todos los pagos se hacen por adelantado y luego llegan partes de pedidos «y lo que no queremos es quedar mal con los clientes».

En la farmacia de Luis Salar, en la calle José Aguilar del barrio de Ayora, también son muchos los clientes que piden guantes y mascarillas «y nos solicitan material hasta por teléfono». Reconoce que a la espera las indicaciones que progresivamente dé el Gobierno sobre el uso de mascarillas, que por el momento sólo son recomendables por ejemplo cuando se usa el transporte público, Salar indica que «la cuestión es que si hubiera que usarlas, harían falta 47 millones de mascarillas al día porque se supone que son desechables y nos toca llevar la misma desde hace un mes porque no hay».

En la farmacia Tornero, en la avenida del Puerto, también tuvieron que volver a poner el cartel porque no quedaba material. «A ver si a partir de hoy se mueve la distribución. Las últimas que vendimos fue hace un mes y nos las ofrecieron a precios más caros», comenta Juan Tornero.

Ética

Una de las críticas que hacen los licenciados es que las empresas que distribuyen estos productos están especulando y, por eso, exigen que el Gobierno marque los precios. Luis Salar cuenta como anécdota que «una empresa me llegó a ofrecer mascarillas a 15 euros la unidad y les dije ladrones. Si hubiera aceptado, el ladrón sería yo y no se puede permitir». Detalla que «a algunos clientes que sé que tenían que ir a hospitales, les he regalado alguna para que no se contagien».

Precisamente la buena ética de los farmacéuticos es un valor que cabe destacar. Incluso algunos detallan que cuando recibieron ofertas «con precios desorbitados dimos aviso a la Policía» y se desarticularon almacenes que deberían de haber entregado al Estado el material para llevarlo a los hospitales.

«Hay mucha gente miserable que se está aprovechando y está ofertando hasta a 20 euros el producto. En crisis sale lo mejor y lo peor de la gente y hasta que no se venda a un precio honesto, no he querido. Ahora hemos pedido unas 2.000, veremos si llegan ahora o a finales de mes», explica José Vicente García, de farmacia Lizandra (en Serrería).

Vicente Payá, por ejemplo, lamenta que las farmacias hasta ahora se hayan tenido que buscar la vida. «Hay empresas que me habían sugerido subir el precio hasta tres veces y he tenido que dejar de trabajar con varios de ellos. No se entiende que el Gobierno no haga control de los precios de este material de protección ni suministre».

En la farmacia Morales, en José Benlliure con Mediterráneo, también tienen una lista de espera de tres páginas. «Yo hasta ahora como he visto que las distribuidoras estaban pidiendo precios desorbitados había decidido no comprar a precio de oro, prefiero guardar mi dignidad». La última ocasión que tuvieron mascarillas fue en febrero. Hace un mes y medio que hizo pedido, pero está a la espera de que esta semana. Además, ha huido de comprar parabanes protectores «por los que nos habían pedido 200 y hasta 500 euros. Compré un gran plástico que va del techo al suelo en una gran superficie de construcciones y me ha costado 35 euros», comenta Marta López de farmacia Morales, que abrió sus puertas en 1870 con su bisabuelo.

Lo que sí reclaman es que se generalicen los tests. «Queremos que la gente se pueda hacer la prueba y así se diagnostica antes y se toman medidas de protección», añade Payá.

Suministro a farmacias

Por su parte, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska anuncia que a final de esta semana no habrá «ningún problema de abastecimiento» de mascarillas para la protección de la población frente al coronavirus en las farmacias y en las tiendas abiertas al público.

El titular de Interior dijo que en las comunidades donde el lunes no era festivo ya había empezado el reparto de material, mientras que en ocho comunidades, entre ellas la Comunitat Valenciana, se hará martes y miércoles y en Ceuta y Melilla, por el transporte, se efectuará el reparto miércoles y jueves.

«El uso de mascarilla es una recomendación en el supuesto en el que las prioridades de actuación de conducta no se puedan mantener, principalmente la distancia social», indicó, para añadir que por ese motivo se reparten en los nodos de transporte.

A esto sumó que el Gobierno trabaja con fabricantes nacionales y con la importación de este material para que a finales de semana no existan problemas de abastecimiento. Además, ha incidido en que el Ejecutivo ha mantenido reuniones importantes con agentes sociales y empresas para «garantizar que los medios de protección necesarios y precisos sean una realidad« en los lugares que hoy vuelven al trabajo.

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