En Castilla-La Mancha el regadío se encuentra en plena expansión. En la última década, según la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos ( ... Esyrce). la superficie destinada a este tipo de cultivos ha crecido un 17,6% en esta autonomía frente a un incremento de apenas el 0,2% en la Comunitat.
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Esta expansión cuenta, además, con el respaldo del Gobierno español que acaba de aprobar una inversión de 61,3 millones de euros para terminar el proceso de sustitución de bombeos en La Mancha Oriental. Mientras, las obras para modernizar los regadíos del Júcar siguen a la espera pese a que tendrían que haber estado finalizadas en 2009.
El Boletín Oficial de la Provincia de Albacete publica con fecha 2 de julio de 2021 tres anuncios de información pública para la licitación de obras a cargo de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, que permitirán finalizar la sustitución de estos riegos por bombeo.
Con esta nueva infraestructura los regantes manchegos dejarán de extraer agua del acuífero de La Mancha Oriental a través de pozos, lo que implica un mayor coste medioambiental, y pasarán a tomarla directamente del Júcar desde el embalse de Alarcón.
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La actuación más importante es la sustitución de los bombeos en la zona regable del tramo medio del Júcar (Barrax-Albacete) con un presupuesto de licitación de 43,7 millones para una superficie de riego de 6.547 hectáreas.
La segunda obra se refiere a una actuación en la zona regable del Canal de Fuensanta en La Roda. Se han proyectado construir nueve tomas en el Acueducto Tajo-Segura en cuatro sectores diferentes (La Grajuela. La Roda, Barrax y Albacete) sobre una superficie regable de 1.644 hectáreas y con un presupuesto de licitación de 14,2 millones de euros, según aparece recogido en el Boletín Provincial.
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La tercera actuación se centra en la adecuación de las tomas en el tercer tramo del Acueducto del Tajo-Segura. El proyecto contempla la construcción de nueve derivaciones ubicadas en cuatro sectores diferentes pertenecientes a las zonas regables del Canal de Picazo con un presupuesto de 3,4 millones de euros.
Esta intervención incluye también la ejecución de cuatro nuevos vertederos para asegurar un calado mínimo en las captaciones del acueducto.
Las actuaciones tienen una justificación medioambiental ya que la extracción de agua mediante los pozos utiliza mucha más cantidad de energía que la toma de aguas superficiales del río Júcar a partir del embalse de Alarcón. El problema es que mientras se priman estas actuaciones, la modernización de los regadíos en la Ribera parecen haber caído en el olvido.
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Las obras en Castilla-La Mancha serán sufragadas con parte de los fondos concedidos por la Unión Europea para aliviar las consecuencias de la pandemia. Además, permitirán la toma de 80 hectómetros cúbicos de agua del Júcar al año.
Las actuaciones para la modernización de los regadíos en los cultivos de los usuarios de la Acequia Real del Júcar tendrían que haber concluido en 2009. Así estaba recogido en el convenio de Alarcón que en 2001 firmaron regantes, Gobierno central y Generalitat Valenciana.
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En este documento las administraciones se comprometieron a finalizar la modernización de los regadíos en 2009. Casi quince años después únicamente se ha ejecutado la mitad de las actuaciones previstas y todavía faltan por invertir cerca de cien millones de euros.
Actualmente continúan pendientes 24 sectores de los que únicamente se han licitado dos con cargo a los fondos de la Unión Europea con un presupuesto que ronda los once millones de euros.
Estas obras fueron declaradas prioritarias en el Plan del Júcar de 1998. Su finalización estaba prevista en 2003. Con la firma del convenio de Alarcón se pospusieron hasta 2009.
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En un primer momento el coste de la actuación fue asumido por la Generalitat Valenciana aunque con los años han participado en su financiación diferentes administraciones.
La modernización de los regadíos del Júcar en la provincia de Valencia se ha convertido en una obra fundamental para garantizar la sostenibilidad de los cultivos en un escenario de cambio climático.
Los recursos hídricos son cada vez más escasos en la cuenca del Júcar y los regantes quieren estar preparados para hacer frente a nuevas situaciones de sequía.
Las actuaciones, por un aparte, permiten un importante ahorro de agua en un sistema tan deficitario como es el Júcar. También se consigue un incremento de las reservas con las que hacer frente a los periodos de escasez.
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Otra de las ventajas es que también se consigue disminuir las aportaciones de fertilizantes a los cultivos. En este sentido, es especialmente importante la reducción en los aportes de nitrógeno en una zona especialmente vulnerable a la contaminación de las aguas subterráneas. En total se conseguirá ahorrar un 40% una vez que concluyan las obras.
Las obras de modernización también permitirán reducir la aplicación de herbicidas ya que las malas hierbas sólo crecen en las zonas mojadas.
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