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Historias de 12.000 curados

Historias de 12.000 curados

Supervivientes. En la Comunitat más del 70% de pacientes se han recuperado del virus

Mar Guadalajara

Valencia

Miércoles, 3 de junio 2020, 01:35

Carmen confiesa cuál fue su temor desde que dio positivo, casi avergonzada por decirlo en voz alta: «Nunca antes había tenido tanto miedo a ir al hospital». Con casi 70 años, fue una paciente de riesgo que nunca llegó a ingresar pese a que sufrió el Covid-19. Carmen sintió pánico al pensar que si entraba ya no saldría del allí. Si hay una lección para quienes miraron a los ojos al maldito virus es la de que el miedo es libre pero la muerte es igual para todos. Por eso para la mayoría de personas, la historia de esta pandemia no se cuenta con las cifras de contagios, ni la evolución epidemiológica, ni con declaraciones políticas o con el inventario de recursos sanitarios. El diario de esta pandemia es el que llevan escrito en sus rostros quienes la sufrieron de cerca y se empezó a contar con el primer paciente que superó el virus.

A principios del mes de abril cambió la evolución y en la Comunitat, por primera vez, se registraban más curados que fallecidos

Las historias de los más de 12.000 curados en la Comunitat son las que acaban marcando; con su experiencia dejan rastro en quienes les rodean y en quienes les ayudaron a superarlo. Paciénte y médico, acaban por compartirlo todo, hasta las secuelas de esta ruina aunque sea desde lados distintos de la cama.

Los médicos relatan cómo durante las llamadas rutinarias de control a los pacientes que ya recibieron el alta se repetían las mismas molestias. Pudieron constatar que eran consecuencia del coronavirus y ahora las secuelas se pueden enumerar en una larga lista: problemas respiratorios, musculares, neurológicos y psicológicos. Esas son las cicatrices más frecuentes entre los pacientes. Algunas las comparten con los mismos que les trataron, les asistieron y que ahora les escuchan al otro lado del teléfono.

Quienes pasaron la enfermedad de forma leve y en casa también presentan secuelas tras recibir el alta

El coronavirus trae consigo consecuencias psicológicas tan inéditas como su propia naturaleza. Impotencia, sentirse paralizado o indefenso y con una gran presión en el pecho que parece impedirles respirar. La ansiedad es la que más se ceba con los profesionales médicos y sanitarios que han trabajado durante esta crisis. El día a día de ese diario de la pandemia desde el interior de hospitales y resdencias les deja ahora un sentimiento de ansiedad que de alargarse en el tiempo como ocurre, podría derivar trastorno de estrés postraumático.

Tras recuperarse, relatan cómo la soledad y la incertidumbre jugaron en su contra para combatir el coronavirus

Fue durante la primera semana del mes de abril cuando por primera vez las cifras de recuperados superaron a las de fallecidos en la Comunitat. Entonces tan sólo el 10% de los afectados en la región lo superaba y ya entonces relataban lo peor: para los pacientes la soledad y la incertidumbre de no saber cómo podría avanzar en ellos la enfermedad jugaron en su contra para combatir el virus. A principios de marzo salió del Hospital de la Plana de Vila-real el primer vencedor de la pandemia. El joven de Burriana fue también el primer caso en la Comunitat. Ahora, después de dos largos meses, ya son más del 70% de los pacientes los que han superado la enfermedad y los recuperados son más de 12.000 personas, según los datos estadísticos que maneja la Conselleria de Sanidad.

Miriam Gregorio, 31 años, Dénia | Leve

«Organizaba el hospital cuando pasó»

Como supervisora de enfermería de Urgencias en el Hospital de Dénia, Miriam no estuvo atenta a su propia enfermedad. «Tenía que organizar mi servicio por lo que se nos venía encima». Pero una tos delató lo peor. «No me lo podía creer, tenía mucho trabajo por eso me fuí a casa llorando y agobiada». Ella fue de las primeras sanitarias en contagiarse, leve y depués de tres semanas pudo volver con fuerza.

Miriam Gregorio. LP

Carmen Mir, 65 años, Valencia | Leve

«Pensé hasta en la posible muerte»

«No tengo idea de cuándo o dónde lo pude contraer», dice Carmen, que es catequista y llamó a principios de abril al detectar los síntomas. «Pensé hasta en la posible muerte, lo pasé mal porque estaba un poco preocupada por los líos que supone para los hijos y la familia». Explica que por suerte todo quedó en un susto que no fue a más. Despué de todo, le confirmaron que incluso siendo leve le dejó secuelas.

Carmen Mir. LP

Jesús Martínez, 51 años, Benidorm | Ingreso UCI

«Fue duro, me intubaron y no recuerdo nada»

Lo peor que recuerda Jesús fue la semana antes de ingresar en el Hospital de Dénia. Es propietario de un bar en Benidorm y no duda en reconocer que esa fue la causa. «No podía respirar y acabe intubado en la UCI», dice que después no recuerda prácticamente nada. «Para mí fue duro, estaba muy mal y casi no recuerdo nada pero sí me quedo con la atención que me ha dispensado el personal», agradece.

Jesús Martínez. LP

Carmen Palao, 70 años, Valencia | Grave

«Si hubiese ido al hospital, yo no salgo»

Su hijo trabaja en una residencia y ella sufre ataques de alegia. Su médica incluso le dijo de ingresar. «Lo pasé mal, hubo días que no tomaba ni agua; al hospital, si hubiese ido, no salgo».

Carmen Palao. LP

Carla Monteagudo, 26 años, Valencia | Leve

«Los síntomas aparecieron en minutos»

Es mediadora social en una asociación de personas sordas. «Los primeros síntomas se manifestaron en minutos porque recuerdo que estaba haciendo deporte y al rato empecé a notar mucho cansancio y dolor de cabeza, aunque llevaba con tos seca unos días». Su pareja también se contagió de forma leve. «La fiebre me duró 3 días pero el dolor de cabeza y la tos continuaron».

Carla Monteagudo. LP

María Peña, 30 años, Valencia | Leve

«No teníamos protección en la residencia»

«En la residencia había muchos casos y era inevitable no contagiarme, no teníamos material adecuado ni los protocolos en aquel momento lo eran», relata la joven técnico en cuidados de enfermería. Cuando le confirmaron que lo tenía pensó «en los mios, en no contagiar a mi pareja, en cuando podría salir un poco a la calle a coger aire fresco». La lección que se lleva de la enfermedad: «Si no tienes salud, no hay nada».

María Peña. LP

Carlos Ferreira, 48 años, Valencia | Ingreso UCI

«Los médicos temieron por mi vida»

El profesor de Escuelas Pías y de la Universidad Católica de Valencia terminó en la UCI. Estuvo doce días sedado e intubado e incluso temieron por su vida. «Los que sufrían eran mi familia y mis amigos: yo no me enteraba de nada. En algún momento, según me cuentan, se temió por mi vida». Carlos ha conseguido sacar el lado positivo: «me he dado cuenta de cuánta gente está a mi alrededor que se preocupa por mí».

Carlos Ferreira. LP

Pilar Ortí, 53 años, Valencia | Leve

«Lloré mucho y me desanimé por mi familia»

«Lo contraje en el centro donde yo trabajo, en una residencia de la tercera edad. Cuando me dieron el resultado lloré mucho y me desanimé», comenta Elena, tecnica sociosanitaria. Dice que el mayor miedo fue por su familia, temiendo que lo cogieran. Tras superarlo, Elena se sintió agradecida, porque dice que la vida «te puede cambiar en un segundo y tenemos que cuidar y apreciar más lo que tenemos».

Pilar Ortí. LP

Mónica Villacastín, 25 años, Castellón | Leve

«Estaba muy débil, no me tenía ni en pie»

Mónica es enfermera y cuándo sospechó que lo tenía no quiso ir a casa hasta saber qué hacer. «Vivo con dos personas de riesgo», comenta. Por eso se quedó sóla en la vivienda. «Estaba débil, agotada y no me tenía ni en pie». Pese a que no llegó a ingresar lo pasó mal. «Avisé a mi familia, dejé la puerta sin llave por dentro por si tenían que entrar y les dije que si no contestaba al teléfono que llamaran al 112».

Mónica Villacastín. LP

Vivi Barrera, 51 años, Valencia | Grave

«Ahora tengo miedo a salir de mi casa»

Fue una de las primeras contagiadas. Hasta en tres ocasiones visitó las urgencias de La Fe, donde la enviaban de nuevo a casa. Hizo falta que su hija llamara al 112 en una petición de auxilio desesperada, explica. Que sus hijas de 5 y 16 años estuvieran en su casa solas le causó ansiedad. Una vez superado el virus, le quedan secuelas psicológicas y tiene miedo a salir de casa», por lo que está en tratamiento.

Vivi Barrera. LP

Víctor Pedrera, 57 años, Alicante | Leve

«Atendí a los que vinieron de Milán»

Fue uno de los primeros médicos de atención primaria en contagiarse. «Se producían pocos contactos entonces. No había mascarillas y yo atendí a algunos de los que habían venido de Milán y tenían sintomatología», relata Víctor. Él supo que se iba a infectar. «Me di cuenta de que me había infectado cuando perdí el olfato». Durante un par de días estuvo a punto de ir al hospital pero al final se quedó en algo leve.

Víctor Pedrera. LP

Elena Martí, 41 años, Valencia | Leve

«Lo que pensé al principio es: por qué a mí»

Es auxiliar de enfermería en una residencia. Fue así como lo contrajo y pese a pasar la enfermedad de forma leve, sufrió la distancia de los suyos y el miedo a contagiales y que «lo pasarán peor», según relata Elena. «Pensé muchas veces: por qué yo, pero después me limité a hacer las cosas que los médicos me recomendaban y a desear que todo pasara pronto». Ahora sólo pide a la gente responsabilidad.

Elena Martí. LP

Javier Hernández, 27 años, Valencia | Leve

«Me ponía más nervioso por la incertidumbre»

«Perdí los sentidos del gusto y del olfato, tardé dos semanas en recuperarlos de manera progresiva», dice el joven que recurrió a sus padres, médicos. «Dada la saturación de los hospitales y la imposibilidad de contactar con el número de atención recurrí a mis padres para que me hicieran un seguimiento de forma telefónica». Tanto la incertidumbre como la alarma social le generaron «bastante nerviosismo».

Javier Hernández. LP

José Manuel Colio, 61 años, Dénia | Grave

«Aislado me di cuenta de que estaba solo»

«Me hicieron la prueba y salió positiva. Me asusté y pensé: me ha tocado a mí», explica el jefe del servicio de Otorrinolaringología del Hospital de Dénia. «Me ingresaron y me dijeron que la cosas estaba chunga», pero relata que a pesar de todo no tuvo sensación de peligro. «Lo más duro es estar aislado en la planta de enfermos de Covid-19 y en ese momento piensas: si pasa, estoy solo aquí, aislado y solo».

José Manuel Colio. LP

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