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JAVIER MARTÍNEZ
VALENCIA.
Lunes, 18 de noviembre 2019, 00:25
El Ayuntamiento de Siete Aguas y la Comandancia de la Guardia Civil de Valencia homenajearon el sábado al sargento Manuel Sousa Casado y al agente Florentino Sánchez, asesinados el 14 de junio de 1994 por un vecino de Cheste, Gabriel Pérez, al que habían multado dos horas y media antes porque su vehículo no había pasado la ITV.
Tras el doble crimen que conmocionó al pueblo, la investigación policial resultó más sencilla de lo esperado. La Guardia Civil revisó el cuaderno de multas de los agentes abatidos a tiros y descubrió que durante su jornada laboral habían multado a dos conductores. Uno de ellos, el dueño de un Renault 4, tenía licencia de armas deportivas y un rifle olímpico del calibre 22. Era Gabriel Pérez, un vecino de Cheste que sufría depresiones.
El hombre, que no había firmado la denuncia de 5.000 pesetas porque estaba disconforme, se convirtió en el principal sospechoso del doble crimen después de que los investigadores hallaran nueve casquillos del calibre 22 junto a los cadáveres. La Guardia Civil acudió al taller de maquinaria agrícola del presunto asesino, pero no estaba allí, y después entró en su domicilio en la calle San Vicente de Cheste, donde encontró el cadáver de Pérez tendido en su cama.
El autor del doble crimen se había suicidado de un disparo en la boca y había dejado una nota manuscrita dirigida a su esposa: «Perdón Nati, yo no puedo vivir con este peso. Me volví loco. A la Benemérita y a la familia de los guardias, perdón. No quiero que nadie se sienta triste». Los guardias revisaron el coche del suicida y hallaron las dos armas robadas al sargento Sousa y el guardia Sánchez. La investigación del atroz asesinato había concluido.
Con motivo del 25 aniversario de aquellos trágicos hechos, el Ayuntamiento de Siete Aguas y la Guardia Civil homenajearon a las víctimas con un emotivo acto al que asistieron miembros de sus familias, vecinos, la alcaldesa y una representación de mandos de la Guardia Civil, entre ellos el teniente general Fernando Santafé, jefe de Información, Investigación y Ciberdelincuencia de la Guardia Civil, y el general de brigada retirado José Manuel Díez, que eran los dos comandantes de la 311 Comandancia de la Benemérita en 1994.
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