Joan Subirats: «La gratuidad de los estudios universitarios es un horizonte deseable»
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La reforma de la educación superior es la gran tarea a abordar por el nuevo ministro, que reconoce que precisa de mayor financiaciónministro de universidades ·
La reforma de la educación superior es la gran tarea a abordar por el nuevo ministro, que reconoce que precisa de mayor financiaciónJoan Subirats (Barcelona, 1951) asumió la cartera de Universidades el 20 de diciembre en sustitución de Manuel Castells. Sobre la mesa se encontró la gran reforma de la legislatura en materia de educación superior, el proyecto de Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), y ... aunque respetará el trabajo avanzado quiere darle un toque personal. Reconoce que con la actual financiación será complejo conseguir todos sus objetivos, le gusta la idea de la gratuidad de los estudios, alineándose con diferentes colectivos estudiantiles, y ve necesario fomentar las destrezas pedagógicas del profesorado universitario. Es la filosofía de las pruebas específicas para los grados de Magisterio anunciadas por Educación, aunque de momento no llega tan lejos y evitar hablar de filtros previos.
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-¿En qué situación se encuentra la LOSU?
-Cuando llegué dije que seguiría la pauta marcada, pero al mismo tiempo también quiero hacer mía esta ley, darme el tiempo necesario para repensar algunos aspectos a incorporar. La intención es que el anteproyecto pueda entrar en el Congreso en este periodo de sesiones, es decir, antes de verano debe estar lista.
-¿En qué aspectos piensa?
-Hay novedades muy recientes, por ejemplo la Estrategia Europea de Universidades, cuyos documentos hemos recibido hace apenas tres semanas. Se habla de la incorporación del carnet del estudiante europeo, de reforzar las redes, de títulos europeos… La escala europea va a estar cada vez más presente. Además, hablamos de un sistema complejo, con 17 comunidades que representan más del 75% de la financiación y que tienen competencias, y está la autonomía de las universidades. La ley debe plantear un plan de futuro incorporando elementos innovadores, como reforzar el papel de la docencia o la participación de los estudiantes, la idea de ciencia abierta y ciencia ciudadana o potenciar el papel de las universidades en la formación a lo largo de la vida, que es un objetivo clave de la UE. Estos elementos deben estar presentes para poner las bases de futuro sin convertirla en una ley muy intrusiva y reglamentaria.
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-Los rectores insisten mucho en que algunas medidas son difíciles de aplicar sin más financiación, como la reducción de la temporalidad del PDI. ¿Qué puede hacer el ministerio para cubrir esta reivindicación?
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-La Lomloe (ya vigente, conocida popularmente como ley Celaá) habla de dedicar un 5% del PIB a la educación. En esa lógica todo el mundo está de acuerdo, y la UE también está insistiendo en que deberíamos llegar como mínimo al 1% dedicado a la universidad. Ahora estamos por debajo. La capacidad del Estado para financiar directamente a las universidades no está prevista, sino una transferencia general a las comunidades, y son estas las que deciden qué parte dedican a las universidades. Lo que ha hecho el ministerio en los últimos tiempos ha sido destinar recursos para responder al Covid-19, se ha hecho un plan de digitalización o de retención de talento con las ayudas Margarita Salas o María Zambrano, y son recursos que han ido directamente a las universidades con el plácet de las comunidades por las dificultades que existen desde el punto de vista de la financiación. Pero es obvio que tenemos que conseguir que el sistema tenga más recursos porque es cierto que muchos de los objetivos planteados, si no hay más financiación, serán complicados. Es algo que forma parte de nuestros objetivos, que esta ley pueda venir acompañada de un plan que en el futuro satisfaga como mínimo ese 1%. También es importante entender que serán las comunidades las que luego deben ser capaces de gestionar esos recursos.
-¿Al catedrático Joan Subirats le parece bien que no sea necesario ser catedrático para llegar a rector, como plantea loa LOSU?
-Es un tema que aún estamos trabajando. Sabemos que ha habido cierto debate. Creo que en los textos previos la cantidad de condiciones que se planteaban para ser candidato hacían difícil que estos no hubieran alcanzado ya la figura de catedrático. Se plantea una fórmula de reconocimiento de una carrera muy significativa. La idea de que puedan optar personas muy distintas y con recorridos muy diferentes es complicada. Pero repito que tenemos que seguir trabajando en ello y escuchar lo que se nos dice desde el ámbito universitario.
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-El curso que viene todas las comunidades tendrán que haber reducido las tasas que pagan los alumnos a niveles previos al decreto Wert, según el acuerdo alcanzado en 2020. Más allá de la medida, ¿es posible avanzar hacia la gratuidad, al menos de las primeras matrículas?
-Creo que el horizonte de la gratuidad en la universidad debe seguir siendo deseable. Todo aquello que facilite el acceso y tienda hacia ese horizonte es positivo.
-El convenio colectivo del personal laboral de las universidades públicas valencianas sigue bloqueado. ¿Lo ha hablado con la consellera Pascual?
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-Me lo ha comentado. Sabemos que es una cuestión que se viene arrastrando desde hace tiempo y nos hemos comprometido a que trabajaremos codo con codo para conseguir desbloquearlo, hablando con quien tiene la última palabra, que es el Ministerio de Hacienda y Función Pública.
-¿Cómo valora la medida de Educación de establecer pruebas específicas para el acceso a los grados de Magisterio?
-Son pruebas que al final sirven para acreditar una cierta capacidad en la función docente. Aprovecho para decir que trabajaremos para reforzar este valor en la universidad. Es el único espacio educativo donde no se pide una formación específica en la capacidad docente. Deberíamos pensar si en la universidad, dado el momento en el que estamos, con el replanteamiento de las formas de enseñar, la incorporación de la tecnología, la mezcla de formatos online y presencial, hay necesidad de que se ponga al día desde el punto de vista de la innovación docente.
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-¿En el sentido de plantear también pruebas específicas sobre capacidades pedagógicas?
-No sé cómo lo resolveremos. Simplemente el hecho de que podamos reforzar algo que ya existe en las universidades, que son centros que se dedican a la innovación y a la formación docente, y que esto forme parte de las trayectorias profesionales de los profesores de universidad creo que sería positivo.
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