Las sombras de la FP valenciana

La Formación Profesional sigue siendo la hermana pequeña de la Educación pese a su enorme potencial. Su tasa de ocupación a nivel nacional alcanza el 74%, diez puntos más que la de los estudios de Bachillerato. El dato debería bastar para dotar a esta etapa de la atención suficiente para convertirla en el cordón sanitario que ayude a frenar el paro juvenil, y sin embargo, de manera cíclica se abre el debate sobre la distancia entre el tejido productivo y el perfil de alumnado que forma el sistema educativo. Síntoma de que queda mucho trabajo por hacer.

Madrid acogió la semana pasada la jornada '+Futuro+Progreso=+FP', con presencia del presidente del Gobierno y de dos ministras, Magdalena Valerio e Isabel Celaá, donde se lanzaron algunas propuestas que contribuyan a prestigiar los estudios: más cercanía con las necesidades de las empresas, menos burocracia (hasta cuatro años se tarda en implantar un título) y, de manera paralela, una nueva regulación para relanzar la FP dual, llamada desde hace años a ser la panacea, la versión 'estrella' en términos de empleabilidad a imagen y semejanza de Alemania.

La realidad es que desde su regulación en 2012 sólo el 2,5% del alumnado español de FP está en grupos de dual, una tasa que en la Comunitat se sitúa en parámetros muy similares según los datos incluidos en el informe presentado en la comisión de seguimiento del modelo conocido hace un año. Las cifras aportadas en los últimos congresos y encuentros celebrados para poner en valor su importancia son parecidas.

No es la única sombra que rodea al modelo. La más grave es el «efecto desincentivador» para los centros. Por un lado por los problemas en el procedimiento de pago de las nóminas en el caso de los concertados. Y por el otro, por la dificultad que implica su implantación teniendo en cuenta que en base a la regulación autonómica son los centros los que asumen de manera activa la búsqueda de empresas para su implantación, lo que se suma al resto de obligaciones ordinarias derivadas de la gestión de una escuela.

Cabe recordar que la FP dual presenta una serie de peculiaridades respecto a la ordinaria. El tiempo formativo en la empresa ha de ser mayor, entre un 33% y un 50%, incluyendo sesiones lectivas en el centro de trabajo, para lo que se precisa de docentes coordinadores e instructores en las entidades de destino. Sin olvidar que se debe incentivar la retribución de los alumnos, bien sea mediante becas o con contratos de aprendizaje. El fomento de estos últimos es uno de los objetivos de la reforma del Gobierno.

En cuanto a los impagos, desde la patronal concertada Feceval explicaron que se adeudan cuantías en concepto de nóminas desde el curso 2014-2015 que vinculan con los problemas de implantación derivados de la normativa autonómica, que data de 2013. Durante ese ejercicio se empezaron a incluir en el módulo del concierto, un procedimiento que se topó con los reparos de la Intervención, lo que ha derivado en la generación de una deuda histórica que llega hasta hoy.

En relación al curso pasado (2017-2018) la conselleria tiene en marcha el procedimiento para que los centros soliciten los abonos tras la correspondiente justificación con cargo al presupuesto de 2018. Sin embargo, la deuda de los ejercicios 2014-2015, 2015-2016 y 2016-2017 sigue en el aire, llegando en algunos casos a 40.000 euros para una sola escuela. La promesa de Educación pasa por asumirla en las cuentas de 2019. «Los centros han llegado a recurrir a créditos para poder mantener los grupos, con unas cargas financieras (los intereses) que no contribuyen precisamente a facilitar su mantenimiento», lamentan desde la patronal valenciana.

La opción de la retribución, como elemento incentivador para el estudiante que se forma en la modalida dual, tampoco ha despegado. En el informe de la comisión de seguimiento, facilitado por UGT PV, quedaba acreditado que menos de la mitad tenía contrato o beca. En la actualidad la conselleria está elaborando, a través de una empresa externa, una auditoría sobre la implantación de la FP dual para potenciar (o reformular) el modelo. Eso sí, no estará listo hasta finales de 2019. Mientras tanto, la versión 'estrella' corre el riesgo de dejar de iluminar.