M. GUADALAJARA
Valencia.
Jueves, 20 de mayo 2021, 00:20
A sus 70 años, Jaime Serra le empieza a preocupar el legado de la organización que preside, el Banco de Alimentos. La pandemia ha marcado un antes y un después para él, que relata como ha visto multiplicarse la necesidad. Su compromiso le ha llevado a buscar nuevas formas para atender a las familias y ahora le empuja a comprar un local para evitar gastos de alquiler y garantizar la supervivencia de la entidad. Hoy aprovecha la visita de la Reina Sofía a la organización para pedir apoyo.
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-¿Ha pasado hambre el presidente del Banco de Alimentos?
-Con cinco años me quedé sin padre y entré en un orfanato, eso me marcó, fue muy duro; recuerdo una vez que a un chaval le cayó la mortadela, y aunque la habían pisado, me agaché y me la comí.
-¿Cómo llegó ese niño a presidir esta organización?
-Me puse a trabajar como albañil y de ahí pude montar mis empresas de construcción. Siempre colaboré con organizaciones, pero un día vi en la televisión que se hablaba del Banco de Alimentos en Madrid y fui a preguntar. Me ofrecieron fundarlo en Valencia, se me concedió ese honor hace 25 años y seguimos aquí por mi compromiso con las familias.
-¿Cómo empezaron los repartos a pie de calle?
-La Federación de Bancos de Alimentos no lo permite, sólo repartos a entidades. Un día vino una señora con dos niños a pedirnos comida, le dije que no la podía atender y empezó a llorar; en ese momento un compañero entraba con una carga de fruta, se le caen unas peras y el niño se fue directo a coger las peras del suelo, le dio una a su hermana. En ese momento me acuerdo del orfanato y de la mortadela, le hice el primer reparto a ella y después creamos el Banco de los Pobres, que está ligado al de Alimentos, para poder hacer los repartos a pie de calle.
-¿Qué ha supuesto la pandemia para vuestro trabajo?
-Un antes y un después, se ha multiplicado y tenemos que seguir trabajando al lado de estas familias, mucha gente no saldría adelante sin nuestra ayuda. Eso sí, la solidaridad del pueblo y las empresas valencianas ha sido increíble, no tenemos ninguna subvención pública pero podemos seguir repartiendo hasta septiembre sin problema, pero me preocupa lo que pasé cuando yo no esté.
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-¿Por qué?
-Cuando nos cerraron la sede en Valencia, el gobierno de Ribó, tuvimos que volver a la Pobla de Vallbona, estamos gastando mucho en el alquiler de las naves y querría comprar un local para que esto perdure, por eso necesito hacer un llamamiento a la solidaridad de Valencia.
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