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Tienda de regalos. Laura Casanova, comerciante de Chiva, ha destinado la ayuda de Alcem-se a comprar nuevamente la maquinaria. JESÚS SIGNES
«Gracias a las ayudas de Juan Roig hemos reabierto»
DANA en Valencia

«Gracias a las ayudas de Juan Roig hemos reabierto»

Vecinos de la zona cero destacan la aportación de Alcem-se para retomar la actividad comercial frente a la lentitud de subvenciones y peritajes

Viernes, 6 de diciembre 2024, 00:42

Después de la devastadora DANA, los niños de Chiva se encontraron, entre otras cosas, con la persiana bajada de 'Mi Kiosco'. Ese lugar donde cada tarde endulzaban su paladar a base de golosinas. Pero los pequeños no se iban a quedar de brazos cruzados. Ni mucho menos. «Me he planteado dejarlo porque había invertido todo lo que tenía de ahorros. Lo inauguramos en mayo. He decidido seguir por los críos. Como saben dónde vivo, venían a la puerta de mi casa y me decían: '¡María, tienes que abrir!'. Hay dos que han venido todas las tardes a la tienda para ayudar a limpiar», relata la propietaria del negocio. Pero al margen de la motivación sentimental, necesitaba algo más, ya que sus pérdidas oscilan entre los 25.000 y los 30.000 euros. «Sólo he recibido la ayuda de Juan Roig. Y gracias a él, he podido abrir el quiosco. Las otras ayudas las estamos esperando. Y el seguro, lo mismo. Seguimos sin tener noticias«, lamentan María Villa y su marido, Jorge Ramos. En absoluto se trata de un caso aislado.

Con la expresión «la ayuda de Juan Roig», María y numerosos vecinos de Chiva y del resto de la zona cero se refieren a la plataforma Alcem-se, la iniciativa puesta en marcha a través de Marina de Empresas. La inmensa mayoría expresan su indignación por la tardanza de las subvenciones públicas y del peritaje por parte del Consorcio de Seguros.

Quiosco. María Villa celebró la reapertura del negocio el miércoles. JESÚS SIGNES

Alcem-se está entregando ayudas económicas a fondo perdido a pequeñas empresas, de entre uno y 15 trabajadores, que se han visto dañadas por la riada. El programa, dotado con 25 millones de euros, ya ha consumido prácticamente toda esta partida ingresándola en las cuentas de comerciantes damnificados en los diferentes municipios valencianos. La plataforma se lanzó el 12 de noviembre y el plazo de solicitudes se cerró el 25 del mismo mes con un total de 6.634 solicitudes. Los responsables ya han tramitado gran parte de los formularios. Marina de Empresas, compuesta por EDEM, Lanzadera y Angels, encomendó a más de cien trabajadores la misión de gestionar las ayudas, que pueden ascender a 10.000 euros. En la mayoría de los casos, se sitúan en 8.000.

Peluquería. Arancha Tárrega volvió a levantar la persiana el lunes. JESÚS SIGNES

«Gracias a Alcem-se hemos podido terminar. Hemos recibido ayudas de nuestros padres y lo que teníamos ahorrado, pero sin eso no habríamos podido abrir. De la zona somos el primer comercio. Llevamos desde el lunes», cuenta Arancha Tárrega, quien regenta una peluquería junto a Silvia Casinos. En uno de los pilares, cuelga una pizarra con un mensaje: «Felices de volver a veros». Es la calurosa frase con la que reciben a los clientes que cruzan la puerta tras un funesto mes.

El proceso de Alcem-se se está diferenciando de las prestaciones públicas merced a su diligencia. El sistema, que busca favorecer la reapertura de negocios con la mayor celeridad posible y reactivar la economía valenciana, consta de cinco fases: solicitud a través de un formulario online como único canal; triaje para analizar cada caso; tramitación de documentos, facturas, fotografías, presupuestos y compromisos; resolución; y posterior comunicación para confirmar la reanudación de la actividad comercial.

«La primera ayuda que recibimos fue de Alcem-se. Llegó a las dos semanas de la catástrofe. Fue súper rápido. Estuvo muy bien organizado. Estuvimos un par de días con la documentación y el dinero lo tenía ingresado al día siguiente de la confirmación», comenta la joven Laura Casanova, quien tomó el relevo de sus padres como propietaria de una tienda de regalos, enmarcación y ropa laboral y de grupos: «Esta ayuda me ha permitido empezar a comprar lo básico de maquinaria otra vez. Y voy a comprar todas las estanterías. Desde luego, quiero otra distribución de la tienda, con menos cosas para no tener tanta pérdida si vuelve a pasar. Estamos pegados al barranco». Junto a la plaza de la Iglesia, se trata de la zona comercial de Chiva más azotada por la DANA. Da por perdida la campaña de Navidad y Reyes, aunque prevé retomar el funcionamiento en enero.

Cafetería. Santiago Alarcón, en la barra de su arrasado local. JESÚS SIGNES

Santiago Alarcón regenta la cafetería que alumbró su padre hace casi 41 años. Un local que parecía un museo dedicado al torero Enrique Ponce, una leyenda de Chiva: «Se han salvado dos cabezas de toro y dos fotografías porque estaban a una altura considerable. Y tenemos un traje que se quedó hecho cisco, es el traje de cuando salió a hombros la primera vez en México. Vamos a tratar de recuperarlo. Ya hemos recuperado la vitrina donde estaba».

El dueño de la cafetería Alarcón se muestra asombrado por haber recibido la inyección de Marina de Empresas «en menos de 24 horas». Está empleando los 8.000 euros en «ir pagando albañiles, carpintero, cristalero…». Ha tomado aire: «Sirve para arrancar. Ya no es en sí la cantidad de dinero, sino el empuje y el ánimo que te da el hecho de ver que alguien te respalda. La única condición que te ponían era que fueras a reabrir y justificarlo».

Clínica. Lourdes Vallés ya ha reformado dos gabinetes. JESÚS SIGNES

Planea dar ese paso después de Reyes. Como Lourdes Vallés, gerente junto a su hermana de Chiva Clinic: «Calculamos 150.000 euros de daños entre maquinaria y reforma. Aún no ha venido el perito. Está todo pedido y aquí no ha venido nadie». El miércoles recibió la subvención de 5.000 euros del Gobierno central dirigida a autónomos. Sin embargo, se muestra agradecida especialmente a la iniciativa privada, ya que su nuevo mobiliario procede de donaciones. «Y la ayuda de Alcem-se fue un antes y un después. Dijimos: 'Vale la pena, con ese dinero reformo dos gabinetes y empiezo'. Lo demás, ya vendrá».

Muy cerca, el estanco dirigido por Amparo Forner. Un negocio que va por su tercera generación: «De tanto que dicen que nos van a dar, yo de momento sólo he recibido la ayuda de Juan Roig. Eso va a ir destinado a los muebles. Estamos empezando desde cero. Y me da miedo arreglármelo y que vuelva a pasar. Me da miedo volver a la normalidad», lamenta.

Estanco. Amparo Forner, quien ha recuperado una mínima actividad, charla con un cliente. JESÚS SIGNES

Este no ha sido el único compromiso de Juan Roig. Y es que Mercadona ha realizado una donación de 40 millones para ayudar a todos sus trabajadores afectados por la DANA. El supermercado, además, ha destinado un millón a la reconstrucción de comedores sociales y ha donado más de 300 toneladas en alimentos y equipamiento. Por otro lado, la compañía ha anunciado la inversión de dos millones en la recuperación del entorno de sus tiendas y de su bloque logístico de Riba-roja de Túria.

Sin olvidar que EDEM, con un fondo de unos 300.000 euros, ha concedido una beca completa para lo que resta de curso a sus alumnos de grado y de máster afectados. Y la Fundación Hortensia Herrero ha donado cuatro millones para colaborar en la recuperación de parte del sector cultural, educativo y con fuertes raíces en el territorio. Como resultado, el colegio La Inmaculada de Paiporta retomó su actividad ayer.

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