La Guardia Civil confisca 300 kilos de cocaína que llegó al puerto desde Brasil

valencia. Es el golpe más importante del año contra el tráfico de cocaína. La Guardia Civil, en el marco de la Operación Torcha, ha intervenido 300 kilos de cocaína en un contenedor procedente de Brasil que entró en España a través del Puerto de Valencia. Tras una vigilancia discreta, fue depositado en una nave industrial de Alquerías del Niño Perdido, en Castellón, donde finalmente fue interceptado por la Benemérita.

La importante intervención ha sido posible gracias al intercambio de información contra el tráfico de drogas a entre el cuerpo español y la D.E.A norteamericana. Agentes de la UCO en Alicante descubrieron las andanzas de una organización criminal asentada en Brasil que estaba utilizando contenedores de mercancía legal con destino a España en los que colocaba envíos de estupefaciente.

Tras varias gestiones policiales pusieron el foco en la salida de un contenedor del puerto brasileño de Santos con destino al de Valencia. Iba a llegara primeros de abril. Decidieron no intervenir en el puerto y dejar que la mercancía siguiera su curso para seguir los pasos de la empresa importadora, la encargada del transporte y el lugar de descarga final.

Según la Guardia Civil, el método de la banda de narcotraficantes era el llamado 'gancho ciego'. En él, los delincuentes introducen ciertas cantidades de cocaína en contenedores de mercancía legal, bien en mochilas o sacos, para luego recuperar alijos en los puertos de destino violentando o falsificando los precintos por personas controladas por la organización.

El pasado 12 de abril, tras el pertinente despacho aduanero, el contenedor vigilado por la Guardia Civil salió del puerto de Valencia y un camión lo movió por carretera hasta acabar en una empresa especializada en estos transportes con sede en Sagunto. Allí permaneció casi tres días en los que los agentes no le quitaron ojo de encima.

Ya el día 15, el contenedor bajo sospecha de contener coca, fue trasladado y depositado en una empresa de Alquerías del Niño Perdido. Allí lo interceptaron guardias civiles de la UCO. Tras su apertura aparecieron diez sacos de arpillera donde estaba la droga repartida en tabletas.