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Mesa redonda incluida en el II Foro de Educación José María Salaverri. Iván Arlandis
«Un niño atado a una pantalla pierde la capacidad de asombrarse»

«Un niño atado a una pantalla pierde la capacidad de asombrarse»

El filósofo Francesc Torralba destaca aspectos como la ética y la introspección para conseguir una formación integral de los alumnos

Joaquín Batista

Valencia

Lunes, 12 de junio 2023, 17:55

El II Foro José María Salaverri tenía como objetivo hablar de educación, pero yendo más allá de los debates habituales para centrarse en las implicaciones más profundas del noble arte de educar, que trasciende la escuela, implica irremediablemente a la familia, tiene un importante (y poco desarrollado) componente espiritual y puede verse amenazado por el contexto, ya sea el materialismo imperante, la exigencia de inmediatez o el «papanatismo tecnológico», en palabras del profesor Francesc Torralba, catedrático de Ética por la Universitat Ramon Llull que protagonizó el acto central de una jornada organizada por el colegio Nuestra Señora del Pilar y LAS PROVINCIAS.

Torralba, filósofo y teólogo prolífico, centró su intervención en el desarrollo espiritual, reconocido en la convención internacional sobre los derechos del niño de las Naciones Unidas. Y tan importante como las otras dimensiones, más clásicas, del ser humano: la corporal y física, la psíquica -el dominar las emociones para «no ser gobernado por ellas»- y la social e interpersonal, porque un humano es un ser «hecho para crear comunidades».

Torralba señaló que muchos idearios educativos se centran en esta visión tridimensional, destacando que para conseguir que la formación integral de la persona sea real es fundamental la dimensión espiritual, que diferenció del hecho religioso o confesional. A su juicio, hay varias vías que permiten detectar que ha sido cultivada. O lo que es lo mismo, dio claves para hacerlo.

«Las expectativas que se generan en los alumnos a veces no les conducen a encontrarse a sí mismos»

Javier Cortés

Educador

Habló de la «capacidad de admiración o asombro», pues todo ser humano «ha de poder hacerlo ante la belleza de un cuadro, un atardecer o un cielo estrellado». «Si convertimos al niño en un receptáculo de estímulos, atado a una pantalla o saturado de actividades, esa capacidad desaparece porque no tiene tiempo de maravillarse, algo que activa la interrogación». En relación a ello habló de «preguntas sobre el sentido de la vida, del amor o de la muerte», otra clave de la espiritualidad, y también se refirió «a la necesidad de crear un proyecto de vida: qué hacer, qué orientación dar, pararse, evaluar, tomar autoconciencia y no actuar de manera gregaria». Otro signo pasa por «la experiencia ética, del límite y el deber», así como la referida a «la transgresión, la culpa y qué hacer para sanar la herida», manifestándose «el perdón y el arrepentimiento».

«En el momento en que cambias la tablet por una actividad mejor el niño la prefiere»

Carmen Revillo

Madre y periodista

La segunda parte del foro fue una mesa redonda con perfiles que representaban a actores clave en la educación: Carmen Revillo, madre, Javier Cortés, educador, y Jesús Gómez, joven licenciado en Ciencias Políticas y experto scout. Se tocaron temas como qué puede hacer la escuela para cultivar la dimensión espiritual, con la intervención de Cortés planteando una reflexión sobre «las expectativas que se generan en los alumnos, que a veces no les conducen a hallarse a sí mismos, teniendo que cambiar de carrera porque no han encontrado su lugar». Y también se habló de la influencia de la tecnología a raíz de la alusión de Torralba. «No hay que levantar muros, se deben ver como una oportunidad, y la labor educativa tiene que ayudar a saber fijar límites y controlar su influencia», dijo Gómez. Por su parte Revillo añadió que pese a su importancia «en el momento en que cambias la tablet por una actividad mejor el niño prefiere la segunda».

«No hay que levantar muros ante la tecnología, la labor educativa tiene que ayudar a fijar límites y a controlar su influencia»

Jesús Gómez

Alumno

 

«Se ha confundido el progreso con el papanatismo tecnológico, con pensar que cuantos más ordenadores en el aula mejor», terció Torralba, que alertó de que el exceso de tecnología «hace muy difícil la concentración y activa la dispersión», si bien no quiso pecar de anacrónico, apostando por «gobernar este fenómeno para ser señor de la tecnología y no esclavo».

Durante el foro, celebrado en la Fundación Bancaja, el artista Luis Lonjedo se encargó de crear un cuadro que se basó en una frase de Torralba. La composición fue algo tan sencillo y tan profundo como un niño asombrándose del dibujo de una paloma.

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