El Gobierno recurre a agua que se queda en los campos o va al mar para defender que cumple con las aportaciones a la Albufera

En los últimos días se ha producido un choque entre Gobierno y Consell a cuenta de las aportaciones al lago que recoge el Plan Hidrológico del Júcar, que tiene rango de real decreto legislativo. Básicamente señala que para garantizar su sostenibilidad, la inundación invernal (perellonà) y un flujo base en época previa al cultivo deben llegar, entre el 15 de octubre y el 15 de mayo, 34,51 hectómetros cúbicos de agua: 14,51 a través de la Acequia Real del Júcar (los regantes han cumplido), diez del sistema Júcar y otros tantos del Turia, gestionados por la Confederación. En los próximos años el caudal se elevará hasta 60 hectómetros cúbicos, a medida que se materialice la modernización de los regadíos tradicionales del Júcar.

La Conselleria de Medio Ambiente ha denunciado que en este año hidrológico sólo han llegado dos (del Turia) de los que debe aportar el Gobierno, mientras que el Ministerio de Transición Ecológica alega que han sido más de 50, duplicando las previsiones (los 20 que, a través de la confederación, debe aportar conforme al plan de cuenca).

La administración central defiende que 25 han procedido de aguas fluyentes del Júcar a través de la comunidad de regantes de Sueca, junto a 8 de aguas regeneradas, y 17,5 del Turia: 14 hectómetros cúbicos de excedentes y aguas regeneradas a través de la acequia de Favara y otros 3,5 hm³ como aportación extraordinaria correspondiente a la declaración de sequía desde la depuradora de Pinedo.

«Estos datos tergiversan la realidad», dice el informe municipal, en el sentido de que o no hay constancia de parte de la aportación (y debería, pues se precisa de una autorización expresa) o la que ha llegado ha tenido usos diferentes, en el ámbito del parque, y no han servido para cubrir las necesidades ambientales de la Albufera, que es lo que marca el real decreto.

El documento, al que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS, defiende que los 25 y los 8 hectómetros cúbicos citados, para la comunidad de regantes, «no alcanzan el lago, sino que son drenados a través de las acequias de los arrozales hasta las golas del Perelló y el Rei, y de ahí al mar».

En cuanto a los 17,5 hectómetros cúbicos procedentes del sistema Turia, «de los 14 de excedentes y aguas regeneradas a través de la acequia de Favara apenas han alcanzado la Albufera poco más de dos, según los datos disponibles». Y en relación a los 3,5 de la planta de Pinedo, están destinados «a la inundación invernal de los ámbitos de las acequias de Favara y del Oro y su posterior fangueo y evaporación en los campos». Por tanto, tampoco acaban nutriendo la lámina de agua. «No puede contabilizarse como aportación ambiental», se sostiene.

El informe hace hincapié en el volumen de agua sobre el que no se tiene constancia de su derivación: los incluidos en los 14 hectómetros cúbicos de excedentes y aguas regeneradas a través de la acequia de Favara. «De existir realmente, sería importante conocer las fechas de esos aportes y por las vías que se han realizado, teniendo en cuenta que los envíos de aguas regeneradas al lago de la Albufera tienen una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) negativa de la conselleria por su impacto sobre el sistema, y se requeriría de una autorización formal y excepcional».