La mujer del alcireño que estuvo hospitalizado en Cancún apoya a la familia de Ángela, la joven ingresada en Tailandia: «El Ministerio tampoco nos ayudó»

Junto a su marido Adrián, vivieron una odisea de prácticamente un mes en Méjico que, por fortuna, tuvo un final feliz. «Ojalá tengan suerte y puedan volver pronto», les ha transmitido esta vecina de Alzira.

Recuerda que poco después de que se produjera el accidente de Ángela, recibió la llamada de la cuñada de la joven, quien le pidió consejo sobre cómo actuar en una situación que, con sus diferentes matices, tiene bastantes puntos en común. «Les dije que buscaran la ayuda de la gente, de los más cercanos, porque con el Ministerio y con la Embajada no se podía contar a la hora de las ayudas económicas. Mi experiencia en este sentido fue muy negativa», explicó. Destacó que aunque sí recibíó llamadas de la Embajada interesándose por el estado de Adrián y les tramitaron algunos documentos, en la parte monetaria no tuvieron ningún respaldo.

A modo de ejemplo, recordó que los billetes de avión para volver a España se los compraron con su dinero «y luego, cuando les preguntamos, nos dijeron que si ya los habíamos comprado nosotros… Tal vez fue un fallo», afirma Sofía, pero recuerda que en aquel momento tenían muchas ganas de volver a Alzira después de un mes muy complicado.

Eso sí, en el vuelo de regreso intentaron que Adrián estuviera lo más cómodo posible y no en una zona con poco espacio para descansar: «El médico nos dijo que podía volar pero que intentáramos que estuviera ancho».

Así, resaltó que Ángela ha recibido la ayuda económica de vecinos y allegados y de actividades organizadas desde el propio Consistorio, «como nos pasó a nosotros, ya que el Ayuntamiento de Alzira también nos apoyó bastante».

Esta vecina de Alzira reconoce que la situación de Ángela es más compleja que la de Adrián, su marido, al tratarse de una herida en la cabeza, donde los plazos de recuperación pueden ser más largos.

Otra de las cuestiones que queda pendiente es el posible dinero sobrante de las aportaciones de vecinos y familiares. Todo ello está en una cuenta corriente a la espera de qué cantidad deben abonar en la declaración de la renta que deberán hacer el próximo año. Aunque Sofía se ha asesorado «y me han dicho que en principio no debería pagar nada» al ser donaciones y al tratarse de un caso que tuvo su repercusión mediática, prefiere ser prudente y esperar y, una vez que se confirme que existe un dinero sobrante, decidir a qué fin benéfico destinarlo.

Mientras tanto, Sofía mantiene en su poder toda la documentación y las facturas para ser lo más transparente posible. Insiste en sus palabras de apoyo a todos los que les ayudaron «porque sin ellos no sé qué hubiera pasado. Aunque parecía que reuníamos mucho dinero, los primeros días llegaban facturas de casi 10.000 euros y así lo que juntábamos desaparecía muy rápidamente».