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Por qué hoy no se produciría otra pantanada

Los avances en el ámbito de la meteorología, el sistema de alerta y la nueva construcción impedirían una tragedia similar

Miércoles, 7 de junio 2023, 11:52

El 20 de octubre de 1982, hace cuarenta años, se produjo la trágica pantanada en Tous. La presa se rompió y lo hizo debido a un cúmulo de circunstancias, a cual más adversa, que desembocaron en catástrofe. Por eso, todavía hoy podemos preguntarnos ¿podrían volver a ocurrir estos hechos? ¿se podría romper de nuevo el dique que contiene al Júcar? Pese a que no hay nada imposible, la respuesta es rotunda. No. Aquellos acontecimientos no podrían repetirse y no podrían hacerlo por tres cuestiones fundamentales: la nueva presa, el Sistema de Alerta Temprana y los avances producidos en el ámbito de la meteorología.

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El imprevisible Júcar luce desde 1996 una nueva presa que supone uno de los hitos más notables de la ingeniería hidráulica en España y en Europa dadas las dificultades orográficas e hidrológicas a las que se enfrenta, las innovadores soluciones que integra y la trascendencia social de su presencia tras la fatídica rotura del anterior dique.

Sus puntos fuertes son el embalse de gran capacidad y un aliviadero para dar salida los excedentes de agua con unas dimensiones gigantescas y carente de compuertas. Entre ambos permiten principalmente contener a un Júcar que puede embravecerse de la mañana a la noche y desaguar de forma controlada las aguas torrenciales.

Otras misiones añadidas que cumple son abastecer de agua potable al millón y medio de habitantes que residen en Valencia, su área metropolitana y Sagunto; proporcionar riego a más de 50.000 hectáreas de cultivos y la regulación de caudales para gestionar periodos de sequía.

Imagen actual presa de Tous. FRANCISCO GARCÍA

Tras el desastre del que ahora se cumplen cuarenta años se han aprobado diversas leyes y normativas cuyo fin es garantizar la seguridad ante momentos de riesgo. Por ejemplo, en la fatídica noche del 19 de octubre de 1982 el embalse estaba al 80% de su capacidad cuando empezó a llover copiosamente por una inesperada gota fría; mientras que actualmente, con una capacidad total de 378Hm3, en los momentos de máximo peligro, o lo que es lo mismo entre septiembre y noviembre, se deja con un volumen de agua situado en un 20%. 72 hectómetros cúbicos es la cantidad de agua embalsada a día de hoy tal y como nos confirma el director técnico de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Manuel Torán, por lo que se dejan unos 300 hm3 en disposición de gestionar una subida de agua masiva e inesperada como la ocurrida entonces.

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El aliviadero es el segundo de los puntos fuertes de la presa pero antes de ver por qué veamos cómo era la antigua instalación que se desmoronó y en la que sus aliviaderos jugaron un papel que en su día se señaló como clave.

La vieja presa

Se empieza a construir en 1958 como dique de hormigón con 80 m de altura sobre el cauce, pero durante la construcción, las condiciones del terreno de cimentación obligaron a paralizar las obras. Solo se reanudarían en 1974 acordando cambiar el hormigón por materiales sueltos con núcleo de arcilla y escollera y dividir su construcción en dos fases. En la primera, que era la que estaba ejecutada en el momento del desastre, la presa tendría una altura de 84 metros, mientras que en la segunda la coronación ascendería a 142 metros.

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En octubre de 1982 el embalse se llenó al máximo y el agua sobrepasó el dique. Con ello produjo la erosión del mismo y a las pocas horas, la destrucción de gran parte de la zona central. En las imágenes se ve la parte de hormigón ejecutada en un primer momento que sí sobrevivió al derrumbe por lo que las dudas de si la presa hubiera resistido las condiciones de aquella noche si hubiera estado construida íntegramente de hormigón o fuera algo más alta son lícitas.

La presa de Tous tras su derrumbe. LP

El experto en presas Adrián Morales nos saca de dudas. «No fue un factor determinante. La construcción de diques con arcillas y escolleras es tan frecuente como las de hormigón.» De hecho la mayor parte de la nueva presa también es de arcillas y escolleras, aunque el aliviadero sí es de hormigón.

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Otro de los motivos que se esgrimen para intentar comprender el colapso de 1982 es que los aliviaderos, tres por aquel entonces, estaban cerrados. Un fallo en el sistema eléctrico que acompañó a las lluvias y la ausencia de grupos electrógenos de repuesto impidieron dicha apertura. Sin embargo, el estudio técnico 'Fallo de la Presa de Tous' del Ingeniero de Caminos Francisco José Palma Durán aplica un modelo matemático con variables como la longitud de compuertas, la altura del vertido, el volumen cota y el vertido de agua para concluir que la presa en aquellas circunstancias, con las compuertas cerradas, hubiera colapsado en 16 horas y 11 minutos (lo hizo a las 16.30h empezando las lluvias a las 00.00h) por lo que el cálculo se considera correcto. Pero lo realmente interesante es que si las compuertas hubieran estado abiertas, el dique también habría sucumbido según este análisis. Eso sí, hubiera tardado 21 horas y 38 minutos, 5.26 horas más.

La actual presa

Se construyó en el emplazamiento de la anterior ya que permanecía intacta gran parte de la obra de hormigón como el desagüe de fondo, las galerías de control y parte de los aliviaderos que hoy son el desagüe intermedio. Su capacidad a su máximo nivel normal es de 378 hectómetros cúbicos.

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En una escala del uno al diez, Adrián Morales, experto en el análisis de riesgo y seguridad de presas, no duda en puntuar la seguridad de la actual presa en un un 10 y afirma que su rotura «si no imposible porque nada lo hay, sí es altamente improbable». Veamos porqué está tan seguro de esta afirmación.

Las otras presas

La presa de Tous no fue la única que se construyó tras la pantanada. El Plan General de Defensa contra las avenidas del Júcar, de junio de 1985, realizó un estudio de los caudales que desaguan en dicho río y proyectó poder contralarlos con la construcción de otras dos presas. De este modo, si hubiera fuertes crecidas, el agua que llegue al embalse estaría más controlada.

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La presa de Escalona tiene una capacidad de unos 100 Hm3 y regula la entrada de caudales al embalse de Tous desde el oeste y la presa de Bellús, que está sobre el río Albaida aguas abajo de, cuenta con una capacidad de 70 Hm3 y su función sería proteger a la población de posibles riadas.

El Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) es un red de recogida de datos en tiempo real que implantó la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) tras el desastre de Tous. La inmensa cantidad de precipitaciones que se registraron en tiempo récord provocaron una rápida subida de los caudales de los ríos y afluentes que desaguan en el embalse de Tous que acabó sobrepasando y rompiendo finalmente la presa.

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El hecho de tener información actualizada de las precipitaciones inesperadas y las crecidas intempestivas de caudales devino en algo crucial y para ello la CHJ puso en marcha este sistema de forma pionera que empieza con la regida de información en tiempo real.

Con este propósito, a lo largo de los 40.000 kilómetros cuadrados que gestiona la CHJ, hay instalados 393 puntos de control que recaban datos: 181 pluviómetros, 110 estaciones de aforo en ríos y 80 en canales y 22 presas que también envían información de su capacidad, la cantidad de agua que entra y la que sale para de este modo poder actuar ante subidas rápidas de caudal. Esta es su distribución y el territorio que cubren.

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Los datos que recogen los sensores de estos sistemas se transmiten vía radio y vía satélite al centro de proceso que lo deriva al Comité Permanente de la CHJ. Este comité gestiona el Sistema de Alerta Temprana. Manuel Torán, director técnico de la Confederación, nos explica que este sistema consiste en «dar la alarma si hay precipitaciones superiores a las previstas, si se supera el límite de un caudal o de un embalse e incluso si hay fallos del sistema de comunicaciones o informático». «En estos casos se envía la información a Protección Civil que establece los protocolos de avisos a la población, a los bomberos y a la policía.

El 19 de octubre de 1982 se produjo lo que se conoce como un sistema convectivo de mesoescala; es decir, una gota fría en la que llovió mucho, durante mucho tiempo y en el mismo lugar. La predicción de ese día del Instituto Nacional de Meteorología era «Las precipitaciones pueden ser importantes en el litoral sur del Golfo de Valencia» pero nada indicaba que se tratara de algo excepcional.

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Sin embargo, la madrugada del día 20 de 1982 se produjo en Mula de Cortes el récord histórico estimado con 1.120 litros por metros cuadrados. La información de esa zona no llegó porque la tomaban unos pocos observadores que además se habían quedado sin forma de comunicarse porque las líneas telefónicas estaban cortadas.

Actualmente, gracias a los avances en meteorología, las predicciones son bastante más específicas e incluyen datos por municipios e incluso por horas y alertas en caso de fenómenos potencialmente peligrosos.

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Además de los pronósticos diarios Aemet realiza análisis históricos sobre fenómenos meteorológicos que ayudan a establecer patrones de lluvias, una importante herramienta de predicción. Por ejemplo, ahora sabemos que el aquel fatídico mes de octubre fue el segundo más lluvioso de los últimos cincuenta años.

Esta información se tuvo en cuenta para elaborar regulaciones como el Plan de Gestión de Riesgos de Inundación que indica a qué capacidad tienen que estar los embalses según el periodo sea más o menos lluvioso, como nos explicó el director técnico de la CHJ, Manuel Torán.

Obviamente no estamos en las mismas circunstancias que en 1982. Los avances en meteorología han sido muchos pero cabe tener en cuenta el factor del cambio climático. Las predicciones se basan en patrones climáticos que en la cuenca del Mediterráneo no acaban de funcionar bien. Esto se debe a que es una zona de muchas lluvias convectivas que afectan a zonas muy localizadas. Esto es muy difícil de pronosticar porque puede estar lloviendo a mares en una zona de una localidad y a cinco kilómetros en el mismo municipio, estar luciendo el sol.

Desde la Confederación Hidrográfica del Júcar son consicientes de este problema: «Tenemos un proyecto de mejora del sistema de alerta temprana para intentar adaptar el nuevo medio a nuestra predicción y a nuestra gestión», nos confirma Manuel Toran.

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Si tenemos en cuenta los avances conseguidos en los últimos cuarenta años en las distintas ciencias y de los sistemas de comunicación que nos permiten tener datos en tiempo real y anticiparnos a los desastres, casi podemos afirmar con total rotundidad que otra pantanada no podría producirse.

Fuentes

Esta información ha sido elaborada consultando la sentencia del Consejo General del Poder Judicial sobre el caso Tous; el estudio 'Fallo de la Presa de Tous' de Francisco José Palma Durán, E.T.S. de Ingenerios de Caminos, Canales y Puertos; el libro 'La presa de Tous' de la Confederación Hidrográfica del Júcar; información propia de los archivos de Las Provincias, Aemet y con las entrevistas a Manuel Torán, director técnico de CHJ y a Adrián Morales, doctor Ingeniero de Caminos, Canales y director técnico de la empresa IPresas, especializada en el análisis de riesgo y seguridad de presas.

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