Jueves, 23 de mayo 2019, 00:32
El CIE de Zapadores (en varias ocasiones), la cárcel de Picassent, el Ayuntamiento de Castellón o el hospital Lluís Alcanyís de Xàtiva son otros de los espacios públicos que también han sufrido la presencia de las chinches en los últimos años. En todos los casos, según las informaciones publicadas en su día, la solución fue cerrar las zonas afectadas y aplicar los tratamientos de desinfección marcados en los distintos protocolos.
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Así, en Xàtiva, la plaga de chinches obligó en mayo de 2015 a la dirección del Lluís Alcanyís a cerrar la quinta planta del edificio para llevar a cabo un tratamiento total. El sindicato Simap-Intersindical Salut advertía entonces que la decisión se tendría que haber tomado con antelación debido a que la presencia de los insectos se detectó en enero. «Cinco meses de molestias y picaduras que no se tenían que haber consentido nunca», criticaron entonces. Sin embargo, la gerencia del hospital redujo ese tiempo a dos meses. Se realizó un tratamiento total en la planta y un pintado posterior, lo que obligó a cerrarla.
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