![Horno de Alcedo reúne fuerzas por sus vecinos más afectados](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/11/02/1488174759-RC3AsFwYCsgiGWOypPJ9M7O-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Avalanchas de valencianos recorren a pie la V-31 en dirección a la Pista de Silla. Cargados con cubos, palas, guantes y mascarillas su objetivo es alcanzar el polígono de Sedaví y Alfafar para llegar a los municipios más afectados por la tragedia. Sin embargo, un cartel indica un desvío a la derecha: «Horno de Alcedo». Apenas andados quince minutos desde esa señal, esta pedanía valenciana también se levanta cada día con las instantáneas que reflejan hasta donde llegó el agua. Barro en las calles, escombros apilados en medio de las avenidas y vecinos achicando agua demuestran que Horno de Alcedo también ha sufrido las consecuencias del desastre.
Consuelo Tarazona, alcaldesa de la pedanía, cuenta que la localidad se encuentra completamente desbordada por la situación: «En la zona más alejada de la Pista de Silla en algunos puntos de la pedanía el agua llegó al metro y medio, pero las calles orientadas al puerto alcanzó los tres metros». Afortunadamente Horno de Alcedo no ha lamentado ninguna víctima mortal, pero su alcaldesa asegura que «hubo que rescatar gente con el agua al cuello». Tarazona comprende perfectamente que son varios los municipios donde la tragedia azotó con toda su crueldad. Sus ojos cansados y con la mirada parcialmente perdida indican que en Horno de Alcedo también están sufriendo, y sufrirán, durante muchas semanas para tratar de recuperar la 'normalidad', si es que esta palabra se puede usar ante tal panorama.
Por suerte, la fuerza solidaria que ha demostrado la ciudadanía también ha llegado hasta esta pequeña pedanía. «Tenemos de todo, muchísima comida, muchísima agua. Los vecinos traen el SIP a alcaldía y desde aquí gestionamos los medicamentos que necesitamos y que nos trae la Policía», explica Tarazona. Como en los demás municipios, se ha habilitado el edificio de la administración para la coordinación y reparto de todos estos materiales. Los vecinos acuden tanto para recoger cosas, como para donarlas a los que más lo necesitan.
Sin embargo, la solidaridad trata de colorear un cuadro absolutamente manchado de barro. Según Consuelo Tarazona, el 95% de los vehículos de la pedanía han quedado completamente inutilizados a causa de la inundación. Los voluntarios con palas llegan y aportan su esfuerzo, pero se necesitan máquinas que puedan trasladar los escombros o mover los vehículos que entorpecen las tareas de limpieza.
Uno de los vecinos, José, afirma que hasta el viernes por la tarde no había visto ninguna máquina trabajar en Horno de Alcedo. «Sientes un poco de frustración. Lo que más necesitamos es despejar la calle, y para eso hacen falta las máquinas. Así, los comercios o bajos de la zona podemos alquilar furgonetas y camiones y acelerar con las tareas de limpieza», defendía mientras retiraba material inservible de su almacén inundado. José tiene toda la oficina inundada. Es electricista y todo el material de trabajo quedó bajo el agua. Nada sirve. Todo irá a la basura. «Luego ya veremos cuando pagan los seguros», se lamenta.
El Ayuntamiento de Valencia, administración responsable de la pedanía, asegura que desde el jueves por la tarde los Bomberos realizan las inspecciones de cada vivienda para asegurar que los vecinos se encuentran bien y no necesitan una atención especial. Bomberos de Madrid se incorporaron el viernes a apoyar en estos trabajos. Además, el Consistorio ha creado brigadas de limpieza con los efectivos de la ciudad para pasar por cada calle y retirar escombros. Fuentes del Ayuntamiento aseguran que se realizan estas limpiezas cada tres horas para desbloquear estas vías. Además se trabaja para desatascar el alcantarillado y que las calles puedan quedar limpias lo antes posible.
Además, en todo lo que corresponde a la ayuda humanitaria, el Ayuntamiento de Valencia asegura que desde las asociaciones vecinales de Valencia y del punto de recogida de la Petxina se están enviando todos los días a Horno de Alcedo para que tengan lo necesario.
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Sin embargo, en algunas viviendas todavía queda mucho por hacer. Aquellas más cercanas a Castellar han sufrido las mayores consecuencias de los sucedido. Jóvenes de la localidad que viven en la zona oeste acuden a estas viviendas más alejadas para ayudar en lo que pueden. Cadenas humanas para sacar escombros, palas para retirar barro y bombas para achicar el agua trabajan a destajo. Los caminos de tierra alrededor de las viviendas ahora son un lodazal que crece sin remedio, ante la única posibilidad de tirar en esa zona lo que se saca de las casas.
Los vecinos se apoyan unos a otros. Un hombre con una furgoneta se ofrece para tratar de improvisar con cuerdas un remolque y retirar así un vehículo que entorpece el desatasque de una alcantarilla. Retirada de muebles en las viviendas por parte de grupos de amigos que ayudan a las personas más mayores. Cargamento de barreños enteros de barro que sacar al exterior de las casas. Imágenes que podríamos contar de Sedaví, Alfafar, Benetússer, Catarroja, Aldaiay demás municipios afectados. Pero también en Horno de Alcedo.
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