El colegio público de educación especial Virgen de la Esperanza de Cheste, en el que cursan sus estudios 202 niños con diferentes grados de discapacidad volverán esta semana a sus clases sin la enfermera que, diariamente, se ocupaba de su cuidado. La profesional médica estará de baja durante un tiempo indefinido y desde la conselleria de Sanidad se ha ordenado que el servicio lo preste el centro de salud de Cheste, que se encuentra a cinco kilómetros de distancia -el colegio está ubicado detrás de la Universidad Laboral y del circuito Ricardo Tormo-.
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En el Virgen de la Esperanza hay niños discapacitados en diferente grado. Algunos son independientes y otros necesitan de mayores cuidados. Además, muchos tienen un tratamiento médico pautado que reciben diariamente y que hasta el momento les suministraba la enfermera del centro, que también atendía las urgencias como podía ser un ataque epiléptico o la aspiración de mucosidades a aquellos alumnos con más problemas.
A partir de la semana que viene, no habrá nadie en el centro a tiempo completo para atender ni las pautas ya marcadas ni las urgencias. En el Virgen de la Esperanza de Cheste hubo un tiempo en el que había un médico y una enfermera para garantizar la atención de los alumnos.
En el centro de salud, que está ubicado a una distancia en coche de casi diez minutos, hay cinco enfermeros por la mañana -en la mayoría de las jornadas son cuatro por asuntos de libranzas- y tiene una carga de trabajo que hace complicado el desplazamiento al centro. Además, los cinco kilómetros que hay que recorrer pueden ser vitales en el caso de una urgencia.
El horario escolar es de nueve de la mañana a cinco de la tarde. El momento crítico se daría entre las tres y las cinco de la tarde, cuando sólo hay un enfermero en el centro de salud de Cheste. Si el profesional sanitario se desplaza al colegio, el municipio se queda desatendido en el caso de una urgencia. Si el caso es al revés, se puede dar la situación de que el enfermero no se pueda trasladar al Virgen de la Esperanza para atender a algún niño con problemas.
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La situación es grave y desde las áreas de Sanidad y Educación no se da una solución para uno de los colegios de educación especial más grandes de la Comunitat y que en peor estado se encuentra. El argumento para no cubrir la baja está la polémica resolución del 13 de junio de 2018 por la que cada colegio tiene que adscribirse al centro de salud más próximo para que se garantice la atención sanitaria específica y necesaria.
El documento recoge todas las pautas a seguir y la posibilidad de que el personal docente de los colegios administren los tratamientos necesarios a los alumnos. Algo que tiene diferentes grados de intensidad en función de si es un centro normal o uno de educación especial. En estos últimos hay funciones sanitarias, como dar un jarabe o una pastilla, que se pueden realizar pero hay otros cometidos médicos más especializados para los que los docentes no están preparados. El que un profesor pueda dar un medicamento a un alumno debe contar siempre con la autorización familiar. La resolución de Sanidad y Educación persigue que el personal de los centros educativos ejerzan también funciones propias de un sanitario. Una decisión polémica que puede agravar las urgencias médicas en un centro como el Virgen de la Esperanza de Cheste, que se va a quedar sin enfermera.
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