El fiasco de los bautizos civiles en la Comunitat: ayuntamientos con tres ceremonias en un año

odo comenzó hace 13 años. L'Alcora acogió el primer bautizo civil de la Comunitat en agosto de 2009. La demanda de una vecina fue la que hizo que el alcalde del municipio castellonense, Javier Peris, se decidiera a impulsar este acto. La propuesta surgió después de que esta vecina observara en televisión que la actriz y presentadora Cayetana Guillén Cuervo hacía lo propio con uno de sus hijos.

En el caso de la localidad castellonense el acto apenas fue más allá de la lectura de un texto basado en la Carta de los Derechos del Niño y un rápido acto protocolario.

Sin embargo, no se puede decir que, a raíz de este acto y en los años siguientes, haya habido una avalancha de peticiones en los ayuntamientos. Más bien al contrario. Muchos de ellos reconocen que ni lo han regulado al no existir una demanda ciudadana en este sentido.

Si se toman los datos de los últimos años facilitados por los ayuntamientos, las cifras son más bien escasas. A modo de ejemplo, en Alzira, una ciudad que supera los 45.000 habitantes, no se alcanza ni la decena total de este tipo de eventos. En 2015 hubo 1, en 2016 se realizaron 3, en 2018 hubo otro y, tras el paréntesis ocasionado por la pandemia, en 2022 otros 2.

En l'Alcúdia también se realizan aunque en los últimos años sólo se han celebrado dos. Están regulados por un reglamento de 2010 que también incluye las despedidas civiles. En este pueblo la familia decide si quiere celebrarlo en el Consistorio o en otro lugar municipal. Normalmente eligen el Hort de Manus, un edificio más bonito. No tiene ningún coste y está oficiado por el alcalde o por el concejal si deciden delegarlo. El Ayuntamiento de l'Alcúdia entrega un grabado del artista local Manuel Boix con una inscripción y la fecha de recuerdo.

En el caso de la ciudad de Sagunto, fuentes municipales han confirmado que no se ha celebrado ninguno «ni nadie lo ha solicitado». En el Camp de Túria, en concreto en Riba-roja, en 2016 se aprobó el reglamento para la celebración de bautizos y funerales civiles.

Un municipio cercano, Llíria, gobernado actualmente por Compromís, reconoce que ni lo hacen ni lo tienen regulado para poder llevarlo a cabo.

Ya en l'Horta, la ciudad de Paterna hizo su primer bautizo civil en enero de 2018, algo improvisado, sin tener ordenanza, con un discurso del alcalde y al gusto de las familias. Desde entonces han hecho 9 más, con la pandemia por medio.

Otras grandes ciudades cercanas a Valencia, como Torrent, no se lo han planteado por falta de demanda. En Mislata afirman que no pueden facilitar una cifra exacta de estas celebraciones, pero señalan que han tenido lugar «muy pocos».

En el caso de Mislata aprobó el reglamento de ceremonias civiles en 2013, que incluye bodas, bautizos y funerales. En este caso la ceremonia se oficia en el cementerio o el tanatorio, a cargo del alcalde o concejal en quien delegue.

La ceremonia del bautizo «es la exteriorización pública de la bienvenida a la comunidad de un nuevo vecino de Mislata, con plenitud de derechos y con las correlativas obligaciones con la comunidad». El Ayuntamiento, en acto público, a petición de los padres o tutores legales, y en representación de los vecinos y vecinas, da la bienvenida y acoge en la comunidad al recién nacido «para otorgarse este carácter y reconocer su derecho de disfrutar de los derechos reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos de los Niños y en la Declaración Universal de Derechos Humanos». El acto lo preside el alcalde o el concejal en quien delegue. Los requisitos exigen que los niños estén empadronados en el municipio o alguno de los padres y durante sus primeros doce meses de vida. Incluye también el pago de una tasa.

La Font de la Figuera, en la Costera, tiene desde 2013 una ordenanza que regula los bautizos civiles, aunque allí se denomina Benvinguda Ciutadana. Normativa que también contempla las bodas civiles; el acto de Ciudadano de Pleno Derecho, para los jóvenes que cumplen 18 años, y las despedidas para las personas que fallecen.

En todo este año no se ha celebrado ningún acto individual de bienvenida. Si bien es cierto, como explica el alcalde, Vicent Muñoz, el Ayuntamiento organiza un acto colectivo el último día del año para todos los niños nacidos durante el mismo. «Ha habido familias que han preguntado, pero que luego han optado por participar en el acto colectivo y no hacerlo de manera individual», indica.

Un acto que, dependiendo del tiempo y las circunstancias, se celebra en algún edificio municipal como el Ayuntamiento o en un recinto abierto. En el mismo, el alcalde da la bienvenida a la sociedad. Posteriormente, si algún padre quiere intervenir puede hacerlo. El acto finaliza con la entrega de un diploma y también se le obsequia a cada uno con una manta con el escudo del municipio, «como símbolo de que el pueblo arropa al crío», así como algún detalle más.

En otros municipios no existe protocolo ni ordenanza de bautizos civiles como tal, pero sí el acto colectivo de bienvenida, como es l'Alcúdia de Crespins. Aquí se llama acto de «Benvinguda a la Vida', donde es presentado cada uno de los niños que acaban de nacer.