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DANIEL GUINDO
VALENCIA.
Jueves, 27 de junio 2019, 01:02
Bajo unos toldos azules para evitar la luz directa del sol y acompañado por una carpa anexa se encuentra el nuevo servicio de TAC del Hospital General de Valencia. Desde última hora del martes por la tarde, las pruebas a los pacientes del centro sanitario se realizan en una unidad móvil situada a las puertas del pabellón A del recinto hospitalario, justo al lado del servicio de Urgencias; medida que se adopta después de que el hospital optara por prescindir de los servicios de Eresa, contrata que hasta este año ha venido realizando las resonancias magnéticas y otras pruebas radiodiagnósticas en sus instalaciones. El centro sanitario todavía no dispone de nuevo TAC por lo que, mientras duren la obras de desmontaje del antiguo y puesta en marcha del nuevo, los pacientes tendrán que desplazarse hasta este camión acondicionado para someterse a las pertinentes pruebas. Aquellos usuarios que, por su complejidad, no puedan someterse a las pruebas en la unidad móvil serán trasladados por una ambulancia SAMU hasta el Hospital La Fe, donde serán atendidos.
El proceso de prescindir de los servicios de Eresa arrancó el 1 de marzo. Ese día, los primeros siete de los 25 especialistas de Eresa tuvieron que abandonar sus puestos de trabajo después de que comenzara a desmantelarse una de las antiguas resonancias y de ser informados de que, finalmente, no iban a ser subrogados, lo que generó un gran malestar en unos profesionales con más de quince años de experiencia. Casi cuatro meses después se pone fin a la actividad del TAC, por lo que a las 15.00 horas del martes los especialistas decían adiós a su puesto de trabajo. Sobre las ocho de la tarde, y después de salvar algunas dificultades técnicas, comenzó a funcionar el TAC provisional, por el que a media mañana de ayer ya había pasado una treintena de pacientes.
Desde el centro sanitario informaron que, por el momento, no había sido necesario trasladar a ningún enfermo hasta el Hospital La Fe (como se ha previsto en casos de pacientes complejos) y que todas las pruebas se habían llevado a cabo en la unidad móvil.
Esta solución provisional se adopta mientras se desmantela del viejo TAC y se instala y pone en marcha la nueva máquina, que forma parte de la donación efectuada por la Fundación Amancio Ortega a la red sanitaria pública valenciana, dispositivo que está previsto que se ponga en marcha el próximo 1 de agosto. Entre los meses de septiembre y octubre el centro sanitario tiene previsto incorporar otra TAC más para, de esta forma, contar con dos dispositivos con los que poder hacer frente a imprevistos como, por ejemplo, que uno sufra una avería.
Sin embargo, el personal sanitario consultado ayer no estaba demasiado contento con la nueva situación. Creen que en estos cuatro meses, la dirección del hospital podría haber programado la actuación con el fin de evitar esta unidad móvil y las consiguientes molestias a los pacientes -como, por ejemplo, que tengan que estar en las camas en el pasillo esperando su turno para la prueba o, en los casos complicados, desplazarse hasta La Fe-.
Frente a ello, el centro sanitario ha optado por la contratación de esta unidad móvil que facturará cada prueba realizada (calculan que el importe no superará los 30.000 euros). La empresa también aporta los técnicos de radiodiagnóstico de 8.00 a 22.00 horas de lunes a viernes, mientras que el horario nocturno y los fines de semana se cubren con personal del hospital. Todos los radiólogos que intervienen en las pruebas también forman parte de la plantilla del centro sanitario.
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